viernes, 23 de noviembre de 2007

El Divorcio y los hijos


Según J. Botella ( 1999) En nuestra época los índices de separación y divorcio son cada vez más elevados. Entre un 40 y 50% de los matrimonios iniciados terminan en divorcio. Casi 4 de cada 10 niños nacidos entre 1980 y 1990 pasaron o pasarán parte de su niñez en una familia con un solo padre. En Argentina, de cada 100 parejas que se han casado, 5 viven bien integradas, 25 se separan, 70 viven con conflictos. (Página 50).

Generalmente las parejas que se divorcian tienen historias de divorcio en sus familias. Es más frecuente en matrimonios que se han casado jóvenes o que provienen de distintos niveles socioeconómicos.

Diferentes son las situaciones que desencadenan en un divorcio o separación. En entre otras se encuentra la inclusión de un tercero, violencia por parte de alguno de los cónyuges, celos, problemas económicos, problemas sexuales, problemas en la interpretación de la realidad, de creencias y mitos (las creencias compartidas que contienen muchas de las reglas secretas de la relación). Las personas evolucionan y cambian a lo largo de la vida, lo que en ocasiones provoca que un cónyuge descubra que el otro no es el mismo con el que se casó. A su vez, ambos pueden estar satisfechos con estos cambios, pero también puede sentirse desilusionados siendo esto motivo de conflicto constante.

Dice J. Carrobles ( 1999) que el divorcio suele ser visto como un peligro de desintegración familiar, pero también puede ser una oportunidad para crecer, si la crisis se resuelve, ya que como toda crisis, al resolverse, se pasa a otra etapa de cambio.

El divorcio es un factor traumático tanto para los cónyuges como para los hijos, pero no por ello debe ser disfuncional. La disolución de una relación significativa puede producir trastorno emocional, angustia y sufrimiento en la persona que lo vivencia. Incluso llegar a ocasionar depresión, intentos de suicidio, enfermedades psicosomáticas.

Actualmente el divorcio es aceptado socialmente gracias a factores tales como la pérdida de la influencia de la religión o del resto de la familia, la agilidad de las leyes de divorcio, etc. (Página 55).

La mayor parte de las personas que se divorcian sufren sentimientos depresivos, ambivalencia, o cambios de humor; y la recuperación suele durar aproximadamente dos años, durante los cuales una psicoterapia sería necesaria en muchos casos, para poder hacer frente a estos síntomas y a la recuperación favorable de la persona y su entorno, que puede ser de fundamental apoyo en la terapia.

Divorcio y Efectos Sobre Los Hijos



Según M. Albarracín ( 1991) los hijos deben ser tenidos en cuenta en el momento previo y posterior al divorcio. La solución ideal en un divorcio difícil es la que menos perjudique a los niños, pero sin dejar de lado la que menos perjudique a toda la familia, ya que el hecho de perjudicar a uno de los miembros hará que sufran todos los demás. El principal problema que tienen los hijos cuando surge la separación o el divorcio, es que los padres incurren en una serie de conductas erróneas para con ellos. Los padres no deben utilizarlos como "espías" para que les informen qué está haciendo el otro cónyuge, o como "corre ve y dile" o "mensajeros" para comunicarse entre ellos. Los padres no deben presentar reacciones agresivas contra sus hijos para vengarse de la pareja. No deben amenazar a la pareja en el sentido de que si se divorcian le harían un daño tremendo a los hijos para tratar de evitar la separación. (Página 15).

La custodia de los niños debería ser compartida y que el niño tenga acceso a ambos padres, ya que el hecho de mantener contacto regular con ambos progenitores les permite crecer y desarrollarse mejor.

Según P. Hercovici (1998) dice que si la pareja marital no logra llevarse bien, vive conflictuada por diferentes motivos y llega a divorciarse, es necesario que la pareja parental o "función parental" permanezca unida. La función parental debe ser compartida por ambos padres, de lo contrario causará ambivalencia en los hijos, sabotaje y coaliciones con uno de sus progenitores, pudiendo llegar a causarle serios daños psicológicos a éste. Es preciso que ambos padres estén de acuerdo en las normas a impartir, que coordinen acuerdos básicos. (Página 33)

Este último punto es el más difícil, ya que esta función está más relacionada con las prohibiciones, por lo que resulta la más frustrante y estresante. A esta función la llamamos "normativa". La función nutritiva consiste en dar amor, cuidado, satisfacer las necesidades básicas de alimentación, abrigo.

C. Díaz ( 1986) dice que es fundamental que los padres puedan lograr esta discriminación, separando la crianza de los hijos de los resentimientos del post-divorcio, siendo capaces de soportar las frecuentes comunicaciones con su ex-cónyuge, cooperando en forma conjunta en la educación de los hijos. (Página 25).

Los padres tendrán que tomar una serie de decisiones que van a afectar la crianza de los hijos, relacionada con la residencia, enseñanza, salud, y las relaciones con la familia extensa.

M. Ramírez (1999) La reacción del niño ante la separación o el divorcio va a depender de la edad que tenga, ya que su manera de percibirlo va a ser distinta. Los niños de 3-6 años no comprenden lo que sucede y se sienten culpables, en cierto modo, por la ruptura; los de 7-12 años sufren consecuencias escolares, como ser un retroceso; los hijos mayores entienden el divorcio, se sienten dolidos, críticos, pero consideran que los padres pudieron haberlo evitado si hubieran intervenido sobre la situación. (Página 58).

J. Botella (1999) dice que, independientemente de la edad, es una alteración emocional y conductual. Algunos niños pueden tener la fantasía de que sus padres volverán a unirse. (Página 60).

Los niños necesitan de 3 a 5 años para recuperarse y readaptarse del divorcio, pero alrededor de un tercio sufre un trauma psicológico persistente. El síntoma más evidente que padecen es la agresividad.

J.Carrobles (1999) dice que, al producirse el divorcio, los padres no deben quedar resentidos con sus hijos. No deben existir conductas inapropiadas contra los hijos, tales como el abandono afectivo por parte del padre que no tiene la custodia o sobreprotección por parte de quien la tiene. No se le debe presentar al hijo una nueva pareja antes que él esté en capacidad de asimilar ese impacto. Todos estos comportamientos provocan conductas profundamente obstaculizadas en la evolución psicológica de los niños. Investigaciones revelan que los hijos de padres divorciados presentan menor autoestima que los de matrimonios constituidos. El divorcio es el más grande stress que un niño pueda soportar como hemos visto. Los niños perciben la muerte de un padre de manera más natural que un divorcio. Los hijos de divorciados necesitan más tratamiento psicológico que los de los no divorciados. Las consecuencias de una conducta inadecuada de los padres cuando se divorcian puede ocasionar ansiedad, miedo, inseguridad, sentimientos ambivalentes y diferentes trastornos de conducta. De manera que si una pareja se encuentra en proceso de divorcio, debe tener en cuenta:

1º El problema es con su pareja, nunca con sus hijos.

2º La única forma en que sus hijos no sufran durante la separación o divorcio es que los padres estén plenamente conscientes de que deben explicarles claramente la situación a ellos y decirles que, independientemente de la decisión que tomen, ambos cónyuges seguirán queriéndolos y ayudándolos.

3º Si no hay más remedio que el divorcio, siempre será preferible una separación amistosa que una conflictiva, por el bienestar y seguridad de los hijos y de la propia pareja.

4º Hay que hacer un gran esfuerzo para superar el rencor y la rabia, pero es indispensable por el bien de todos. Página 63

Según M. Ramírez ( 1999)dice que si el ambiente que rodea al niño es favorable, es decir que sus padres pueden ejercer juntos la paternidad, muestran un comportamiento consistente frente al niño y evita discusiones frente a éstos, los hijos lograrán adaptarse bien al divorcio. (Página 68).

C. Díaz (1986) habla que los adolescentes suelen pasar más tiempo fuera de la casa luego del divorcio; los hijos presentan creencias más problemáticas respecto ante la separación o divorcio de los padres, cuando éste se produce de manera destructiva. En estos casos, lo niños tienden a culpabilizar más al progenitor no custodio (pero las concepciones son menos culpabilizantes si los niños mantienen contacto con los progenitores no custodios, al mismo tiempo que experimentan menos sentimientos de abandono. Se ha comprobado también que la mayor presencia de creencias problemáticas se asocia a mayor inadaptación social y personal de los niños. (Página 30).

P. Hercovici (1998) dice que el hecho de que los niños vivan con uno de sus progenitores es la prueba de que efectivamente se produjo la ruptura del matrimonio de sus padres, y lo manifiestan con enfado y rabia; en ocasiones difícil de manejar por el padre custodio. (Página 36).

Hay diferentes reacciones de los padres :

Cuando comparten con los hijos el enojo hacia el otro progenitor.

Cuando desplazan el enojo que sienten hacia la otra parte hacia los hijos.

No respondiendo a las necesidades de los hijos por estar demasiado ocupados en sus propias necesidades.

Intercambiando cuestiones personales con los hijos como si fueran pares.

No proporcionándoles límites necesarios y apropiados.

Utilizando a los hijos mayores para que cuiden de los menores.

Viendo a los hijos como propiedades.

J. Wallerstein (1991) retomó estudios realizados, observó que una década después del divorcio muchos de los hijos tienden a evitar casarse jóvenes y/o bajo influjo de sus impulsos, que valoran el amor romántico duradero y comprometido. Además se formuló que más del 33 % confiesa que ha sido muy importante mantener el contacto con ambos progenitores y que éstos hayan dejado de pelearse continuamente. (Página 40).

La Custodia De Los Hijos



P. Hercovici (1998) dice que la custodia se confía al padre que se considera más apto para hacerse cargo de los niños e intenta proteger de la mejor forma los intereses que éstos tengan. Igualmente es común que se la confiere a la madre. Hasta fines de los sesenta era difícil que un padre consiguiera la tenencia de su hijo salvo por enfermedad psicológica de la madre, dependencia de drogas o alcohol de ésta, etc.(Página 39).

Hay distintos tipos de custodia:

Compartida: los hijos pasan la mitad del tiempo con cada uno de sus progenitores. Es la más frecuente. Los padres deben compartir no sólo los derechos sobre los hijos, sino también las responsabilidades y obligaciones sobre los mismos.

Separada: los hermanos se separan y cada padre se responsabiliza de uno o más de sus hijos.

Única: El niño se queda con un sólo de sus padres, y el otro tiene derecho a visitas que son otorgadas por el juez.

La custodia es preferible que sea compartida, pero cada caso es único y por lo tanto, se estudia y evalúa en forma particular.

Cuando se cede la custodia a uno sólo de los padres podrán surgir problemas entre los niños y el progenitor custodio con el que no posee la custodia.

El padre no custodio pierde la gratificación del día a día y con ella las responsabilidades que acarrea la paternidad, provocando problemas emocionales en los padres y en los niños.

Un nuevo hombre-Un nuevo mundo

Un nuevo hombre - Un nuevo mundo
Por: Michel Balivo
Fecha de publicación: 15/10/07

imprímelo mándaselo a
tus panas

Imagínate que cada mañana que abres los ojos y te levantas, tengas que mirar con extrañeza los botones de tu camisa preguntándote qué son y para qué sirven, aprendiendo luego cada vez a abrocharlos. El mismo proceso para cada tarea a realizar. Peor aún, imagínate que cada ser humano que nace ha de reaprender todo el proceso histórico de poner erecto su cuerpo y dar sus pasos para caminar por primera vez.

Queda clara entonces la gran utilidad y ahorro que esta función de memoria realiza, liberando energía atencional para el aprendizaje de nuevas funciones. Sin embargo, con el paso de los años, con la acumulación de experiencias, con la repetición de actos en una dirección, comienzan a predominar hábitos y creencias que se imponen a la conciencia

Podríamos decir entonces que todos estamos fuertemente condicionados, determinados por nuestros sistemas de intereses, que en la mayoría de los casos no son concientes, pues se han convertido en hábitos y creencias que ya no requieren atención, sustituyendo la inicial frescura y/o libertad de elección.

Cuando todo un modelo social se agota convirtiéndose en limitación y generación de sufrimiento colectivo, entonces hábitos y creencias operan como enemigos de la evolución, de la transformación necesaria de estructuras y determinismos.

Podríamos decir entonces que resulta impensable que un viejo hombre pueda concebir, gestar y parir, dar a luz un nuevo mundo. Justamente por eso la revolución ha de ser el ejercicio mediante el cual intentando el cambio, la superación de circunstancias insatisfactorias, sufrientes, limitantes, la conciencia pueda ir cayendo en cuenta de aquello que la habita.

Sin embargo las mismas circunstancias se interpretan de diferentes formas según los actores. Y así como en el artículo anterior dije que vivíamos en una sociedad del plástico sin reconocerlo siquiera, podemos tranquilamente decir ahora que vivimos en una sociedad de instituciones democráticas representativas sin tampoco reconocerlo.

Si yo digo por ejemplo que en Venezuela se están haciendo pruebas piloto para poner al alcance de los niños desde temprana edad todas las técnicas y herramientas para la expresión artística. Que cientos de miles de niños sin importar su nivel social, tienen acceso a un sistema de orquestas sinfónicas como las que ahora causan sensación en Europa.

Alguien puede contestarme muy convencido que esas son cosas secundarias. Porque de acuerdo a la historia las élites dominantes no perdonan y cobran muy caro las irreverencias de las clases trabajadoras. Por tanto hay que darle prioridad a la educación ideológica, a la defensa y a la productividad, que son las cosas concretas por donde pueden volver a infiltrarse y retomar el poder.

Pero resulta que esos mismos que así opinan luego se sorprenden que haya un 40% de gente que vota en contra de la revolución, cuando con mucha suerte pueda haber un 10% privilegiado. Otro 10% de asalariados, es decir esclavos modernos, y el 20% restante que comparte la miseria general.

También se sorprenden de que si entrevistas a uno de ellos por la calle, asevera que este no es un gobierno democrático porque no tiene oposición, dicen que no ha hecho nada y que nos está cubanizando lentamente. Si le preguntas si conoce personalmente las misiones, si ha tratado con un médico o preparador deportivo cubano, si ha ido a Cuba, responderá que no a todas las preguntas. ¿De qué habla entonces? ¿Qué hace sino repetir matrices de opiniones escuchadas en los medios?

Es entonces que te das cuenta de que si das exagerada importancia a un tipo específico de conocimiento, si especializas ciertas cualidades de la siquis en detrimento de otras, entonces todo eso reprimido, desatendido, a lo cual dimos espaldas por la supuesta urgencia de las circunstancias, luego te pasa factura.

Ahora se está divulgando y debatiendo en que consiste, cual es el contenido de la reforma constitucional. Algunos actores de la oposición argumentan que no puede hacerse en diciembre porque la gran mayoría no sabe de qué se trata. Mientras otros se quejan de que el gobierno haga cortos de unos segundos para informar por TV, o haga lo que llamamos parlamentarismo de calle, reuniéndose los diputados con el pueblo en las diferentes parroquias, alcaldías, plazas, parques, casas de estudios por todo el país.

Este gobierno ha ganado todo tipo de elecciones por un 60% y tiende a crecer significativamente en su aceptación luego de ocho años. La oposición se retiró de las elecciones a la asamblea constituyente para alegar que no eran válidas y promover alguna intervención desde el exterior, ya que está claro que no tienen posibilidades en los comicios.

Esta oposición no tiene más propuestas que librarse del presidente Chávez, (mejor dicho de la constitución y el plan estratégico aprobado en referendo popular que él ejecuta), asustando a la gente sobre los fines ocultos que persigue. Todo ello con el eco que le hacen las cadenas de los medios desde el exterior, con las mismas filmaciones trucadas que ellos hacen y envían.

Queda claro entonces que no tenemos la menor idea de que la democracia es el gobierno que las mayorías eligen libremente, mayoría que en gran parte de los casos no pasa de un 25 o treinta por ciento. Una vez que ha sido elegido el gobierno se supone que ese gobierno es de y para todos actuando en consecuencia. Y como ciudadano democrático tú lo aceptas así.

Entonces te gusten o no, tu estás dentro de sus programas y solo puedes oponerte a ellos mediante los mecanismos democráticos que tu constitución posibilite. De lo contrario estás conspirando contra la voluntad expresada democráticamente por la mayoría.

Pero todo ello se desconoce e ignora ingenua o malintencionadamente para alterar, dificultar e impedir si fuese posible, la dirección del plan propuesto y apoyado en múltiples elecciones, consultas y referendos populares. Cuando tu obvias la base de todo el juego democrático entonces entras en el terreno de la relatividad, que te posibilita decir cualquier barbaridad sin sentido e interpretar todas la reglas atentando contra ellas a tu conveniencia.

Justamente porque has obviado o tergiversado que la única validez de todo juego, es que fijamos y aceptamos sus reglas de común acuerdo y para mutua conveniencia. En el campo de las intenciones, de lo humano entonces, los dioses que reinan son los que encarnan las organizaciones o conductas sociales.

Podemos llamarle tranquilamente dioses de libertad-esclavitud, de justicia-injusticia, y resumirlos en humanidad-inhumanidad. De ese modo nosotros sabiéndolo o no elegimos y construimos con los actos de cada día, los entornos sociales en los que han de transcurrir nuestras experiencias de vida.

Disponer de la libertad de elección de qué afirmarás con tus actos de cada día, es como disponer de una gran suma de dinero a tu nombre en el banco. Lo sepas o no allí está, la estás usando y eres el responsable de lo que hagas con ella, de cómo la gastes, en qué la inviertas. Los dioses o demonios con que creas encontrarte luego, no serán sino la resultante acumulativa de tus actos de violencia o respeto del prójimo.

Llegamos entonces al punto donde postergar todo un espectro de capacidades humanas en aras de la urgencia de ciertos objetivos, tiene luego sus consecuencias. No estamos diciendo que se desatienda la urgencia de las circunstancias, de hecho en Venezuela el ejército trabaja hombro a hombro con el pueblo, el pueblo se sabe ejército en caso de necesidad, y el ejército se sabe pueblo en tiempo de paz.

Tampoco se ha descuidado la renovación del armamento preventivo, defensivo, ni las asociaciones estratégicas internacionales. Ni se ha desatendido la necesidad de educar las personalidades en la dirección de la complementación solidaria, libre, justa, socialista, de verdadera participación y protagonismo democrático. El nuevo currículo de estudios en construcción y la Misión Ché Guevara son la mejor prueba de ello.

¿Pero nos quedaremos allí? ¿Es suficiente con ello? ¿Y lo nuevo, el cambio dónde está? ¿Cómo estás demostrando, conductualizando tus ideales de libertad, justicia, igualdad? Por eso están todas las misiones inclusivas y solidarias sin la menor discriminación de ningún tipo a nivel nacional, y el Alba a nivel internacional. Por eso están los Consejos Comunales y los batallones del PSUV como organizaciones de base con verdadero poder económico y político.

Justamente para revertir ese tropismo de esclavitud, injusticia e irrespeto por el otro, que utiliza la propia intencionalidad y libertad de elección para negar la ajena, deshumanizándolo y deshumanizándose, es que es necesario volver a hacer disponibles todas las herramientas expresivas con que contamos, por inútiles que la urgencia del momento las haga parecer.

Porque resaltando un momento y una dirección sobre todas las demás, fue como nos postergamos y limitamos a nosotros mismos llegando a estas circunstancias. Y si en el momento siguiente a recuperar nuestra libertad, si es que eso fuese posible, la descuidáramos ahora para posibilitar la enseñanza de las artes, entonces volveríamos a reducir nuestras posibilidades en una cadena cíclica .sin fin, donde siempre estaríamos corriendo de atrás y saltando de las limitaciones de un casillero a las del siguiente.

Estructuralidad, simultaneidad y ubicuidad de funciones, son entonces los requerimientos de un proceso verdaderamente revolucionario que deje atrás la violencia de la injusticia e inhumanidad heredada. En otras palabras todo ha de avanzar en conjunto para no tener que volver una y otra vez a recoger los pedazos que vamos dejando a espaldas por el camino en nombre de las urgencias, de la cortedad de una mirada contraída, limitada.

No podemos entonces sorprendernos ni quejarnos de que nuestros conciudadanos no sepan sino repetir como loritos lo que escuchan martillar todo el santo día por los medios de comunicación. Que no hayan ganado la capacidad de sentir y pensar con libertad, de apoyarse y caminar con sus propios pies. Pues no es sino la resultante acumulativa de las elecciones que hemos hecho históricamente.

Si el repetir como loritos de memoria que nos han enseñado, como capacidad de conservar lo que la historia nos hace disponible, que no es poca cosa, es lo que ha construido estas circunstancias, encarnado socialmente estos dioses. Pues el hacer ahora nuevamente disponibles todas las herramientas expresivas, simultáneamente con las prioridades del momento, abarcando e incluyendo, es lo que ha de corregirlo y sacarnos de esta situación.

De ese modo cuantas más posibilidades tengamos de acercarnos y conocer de diferentes modos nuestro prójimo, nuestro entorno y sus objetos, mayor será la riqueza de las respuestas que podamos dar a cada circunstancia que se nos presente. ¿Y que es eso sino arte? ¿Y que mayor objeto de arte que un ser humano? ¿Qué mayor arte que el de acercarse, conocerse, descubrirse, transformarse, sorprenderse, transfigurarse ante la propia mirada, como si nos viésemos por primera vez?

Es así como contrarrestaríamos aquellos hábitos y creencias que encierran y atrapan a la conciencia en sus experiencias y conocimientos parciales, obligándola a repetir el resto de su vida lo aprendido tensa y urgentemente en una tierna y temprana etapa, en la que no disponemos de parámetros para comparar.

Cuando te acercas al mundo, sus personajes y objetos, y los conoces y grabas tensamente por la supuesta urgencia y necesidad del momento, cualquier aprendizaje que recuerdes aflorará luego tensa y temerosamente, reproduciendo y contaminando así tu pasado cada nuevo y posible momento, en una espiral sin fin ni salida.

Nada más importante y revolucionario entonces que posibilitar nuevos acercamientos distensos, alegres, calmos, que permitan reconocer y contrastar los fantasmas del pasado que te acechan y amenazan, haciéndote creer que todo mañana será inevitable repetición de tu temido ayer. ¿Cómo no temer y desear huir de la violencia de tales creencias y experiencias?

Un nuevo mundo implica entonces una conciencia que aprende a acercarse a si misma y conocerse, experimentarse de nuevos modos. Ayer fomentamos la conservación del mundo histórico que nuestros antepasados hicieron emerger de la naturalidad. Dimos primacía a la herencia, a la continuidad de lo aprendido, de la tradición.

Inculcamos sin reparar en los métodos la obediencia a la autoridad y primacía del pasado, de la memoria y los blancos cabellos sobre la imaginación y el futuro. Pero hoy que por acumulación tal conocimiento se revoluciona produciendo inhumanidad y agotamiento del entorno, no nos queda más que reconocer la inviabilidad e indispensable corrección de tal tropismo.

Por eso pese a que creo conocerte y saberlo todo de ti, me gustaría acercarme a ti sin urgencias, sin otra intención que volver a conocerte de nuevos modos. Y si la presión del pasado fuese tan fuerte en ti o en mí que no lo permitiese, quisiera poder recordar que ni tú ni yo elegimos en nuestra tierna infancia estar de este modo en el mundo.

Desearía con todo mi ser aprender el arte de la paciencia para que juntos, tu y yo, sin importar el tiempo que tomase, pudiésemos volver a sentirnos y vernos de nuevos modos. Que esta vez no impliquen urgencias, tensión, temor, ningún tipo de violencia tácita o explícita ni segundas intenciones, que nos posterguen nuevamente en aras de otros intereses.

Entonces en esa alegría renovada de estar juntos, sin otro motivo que compartir lo que somos, seguramente brotarán las imágenes de un nuevo mundo, que no serán sino expresión de esa alegría y cercanía del compartir sin temor. Si no te temo ya no puedes ser mi enemigo. Si no eres mi enemigo ya no hacen falta competencias ni defensas preventivas.

Brindo por ese mañana que valga la pena construir, que despierte nuestras mejores fuerzas y creatividad, que pueda darle sentido a la desorientación de la vida aunque todo parezca negarlo y oponerse hoy. Brindo por esa fe inquebrantable, por esa dirección de acción irreducible. ¡Por ti y por mí! Seas quien seas. ¡Por nosotros!

Michel
Balivo

SIDA Riesgos y Contagios


Las ideas y actitudes erróneas convierten a los adolescentes en el grupo con mayor riesgo para el contagio del SIDA, según un estudio de la UGR
- Los investigadores han evaluado en adolescentes su conocimiento acerca de la enfermedad, la susceptibilidad a la infección por el VIH, la comunicación con los padres y amigos sobre el tema y la ejecución de conductas de riesgo, entre otros parámetros
- Según datos de la UNESCO, más de cuarenta millones de adolescentes se infectarán por VIH hasta el año 2030
C@MPUS DIGITAL La UNESCO estima que para el año 2030, más de cuarenta millones de adolescentes de todo el mundo se infectarán del VIH. Por su parte, los datos aportados por el Registro Nacional de SIDA revelan que el mayor número de casos diagnosticados desde 1981 hasta junio de 2005 ha sido en el intervalo entre los 25 y los 34 años de edad. La mayor incidencia de embarazos no deseados en jóvenes menores de 19 años, la consolidación durante la preadolescencia y la adolescencia de actitudes, valores, creencias y hábitos que pueden incidir en la adopción de prácticas sexuales poco seguras y el hecho de que cada vez es más frecuente la incorporación de los jóvenes a la actividad sexual con más parejas, son algunos de los factores que avalan estas cifras.

Para determinar cómo son esas ideas erróneas y cuáles son las actitudes y conductas que incrementan el riesgo de contagio entre los más jóvenes, un equipo de investigadores de la Universidad de Granada ha evaluado en 657 adolescentes (491 de ellos sin trastornos, y el resto con trastornos psicológicos leves) el conocimiento que tienen de la enfermedad, la susceptibilidad a la infección por el VIH, la comunicación con los padres y amigos sobre el tema y la ejecución de conductas de riesgo.

El hecho de que en el estudio se incluyan adolescentes con problemas psicológicos responde a que “algunos estudios anteriores indicaban que la presencia de trastornos psicológicos facilitaba el aumento de emisión de conductas de riesgo”, según explica la profesora María de la Paz Bermúdez, una de las investigadoras del proyecto.

Para realizar el análisis con los adolescentes sin trastornos psicológicos, se seleccionaron varios centros de secundaria de toda de Andalucía y se les pasó a los adolescentes un completo cuestionario en el que se evaluaba el conocimiento y las conductas que tenían frente al SIDA y al contagio. Un trabajo muy complicado, ya que en algunos centros educativos “han manifestado ciertos prejuicios a la hora de dar a sus alumnos una encuesta en la que se incluían preguntas para conocer si los adolescentes realizan o no una actividad sexual segura”, explica la investigadora.

En cuanto a las ideas erróneas que se han detectado entre las encuestas del grupo de adolescentes sin trastornos psicológicos, destaca la creencia de que el SIDA puede estar causado por el mismo virus que ocasiona otras enfermedades venéreas. Un 33% de los jóvenes encuestados así lo piensa, mientras que un 54,4% no lo sabe. Un 50,9% de los encuestados considera que todas las personas infectadas por el virus del SIDA han enfermado y el 22,8% no lo sabe. El 27,3 % piensa que el SIDA es una enfermedad causada por una bacteria, y el 34,4% no sabe determinar si se trata de un virus o una bacteria. El 32,8% desconoce si esta enfermedad puede curarse si se trata a tiempo, mientras que un elevado 39,9% de los encuestados no sabe si existe un tratamiento médico que pueda prevenir la transmisión del virus.

Estos resultados varían en función de si el adolescente padece o no trastornos psicológicos. Así, los adolescentes sin trastornos tienen menos ideas erróneas y son más conscientes de la posibilidad de infección. Con respecto a las actitudes, los jóvenes sin trastornos presentan menos actitudes positivas hacia el uso del preservativo que los que sí los tienen.


Las mujeres, con menos riesgo
El sexo también incide en los resultados, de forma que en el caso de los adolescentes que no presentan ningún tipo de trastorno, los responsables del estudio han podido observar que las mujeres tienen menos conocimiento, menos ideas erróneas, menos percepción de autoeficacia en el uso del preservativo, menos actitudes negativas y más susceptibilidad a la infección que los hombres. En lo que respecta a quienes padecen algún trastorno leve, las mujeres son más susceptibles y tiene menos actitudes negativas que los hombres.

Para evitar que los adolescentes se conviertan en la principal diana del SIDA, la profesora Bermúdez señala que es importante diseñar programas de prevención que aborden todos los factores psicosociales que han sido identificados como “de riesgo” para la población española. También es necesario aumentar la susceptibilidad a la infección, dado que los adolescentes no conocen a otros chicos de su edad que se hayan infectado con esta enfermedad. El entrenamiento en habilidades para la negociación del uso del preservativo, la comunicación con los padres y en el ámbito social o la participación de los adolescentes en organizaciones sociales, son otras de las propuestas para que España deje de ser uno de los países con mayor incidencia de SIDA en Europa Occidental, según los informes correspondientes a 2005 de ONUSIDA y la Organización Mundial para la Salud.



Referencia
Profesora María de la Paz Bermúdez Sanchez. Dpto. Psicol. Evolutiva y de la Educación
Tel. 958 243 750 / 958 243 968.
Correo e. maripaz@ugr.es

Anorexia Nerviosa



Se caracteriza por el temor a aumentar de peso y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea obeso aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. En consecuencia, se inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos . También puede ser que la persona se vea afectada por atracones y después se recurra a la purga de los alimentos por el vómito o el uso de laxantes pero esta enfermedad esta catalogada como bulimia la mezcla de bulimia y anorexia que se dan por periodos cortos llamada Bulimarexia . Afecta sobre todo a las mujeres de 13 a 25 años (esta cifra ha ido variando con el tiempo).

Este tipo de anorexia precisa no sólo una realimentación, sino también un tratamiento psicológico .

El tema es ampliamente discutido últimamente, pues determinadas actitudes modernas como la ropa cada vez más estrecha, o la aparición de modelos de pasarela cada vez más delgadas puede influir negativamente en el ánimo de muchas jóvenes que tratan de conseguir el supuesto cuerpo perfecto que la sociedad parece pedir.

Según muchos psicólogos, la solución a este problema pasa por formar a la juventud , escapar de esa moda de la delgadez extrema y enseñar a la gente a ser feliz con su propio cuerpo . En general, la persona afectada de anorexia tiende a negar el problema y se opone a la rehabilitación por miedo a subir de peso.

La anorexia es una enfermedad que se caracteriza por el miedo intenso a ganar peso o por una imagen distorsionada del propio cuerpo.

Algunos síntomas de la anorexia nerviosa son:

Miedo excesivo a subir de peso
Alteraciones en la imagen corporal
Perdida de peso notable
Alteraciones en la menstruación o amenorrea (en mujeres)
Miedo a comer en frente de otras personas
Irritabilidad
Alteraciones del sueño ( Insomnio )
Ejercicio excesivo
Excusas para no comer (dolor de estómago, estudios, etc)
Osteoporosis
Frío constante
Perdida del esmalte en los dientes y caries
Desmayos
Fatiga
Uñas frágiles
Mareos
Indigestión al comer
Estreñimiento
Caída del cabello
Aparición de lanugo (vello como el de los bebés)

lunes, 19 de noviembre de 2007

La timidez


La timidez es una forma atenuada de fobia social, y que habitualmente tenemos y disimulamos todos mejor o peor.
No sabemos si resultaremos competentes, valiosos o apreciables a los demás.
Muchas veces esto esta en agudo contraste con un ambiente familiar en el que hemos sido mimados y protegidos, aunque en otras ocasiones es todo lo contrario: un ambiente familiar autoritario y descalificador también produce futuros tímidos.
Nuestra forma de ser se hace en el ejercicio de relacionarse con los demás, es un resultado de ATREVERSE a ser delante de los demás, mezclándose y entrando en conflictos que uno aprende a ir solucionando sobre la marcha.
La persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada, y como no practica no avanza, y espera que un día se levantará con la moral alta y resultará segura de sí misma por arte de gracia (y no pasando por los malos tragos y apuros que todos tenemos que traspasar para curarnos de complejos e inseguridades y para resultar hábiles amigos y relacione públicas).



Ser tímido, no es lo mismo que ser introvertido. La persona introvertida es reservada y vive, predominantemente, hacia dentro de sí misma. Prefiere expresarse con parquedad. Pero puede, perfectamente, no ser tímida. Algunos introvertidos lo son porque eligen disfrutar de su mundo interior y no salir mucho de sí mismos. Incluso pueden ser excelentes comunicadores. Y también hay tímidos que hacen esfuerzos titánicos por superarse y se han convertido en personas que aparentemente se relacionan muy bien.


Descubrir lo que somos realmente tiene algo de lanzarse al abismo de lo desconocido y explorar lo que resulta de ello, y esta es la forma mejor de superar la timidez.
Palabra a palabra obligarnos a nosotros mismos a enseñar LO QUE PENSAMOS pero también -y sobre todo- LO QUE SENTIMOS (como cuando decimos 'me moleta el humo que me hechas a la cara' o 'me gustaría que tomáramos el sábado un café juntos', o 'este fin de semana me apetece ir de excursión con unos amigos que hace tiempo que no veo').
A menudo superar la timidez es una cuestión de número de palabras (cambiar el 'si', 'no', 'tal vez' por frases de cinco minutos).
Dejarse ir hacia una frase que va a ser muy larga es como confiar en tu propio cerebro, en su auto-estimularse, refrescarse y entusiasmarse por una tarea intelectual (en el fondo le encanta, es lo suyo).

La persona tímida tiende a creer que no tiene mucho VALOR, o CAPACIDAD, pero la realidad no es exactamente esa (mucho grandes tímidos han sido perfectamente grande genios científicos o escritores) sino que UNO MISMO/A SE PONE ENCIMA UN PEDRUSCO, inhibiéndose con pensamientos de mal agüero tales como 'lo mío no tiene importancia' 'mis cosas aburren' 'mi interés no coincide con el de los demás' 'podría ofender, aburrir o molestar a alguien' o lindezas parecidas.
Este AUTO-SABOTAJE equivale a que estuviéramos pensando 'seguramente no caminaré recto y estéticamente, pareceré torpe y tropezaré' y como fruto de esta hipótesis tan poco constructiva REALMENTE hasta consiguiéramos andar mal y tropezar.
Nos cuesta encontrar un lugar en el mundo, EL NUESTRO, y en vez de ello caemos en el error de pretender ser OTROS.
Sería buena cosa rebelarnos de una vez por todas y determinarnos a ser espontáneos, aceptando luego con resignación el número amigos y enemigos que ello produzca (por lo menos seríamos felices NOSOTROS y NUESTROS amigos, y nuestra alegría decoraría como un adorno navideño el paisaje de los demás.

BEGOÑA BERASATEGUI COLEGIADO M-16400

Los celos y sus manifestaciones


Podemos decir que los celos es una emoción ante la posible pérdida de nuestra persona amada y se manifiesta por angustia, ansiedad y que dependiendo de la intensidad y la carga afectiva y conductas asociadas pueden ser normales o patológicos. Así mismo ocasionan dolor y sufrimiento al que lo sufre y a su pareja.
Las personas celosas suelen tener un perfil que se caracteriza por:

Personas posesivas (las personas son de su propiedad)
Dependientes Emocionales.
Inseguras.
Muy suspicaces casi paranoides con gran tendencia a la autorreferencia (el mundo es y funciona según sus ideas).
Autoestima baja ,aunque aparentan lo contrario, siempre se están comparando y necesitan elogio y aprobación.
Desconfiados.
Celos normales
son naturales e inherentes a la pareja ,son estados de alerta en toda relación por miedo a ser abandonados .A veces son acicates para la relación ,reavivar la pasión etc .Desde el punto de vista social es aceptable cierta dosis de celos para demostrar amor.

Celos patológicos
Son aquellos que se manifiestan por:

Control exagerado(de llamadas, movimientos, miradas etc.)
Distorsiona la realidad.
Se vuelven hipervigilantes, obsesivos a la caza y captura del detalle para demostrar que tienen razón en sus sospechas.
Pueden caer en el delirio celotípico. Este tipo de celos pueden desembocar en catástrofes, drama y en el mejor de los casos rompen la pareja, termina con la relación.
Si notas en tu pareja estos celos o los sientes tú acude a un profesional para que te ayude. Evitarás mucho sufrimiento en ti mismo y en los demás.

Hoy continuaremos con este tema que produce tanto sufrimiento al "celoso" y al "celado".

Signos alarmantes
Si la persona que es su pareja manifiesta:

Controlarlo continuamente.
No le gustan sus amigos y no quiere que salgas con ellos.
Controla tu ropa ,forma de hablar etc.
Monta escenas continuamente por celos infundados.
Si usted siente que los celos la hacen sufrir debería:

Observar lo que te quiere y como lo demuestra.
Reestructurar cognitivamente tus esquemas mentales las personas no son de tu propiedad, deben sentirse libres, sin presiones en paz.
Ponte en su lugar.
Piensa que la pareja con todas esas dudas y obsesiones se puede romper.
Con una buena educación desde pequeños, en el respeto, la tolerancia, la igualdad podemos evitar estas conductas.

Los hábitos


Un aspecto de la motivación que es difícil de sobreestimar es el hábito. Cuando hablamos sobre necesidades físicas, por ejemplo, a menudo hablamos sobre homeostasis: como un termostato que controla un horno, comemos cuando estamos bajos de nutrientes, y paramos de comer cuando tenemos suficiente.

Lo mismo puede aplicarse a los fenómenos psicológicos: cuando nuestro entendimiento de las cosas es escaso y fallamos al anticiparnos, tratamos de mejorar nuestro conocimiento; una vez que comprendemos algo, y nuestras anticipaciones den en el blanco, estaremos satisfechos. De hecho, casi parecería que pasamos nuestras vidas tratando de estar inconscientes. Después de todo, sentimos angustia cuando las cosas van mal y deseo placer cuando las cosas mejorar, pero ninguna de las dos cosas cuando todo va correctamente.

Los hábitos son cosas que son tan minuciosamente aprendidas, que funcionan tan suavemente, con tan poca angustia o deseo, que son inconscientes.

Cuando los hábitos se refieren a comportamientos sociales, los llamamos rituales. Las coronaciones, bodas, ceremonias, funerales, hacer cola, tomar turnos al hablar, decir “hola, ¿como estas? “ (quieras saberlo o no), todo son ejemplos de rituales.
También hay siempre formas de pensar y percibir que son tan minuciosamente aprendidas que tendemos a no ser conscientes de ellas: actitudes, conjuntos mentales, normas, prejuicios, defensas, etc.

La clave para identificar hábitos y rituales es que los actos son esencialmente no emocionales e inconscientes. Ducharnos, por ejemplo: lo raro es que te lavas más o menos de la misma forma cada día, como i estuvieses jugando un juego de ordenador. Objetarás que las cosas que rodea a los hábitos o rituales pueden ser emocionales (por ejemplo, un funeral), pero las cosas que se hacen también se hacen casi automáticamente – como conducir un coche – hasta que las cosas van mal.

Cuando esto pasa, experimentas algún tipo de angustia. Ve y dile a alguien que pregunta "¿como estás?" todo sobre como realmente te sientes. O quédate de forma errónea en un ascensor. O interrumpe el flujo suave de un restaurante (por ejemplo, tomando nota de los pedidos “para ayudar”). Esto es llamado “Garfinkling” (en inglés) por Harold Garfinkle, que lo inventó. Esto revelará reglas de comportamiento que están tan ritualizadas que hemos olvidado que existen.

De cualquier forma, mantener las cosas tal como están, manteniendo la ley y orden social, es una motivación extremadamente poderosa. En su forma más positiva, es nuestro deseo de paz y satisfacción. En su forma más negativa, está nuestra resistencia a nada nuevo o diferente.

DOLORES PUENTES PARRAS Tel: 807505400 Ext 4006

Suicidio en adolescentes


Agregar a favoritos Invitar a un amigo ¿Es su primera visita? Novo: Português En el índice En la web
1. Introducción
2. El adolescente suicida, la familia y el medio
3. Estudiantes universitarios suicidas.
4. Factores bioquímicos del suicidio.
5. Referencias

1. Introducción

"On the shadows of the past runs the future"
"Happiness is found along the way, not at the end of the road"
by Steve Hanks.
"Sobre las sombras del pasado corre el futuro"
"La felicidad es encontrada a lo largo del camino, no al final de él".
Sugiere
Un niño triste y solitario buscando la felicidad y asustado por al porvenir
"Durante la adolescencia, etapa de desarrollo por la que atraviesa todo individuo, se presentan en los jóvenes cambios difíciles que les producen ansiedad y depresión hasta llegar, en muchas ocasiones, a una tentativa de suicidio. Este intento plantea el problema de la depresión como vivencia existencial y como una verdadera crisis de la adolescencia. La manipulación de la idea de la muerte en el joven suele ser frecuente, pero debe hacerse la diferencia entre el adolescente que piensa en el suicidio como una llamada de auxilio, como una manera de comunicar su descontento a los demás, el que ve el suicidio como una idea romántica y aquél que realmente lo lleva a cabo. Si cerca de nosotros se encuentra algún adolescente cuyo comportamiento indique que intentará suicidarse, atendamos sus señales, pues podemos darle el apoyo necesario para superar su problema.
El suicidio de los adolescentes es un tema que suele callarse y evadirse pues impacta y cuestiona el sistema familiar y social en que vivimos; sin embargo, es importante conocer y reflexionar en las causas que llevan a un joven a su autodestrucción, así como saber cuál es el significado de este acto y cómo puede prevenirse.
Vinoda, uno de los expertos en el tema, dice que el suicidio es un fenómeno complejo que comprende factores físicos, sociales y psicológicos que actúan e interactúan; sin embargo, la forma en que el individuo se relaciona con su medio ambiente y cómo afecta este último su personalidad, son causas que determinan que el individuo intente suicidarse o no.
Todos los suicidios y los intentos suicidas hablan de una crisis emocional, de una perturbación en la forma en que se vive, de un desacuerdo social, además de otros factores adicionales que revisaremos más adelante.
El suicidio es el resultado de un acto de la víctima dirigido contra su propia vida, acto que puede ser una lesión autoproducida o suicidio, o la realización de una actividad extremadamente peligrosa que, con toda probabilidad, conduce a un accidente fatal. Otro tipo de suicidio es el que se conoce como submeditado, en donde la intención de morir no es consciente, de manera que la víctima -sin reconocerlo- se autodestruye lentamente. Es el caso de las personas que padecen una enfermedad provocada por sentimientos negativos o estados emocionales que afectan la salud física. Otra forma indirecta de autodestrucción consiste en la ingestión de substancias dañinas para la salud como drogas, alcohol y tabaco.
Schneiderman clasifica la conducta suicida en cuatro tipos:
1. La conducta suicida impulsiva, que generalmente se presenta después de una desilusión, de una frustración o de fuertes sentimientos de enojo;
2. la sensación de que la vida no vale la pena, sentimiento que suele resultar de un estado depresivo. Aquí, el adolescente considera que sus sentimientos de minusvalía y desamparo nunca desaparecerán;
3. una enfermedad grave, que puede llevar al individuo a pensar que "no hay otra salida", y
4. el intento suicida como medio de comunicación, en donde el joven no desea morir pero, quiere comunicar algo por medio del
suicidio y, así, cambiar la forma en que lo tratan las personas que lo rodean. También puede ser un intento por atraer el interés de los demás o un medio para expresar sus sentimientos de enojo.
Farberow menciona que, en la gran mayoría de los casos de suicidio, suele haber un elemento de comunicación en el comportamiento del adolescente y que, generalmente, éste exterioriza llamadas previas de auxilio. Dicha comunicación puede presentarse en forma verbal, por medio de amenazas o de fantasías; o no verbal, en donde surgen desde verdaderos intentos de autodestrucción hasta comportamientos dañinos menos inmediatos y menos directos. Estas llamadas de auxilio se dirigen frecuentemente a personas específicas con el objeto de manipular, controlar o expresar algún mensaje a dichas personas, y con ello se espera provocar una respuesta particular. El joven intenta producir acciones o sentimientos particulares en las personas que lo rodean o pretende avergonzar o despertar sentimientos de culpa en ellos.
La adolescencia, como etapa de desarrollo de todo individuo, es una etapa dolorosa en que el joven pasa por cambios difíciles que le producen ansiedad y depresión. Por esto, la tentativa del suicidio es una de las conductas más significativas del adolescente. Por el contexto depresivo que la envuelve, la tentativa de suicidio plantea el problema de la depresión como vivencia existencial y como una verdadera crisis durante la adolescencia. La manipulación de la idea de muerte en el joven suele ser frecuente; sin embargo, hay que distinguir entre el adolescente que piensa en el suicidio, inclusive como una idea «romántica», y aquél que realmente lo lleva a cabo.
Durante esta etapa, el adolescente se siente muy inseguro en razón de su desarrollo corporal y, en ocasiones, puede llegar a sentir «que su cuerpo es algo aparte de él». De hecho, siente la necesidad de dominar su cuerpo que se encuentra en constante cambio; pero como puede vivir su cuerpo como un objeto casi externo y extraño, siente que en el momento del intento suicida su cuerpo no es el que realmente recibe la agresión ni que canaliza hacia él sus tendencias agresivas y destructivas. Por otro lado, durante la adolescencia, el individuo abandona gran parte de sus ideas e imágenes infantiles, tan importantes para él durante todo su desarrollo anterior. De esta manera el intento suicida puede ser la representación de su trabajo de duelo. De acuerdo con Aberastury, durante la adolescencia se elaboran tres duelos básicos: a) el duelo por el cuerpo infantil, b) el duelo por la identidad y el rol infantil, y c) el duelo por los padres infantiles, es decir, el duelo por la imagen con que percibía a sus padres durante la infancia. En una situación ideal, la elaboración de estos duelos permitirá que el adolescente continúe con su desarrollo.
El suicidio de los adolescentes puede tener varios significados, aparte de los mencionados. Éstos son aplicables a todas las edades de la vida, pero debe advertirse que, en función de la madurez del individuo, hay significados que se aplican preferentemente a ciertos períodos de la vida.


Beachler describe varios significados posibles:
1. La huida, es decir, el intento de escapar de una solución dolorosa o estresante mediante el atentado en contra de su vida, ya que ésta se percibe como insoportable;
2. el duelo, cuando se atenta contra la vida propia después de la pérdida de un elemento importante de la persona;
3. el castigo, cuando el intento suicida se dirige a expiar una falta real o imaginaria. Aquí el joven se siente responsable por un acto negativo y desea autocastigarse para mitigar la culpa;
4. el crimen, cuando el joven atenta contra su vida, pero también desea llevar a otro a la muerte;
5. la venganza, es decir, cuando se atenta contra la vida para provocar el remordimiento de otra persona o para infligirle la desaprobación de la comunidad; 6. la llamada de atención y el chantaje, cuando mediante el intento suicida se intenta ejercer presión sobre otro;
7. el sacrificio, en donde se actúa contra la vida para adquirir un valor o un estado considerado superior, es morir por una causa, y
8. el juego, común en los adolescentes, cuando se atenta contra la vida para probarse a sí mismo o a los demás que se es valiente y parte del grupo.
Kovacs, por su parte, menciona que no puede considerarse la conducta suicida del joven como un acto plenamente dirigido por el deseo de morir; dice que el intento suicida involucra un debate interno, una lucha entre el deseo de morir y el de seguir vivo. El adolescente que intenta suicidarse, lucha internamente entre ambos deseos. Este dato es importante para las personas que desean ayudar a los adolescentes, pues se sabe que en su interior sí existe un deseo de seguir viviendo.
Por otro lado, algunos autores consideran que la impulsividad propia del adolescente explica en parte el acto suicida. Así, mientras mayor sea la impulsividad de un individuo, mayor será la posibilidad de autodestrucción. Sin embargo, para Haim, el factor más significativo del adolescente que intenta suicidarse, es su incapacidad interna de elaborar y superar los procesos de pérdida y duelo por los que pasa, de manera que prolonga sus sentimientos de decepción y dolor. A su vez, Peck encontró una relación entre la incapacidad del joven para manejar las situaciones angustiantes y la tendencia al suicidio, y una preocupación excesiva con respecto al fracaso. Así, la conducta autodestructiva puede entenderse como un mecanismo utilizado por algunos jóvenes para manejar tanto el estrés como las situaciones indeseables en la vida.

2. El adolescente suicida, la familia y el medio

En toda conducta destructiva existe una buena cantidad de agresión que puede dirigirse hacia adentro; es el caso de los estados depresivos y las tendencias autodestructivas; o dirigirse hacia afuera, por medio de actos delictivos o agresivos. Desde el punto de vista "interaccional", se ha aceptado que cuando la agresión se dirige hacia afuera, se establece una relación entre el que agrede (en este caso el adolescente) y quien recibe la agresión. Como la interacción puede darse en muchos niveles, desde el verbal hasta el físico, las dos personas o grupos que interactúan en este juego de agresión, lo hacen de la misma forma en que manejan el resto de su relación (la cual originalmente promovió la agresión) y, con seguridad, caerán en un círculo vicioso. Es decir, si el adolescente percibe cierto rechazo o la situación familiar le provoca sentimientos de enojo y de agresión, expresará estos sentimientos o el rechazo por diversos medios; a su vez la familia recibirá estas expresiones agresivas de la misma forma, lo que fomentará una mayor agresión hacia el joven y de esta manera se alimentará un círculo vicioso en donde se requiere de una verdadera comunicación para romper la cadena de agresiones. En caso de que el suicidio ocurra dentro de un contexto interaccional como éste, se observa que el comportamiento autodestructivo es un medio para comunicarle a los demás sentimientos, demandas o súplicas que el adolescente no sabe expresar de otra manera. Por lo tanto, el comportamiento autodestructivo se convierte en una comunicación con un propósito determinado y con un contenido dirigido hacia un público específico.
La seriedad del intento suicida radica en lo que el joven hace o deja de hacer para ser descubierto antes de morir. Si el fin del acto es comunicar un estado de descontento en general, el joven provocará ser descubierto antes de alcanzar su cometido de morir; sin embargo, aunque esta actuación es de menor gravedad que la de un adolescente que arregla todo para no ser descubierto, siempre debe prestarse la atención debida y ayudar al joven a elaborar y superar la crisis por la que pasa.
¿Pero qué factores familiares pueden llevar a un joven a desear quitarse la vida? Existen desde luego factores que fomentan el suicidio en los adolescentes, pero que en sí mismos no son decisivos para que se decida hacer un intento suicida. Muchos de ellos pueden contribuir a la confusión y a la depresión del joven, pero se requiere la conjunción de una diversidad de factores para que se llegue al extremo de la autodestrucción.
Se ha observado que en las familias de adolescentes suicidas los padres tienden a ser débiles internamente y que a su vez padecen fuertes sentimientos de depresión, desesperanza y desaliento. El joven que por el momento en que pasa, sufre esos mismos sentimientos, no posee las herramientas para manejarlos, pues ha visto en casa una incapacidad para manejar sentimientos negativos. Por otro lado, las familias del individuo autodestructivo suelen tener problemas para controlar sus impulsos, es decir, los miembros de la familia tienden a ser impulsivos en su enfrentamiento diario con la vida. También puede existir una tendencia familiar a manejar el estrés de manera inadecuada, y el joven aprende que éste o cualquier tipo de presión son situaciones intolerables que deben evitarse a toda costa.
En este tipo de familias suele haber conflictos constantes, particularmente separaciones, y antecedentes patológicos especialmente de alcoholismo o alguna adicción en uno o ambos padres.
En general, en estas familias existe una estructura alterada que se caracteriza por un sistema cerrado que inconscientemente prohibe a sus miembros comunicarse entre sí y relacionarse estrechamente con el exterior. De manera que el joven se siente aislado dentro y fuera de casa, en donde tampoco la comunicación se da abiertamente.
En relación con el manejo afectivo, las familias de los adolescentes que tienden al suicidio, suelen mostrar un patrón agresivo de relación, con dificultades para expresar el enojo y la agresión, así como una depresión familiar generalizada. Las relaciones intrafamiliares se encuentran desbalanceadas y el adolescente -por norma- sirve de chivo expiatorio que carga con las culpas, los defectos o las partes malas de la familia. De esta manera, el joven deprimido siente que no es deseado y que no se le quiere, tiene un sentimiento doloroso de abandono que expresa por medio del aislamiento y, posteriormente, de un intento suicida.
Resumiendo, las razones psicodinámicas más comunes en los intentos suicidas son:

Un dolor psíquico intolerable del cual se desea escapar;
Necesidades psicológicas frustradas, tales como : seguridad, confianza y logros;
Un intento por acabar con la conciencia, sobre todo la del dolor;
Falta de opciones, o bloqueo para verlas;
un impulso súbito de odio a sí mismo, en un marco de alineación grave, y
Una autoevaluación negativa, con autorrechazo, desvaloración, culpa, humillación, sensación de impotencia, desesperación y desamparo.
Un impulso súbito de odio hacia sí mismo, en un, humillación, sensación de impotencia, desesperación y desamparo.
Como se mencionó anteriormente, en el acto suicida siempre habrá una lucha interna entre el deseo de morir y el de seguir viviendo. Generalmente, el individuo suicida pedirá auxilio de una u otra forma. Si cerca de nosotros se encuentra algún adolescente cuyo comportamiento, ya sea verbal o no verbal, revela que el joven podría intentar suicidarse, hay que atender esas señales pues existe la posibilidad de ayudarlo o de buscar el apoyo de profesionales que pueden guiarlos en el manejo de sus problemas.
La familia siempre será la fuente principal de apoyo y aceptación. En ocasiones, la inexperiencia o las propias vivencias pueden alterar el funcionamiento de la familia. Este hecho puede verse reflejado en la depresión de uno de los hijos. Lo importante no es encontrar culpables, sino descubrir el problema a tiempo para darle la mejor solución posible".
" El suicidio entre los jóvenes es una tragedia no mencionada en nuestra sociedad. De manera tradicional se ha evitado la idea de que nuestros jóvenes encuentran la vida tan dolorosa que de forma consciente y deliberada se causan la muerte. En algunos casos puede ser más fácil llamar " accidente" a un suicidio. El índice de suicidios para niños menores de 14 años de edad está incrementándose a un ritmo alarmante y para los adolescentes está aumentando aún más rápido.
En un estudio retrospectivo de admisiones a una sala de emergencias de un hospital pediátrico durante un periodo de 7 años, los investigadores identificaron a 505 niños y adolescentes que habían intentado suicidarse (Garfinkel, Froese y Hood, 1982). Este grupo fue comparado con un grupo control de niños que eran similares en edad, sexo y fecha de admisión. Los niños en el grupo suicida presentaron las siguientes características:

Hubo tres veces más niñas que niños .
Los síntomas clínicos mostrados más a menudo tanto por niños como por adolescentes fueron afecto fluctuante y agresividad, hostilidad o ambos.
La mayor parte de los intentos de suicidio ocurrieron en el hogar (73%), el 12% en áreas públicas, el 7% en la escuela y el 5% en la casa de un amigo. En el 87% de los casos alguien más estaba cerca – por lo general los padres-.
La mayor parte de los intentos fueron realizados durante los meses de invierno, en la tarde o en la noche.
La sobredosis de fármacos fue el medio principal del intento de suicidio.
Más del 77% de los intentos fueron considerados de letalidad baja, el 21% moderadamente letales y poco más del 1% muy letales.
3. Estudiantes universitarios suicidas.

El 20% de los estudiantes universitarios han abrigado pensamientos suicidas durante sus carreras universitarias.
Varias características de los suicidos estudiantiles se extrajeron de un estudio realizado en la Universidad de California en Berkeley ( Seiden, 1966, 1984). En comparación con los no suicidas, los estudiantes que cometieron suicidio:

Tendieron a ser mayores que el estudiante promedio por casi 4 años.
Estuvieron sobrerrepresentados de manera significativa entre los estudiantes posgraduados.
Tuvieron mayor probabilidad de ser hombres, aunque la proporción de mujeres suicidas fue más alta.
Tuvieron mayor probabilidad de ser estudiantes extranjeros y estudiar especialidades en idioma o literatura.
Como subgraduados tendieron a presentar mejores expedientes académicos, pero como estudiantes posgraduados estuvieron por debajo del promedio de calificaciones.
Razones para el suicidio de estudiantes.
Primero:
Mientras que la proporción de suicidios masculinos a femeninos en la población en general es de 3:1, para los estudiantes universitarios es de 1.5:1.
Segundo:
El hecho de que los subgraduados que cometen suicidio tengan mejores expedientes escolares que la población universitaria en general revela una paradoja dolorosa. Para las normas objetivas, los estudiantes suicidas se desempeñaban bien en la escuela. Sin embargo, amigos y parientes reportan que casi todos ellos estaban insatisfechos con su desempeño académico. Estaban llenos de dudas acerca de su propia capacidad para tener éxito. Una explicación para estos sentimientos es que los estudiantes estaban muy motivados hacia el logro y tenían expectativas irrealmente altas para sí mismos.
Tercero y relacionado con el anterior, muchos estudiantes suicidas sienten una vergüenza abrumadora y deshonra debido a su sensación de haberle fallado a los demás.

Las otras víctimas del suicidio.
Parientes y amigos. Cuando ocurre un suicidio los pensamientos se vuelven de inmediato a la persona que se ha provocado la muerte. ¿Qué dolor insoportable estaba sufriendo para justificar un fin así? Pero las verdaderas víctimas de esta tragedia a menudo son la familia, parientes y amigos que son dejados atrás para enfrentar todo lo que implica este acto.
Elizabeth Kubler- Ross (1983), una psiquiatra que ha investigado y escrito de manera extensa acerca de la muerte y la agonía, ha perfilado una serie de reacciones que las personas experimentan cuando un miembro de la familia ha cometido suicidio:
La primera de 3 etapas se caracteriza por conmoción, negación y aturdimiento. Les es difícil hablar al respecto, tienden a evitar usar la palabra suicidio y pasan por los arreglos del funeral como si no tuviera significado personal. El dolor es tanto, que se cierran a sus propios sentimientos.
En la segunda etapa, comienzan a experimentar pena. Tratan de culpar a alguien o a sí mismos por lo que pasó y por último expresan cólera hacia el difunto: ¿Cómo pudiste hacernos esto?.
La tercera etapa es dejarlo ir, o terminar un asunto incompleto ( como el hecho de pensar: "nunca le dije que lo amaba").

4. Factores bioquímicos del suicidio.

Ni una perspectiva puramente sociológica o psicológica parecen explicar adecuadamente las causas del suicidio. También es probable que estén implicados otros factores. Por ejemplo, en forma consistente con la evidencia fuerte de que los neurotransmisores químicos están asociados con la depresión y la manía, evidencia similar muestra que la depresión está relacionada con la bioquímica. Se ha encontrado que el fluido espinal de algunos pacientes deprimidos contiene cantidades anormalmente bajas de 5HIAA (ácido 5 hidroxindoleacético), el cual es producido cuando la serotonina, un neurotransmisor que afecta los estados de ánimo y las emociones se desintegra en el cuerpo. Es más. Existe alguna evidencia de que los receptores de serotonina en el tallo cerebral y en la corteza frontal pueden estar deteriorados. A esto se le conoce como "transtorno bipolar".
En realidad no se puede decir exactamente cuales pueden ser los verdaderos motivos para que un adolescente decida suicidarse, ya que debido a el transtorno bipolar ha habido jóvenes que aparentemente lo tenían todo en la vida: salud, una familia estable, un círculo amplio de amistades y buen nivel académico que lo han intentado, pero muchos de ellos han logrado salvarse gracias a los avances de la ciencia ya que se les ha detectado el transtorno bipolar y se les ha puesto bajo tratamiento médico.
Considero que nada ni nadie justifica el cometer un acto de tal naturaleza, sobre todo por el dolor que se deja a los demás y creo que tal vez una de nuestras labores como docentes que convivimos a diario con cientos de jóvenes es buscar la manera de sensibilizarlos y orientarlos en cuanto a este tipo de problemática y evitar en lo posible convertirnos nosotros mismos en "las otras víctimas del suicidio".


Trabajo enviado por:
Luz Elena Macias Placeres
Isiswitch[arroba]hotmail.com
Maestría en análisis de sistemas industriales
Centro universitario de ciencias exactas e ingenierias
Metodología

Sexualidad en el adolescente

1. Introducción

"La sexualidad es el más delicado de los comportamientos humanos. Exige cualidades de inteligencia, equilibrio, desprendimiento interior y generosidad. La sexualidad es el único terreno en el cual resulta imposible hacer trampas".
La masturbación solitaria es probablemente la actividad sexual más difundida durante este período. A esta práctica sexual solitaria se le han atribuido a lo largo de la historia cantidad de males imaginarios, entre los cuales destacamos: la pérdida de memoria, la parálisis, la imposibilidad de tener hijos y montón más de creencias estúpidas que han provocado el temor en muchos de los que la practicamos.
La masturbación es necesaria como conocimiento de nuestro propio cuerpo, algo realmente útil en la adolescencia. Con esta técnica tratamos que nuestro cuerpo responda a los estímulos erógenos que le enviamos, nos satisfacemos y a la vez nos conocemos. Este es el primer paso para una sexualidad positiva en la etapa adulta. Bajo una forma más compleja, la masturbación en el adolescente puede indicar una tensión psíquica al margen completamente de la sexualidad, representando para muchos una manera de consolarse frente a un entorno nocivo, un modo de evadirse del hecho de sentirse desgraciados, etc... Aquí la masturbación actúa de alivio corporal ante una tensión emotiva, en otras palabras, de relax.
Cuando a la masturbación siempre añadimos las mismas imágenes mentales para alcanzar el placer podemos caer en lo que llamamos fijaciones sin las cuales en placer sería inalcanzable. A menudo se inician en la adolescencia y pueden mantenerse fijas durante toda la existencia del individuo. Evidentemente este tipo de masturbación no logrará una posterior sexualidad positiva sino todo lo contrario haciendo que esa persona sea incapaz de obtener placer a través de otros medios más adultos como el acto sexual.
La clave a menudo que determina la adecuada sexualidad del adolescente y futuro adulto está en la educación sexual recibida. La educación sexual es algo muy hermoso pero quien haga de educador no debe tener represiones sexuales en su subconsciente ni miedos ni complejos porque de este modo la imagen de la sexualidad transmitida será errónea y llena de tabúes.
Reflexiones comúnmente oídas como "Mi madre me ha puesto al corriente del acto sexual pero estaba tan violenta al hablarme que hubiera preferido que callara..." demuestran lo corriente que es convertir la sexualidad en una cuestión mezquina.
La sexualidad bien comprendida es sencilla, porque procede de una persona natural y liberada de sus problemas internos. Debe estar compuesta de altruismo y respeto. No existe verdadera sexualidad con miedo interno. La sexualidad es una donación de sí mismo. Para llegar a ella es necesario que el individuo esté completo en su ser y que la sexualidad no sea una maniobra destinada a compensar sus debilidades y sus miedos.

2. La sexualidad del adolescente y del joven

Comprende de los 12 a los 19 años, es una época de rápidos cambios y difíciles empresas. El desarrollo físico es sólo una parte de este proceso, porque los adolescentes afrontan una amplia gama de requerimientos psicosociales: independización de los padres, consolidación de las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad, incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad práctica, fomento de las capacidades intelectuales y adquisición de una responsabilidad social e individual básica, por nombrar sólo algunos. Pero a la vez que el adolescente se encara con tan compleja sucesión de dificultades concernientes a su evolución conjunta como ser humano, debe dirimir su sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en las diversas clases de actividad sexual, descubriendo la manera de identificar el amor y asimilando los necesarios conocimientos para impedir que se produzca un embarazo no deseado. No es extraño que en ocasiones el adolescente sea víctima de conflictos, sufrimiento y desconcierto.
Por otro lado, la adolescencia también es una etapa de hallazgo y eclosión; una época en que la maduración intelectual y emocional corre paralela con el desarrollo físico y genera una libertad y un creciente apasionamiento vital. La adolescencia no es únicamente un periodo de turbulencia y agitación, como quieren las concepciones tradicionales, sino que, a la vez, suele ser una fase de goce y felicidad que marca el tránsito agitado y tumultuoso al estado adulto (Offer y Offer, 1975). La naturaleza paradójica de la adolescencia se patentiza sobre todo en la esfera de la sexualidad.

3. Aspectos psicosexuales de la adolescencia

Fantasías sexuales
Los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental de cara a ulteriores situaciones sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y, en fin, supone un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante. La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse sexualmente en fases posteriores.


Independencia
A medida que el adolescente pugna por consolidar un sentido de identidad e independencia personal con respecto a sus padres y a otras figuras autoritarias, adquieren gran importancia las relaciones recíprocas con los compañeros y compañeras de la misma o parecida edad. Así, por ejemplo, la necesidad de libertad que experimenta el adolescente se acompaña normalmente del imperativo de ser como sus amigos, por más que en ocasiones ambas exigencias sean contrapuestas o antagónicas.
Las presiones del grupo de edad a que pertenece el adolescente varían según las colectividades sociales.
En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos, algunos adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y de presentar cara a la escala de valores de la otra generación. Pero la conquista de esa libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo y otro un considerable legado sexual de sus mayores y de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de culpabilidad sexual. Han cambiado antes las actitudes que la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea de igualdad entre ambos sexos No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la superioridad del varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la mujer la que lo hace, lo más probable es que se la tache de "atrevida" o "calentorra". Los adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala información y desconcierto en materia de sexualidad; más bien parece que hayan sustituido determinados problemas por otro contingente de dificultades.

Reacciones paternas
Muchos adultos dan la impresión de sentirse amenazados por las pautas del adolescente en esta materia y tratan de regularlas de manera ilógica, como lo demuestra el hecho de que se pretenda a veces suprimir la educación sexual en las escuelas ("les llenaría la cabeza de malas ideas"), restringir la información sobre métodos anticonceptivos ("que sigan teniendo miedo a quedar embarazadas"), censurar libros y películas o, sencillamente, fingir que la sexualidad del adolescente no existe en absoluto. Por fortuna, no todos los padres adoptan una visión tan negativa de la sexualidad juvenil y en algunos casos asumen posturas más liberales. También es importante constatar que la conducta sexual del adolescente puede crear inquietud en los progenitores. A muchos padres les preocupa que sus hijos adolescentes se vean atrapados en un embarazo involuntario, conscientes de que, aun cuando él o ella dispongan de medios anticonceptivos, quizá no los sepan utilizar eficazmente en el momento preciso. Los padres también se inquietan, y no sin motivo, de que sus hijos adolescentes puedan contraer una enfermedad venérea.

Pautas de conducta sexual
La masturbacion
Kinsey y colaboradores (1953) detectaron una marcada diferencia en cuanto a la incidencia de la masturbación en los varones y en las mujeres. No obstante, la tendencia actual indica un aumento de la masturbación en las muchachas adolescentes.
La masturbación cumple en los adolescentes varias funciones de importancia, como son el alivio de la tensión sexual, el constituir una forma inocua de experimentación sexual, la mejora de la autoconfianza en el desempeño sexual, el dominio de los impulsos sexuales, la mitigación de la soledad y una válvula de escape de la tensión y el estrés generales.

Las caricias (petting)
Kinsey y colaboradores lo definen como el contacto físico entre varones y mujeres con miras a lograr la excitación erótica sin realizar el coito. Recientemente, un estudio basado en entrevistas con estudiantes de ambos sexos de primer año de universidad, a los que se preguntó sobre sus experiencias sexuales en el instituto de secundaria, puso de manifiesto que el 82 % tuvo estimulación genital con su pareja, y que el 40% de las muchachas y el 50% de los chicos habían tenido orgasmos durante el petting (Kolodny, 1980).
El petting debe contemplarse a la luz de los cambios de actitud que hoy se observan en la conducta sexual del adolescente. Además de practicar buen número de actividades sexuales a edad más temprana que otras generaciones, muchos de los adolescentes de nuestros días han prescindido de la costumbre de "salir" o darse cita con compañeros o compañeras y de "entablar un noviazgo" formal, y se atienen a pautas de interacción social menos estructuradas.

El coito
La primera experiencia coital puede constituir un episodio de dicha, goce, intimidad y satisfacción o, por el contrario, originar inquietud, desengaño y culpa. Es un error deducir que los chicos y chicas que tienen su primera relación coital a edad más temprana son por ello mismo promiscuos, ya que muchos adolescentes jóvenes se limitan a realizar la experiencia con una misma compañera en cada ocasión. También debe tenerse en cuenta que no pocos adolescentes que ya no son vírgenes realizan el acto sexual con escasa frecuencia. En el caso de algunos muchachos, sobre todo los que "probaron" efectuar la cópula por el afán de experimentar, desvelado el misterio hallan menos intrigante y apetecible la relación sexual y pasan largos periodos sin hacer el amor o copulando de tarde en tarde, impulsados a veces por el deseo de encontrar "la persona adecuada". Los adolescentes que mantienen una relación amorosa que permanece desde hace tiempo, suelen realizar el coito con bastante regularidad.
En los últimos años se ha puesto de manifiesto que entre los adolescentes con experiencia sexual está emergiendo un contingente que se muestra desengañado, insatisfecho o turbado en lo que atañe a su vida sexual. En ocasiones se trata de muchachos o muchachas que esperaban tanto de esa primera experiencia que luego se sienten poco menos que frustados o estafados si la situación no resulta conmocionante. Otros padecen trastornos sexuales que les han impedido gozar del contacto íntimo. Un tercer contingente está constituido por adolescentes que en un principio gozan con la experiencia sexual, pero que pierden interés por ella cuando se dan cuenta de que la relación con el compañero o compañera tiene tan sólo una motivación sexual, o cuando se rompe el vínculo y una parte se siente utilizada o manipulada. Buena parte de esos optan por la continencia para salir del paso, en la confianza de que cuando sean mayores- o cuando den con la pareja adecuada- las cosas serán de otro modo. Por último están los que, siendo sexualmente activos, hallan escaso o nulo el placer en las relaciones íntimas.

Experiencia homosexual
Los estudios de Kinsey pusieron de manifiesto que muy frecuentemente los adolescentes varones habían tenido al menos una experiencia homosexual, en tanto que el porcentaje de experiencias lésbicas entre muchachas era muy inferior.
Conviene tener presente que un encuentro aislado entre dos adolescentes del mismo sexo o una pauta efímera de actividad homosexual no basta para afirmar que el individuo tenga una inclinación de este tipo. La mayor parte de los adolescentes que han tenido experiencias homosexuales no se ven como tales y, ya adultos, su conducta es heterosexual. Aun así, hay adolescentes que albergan sentimientos de culpa y se muestran ambivalentes respecto a su orientación sexual como consecuencia de un solo episodio de ese género, lo que les turba emocionalmente.
El adolescente que se inquieta ante la idea de ser homosexual reacciona de muy diversas formas. Los hay que evitan toda relación con individuos del mismo sexo a la vez que tratan de reforzar su identidad heterosexual saliendo con chicas y entregándose a contactos amorosos heterosexuales. Otros optan por evitar todo tipo de situaciones sexuales. Además, están los que se tienen por bisexuales, los que estiman que la excitación homosexual es una etapa transitoria que dejarán atrás, y, en fin, los adolescentes que recaban la ayuda de un profesional para salir de apuros.
Algunos adolescentes "sienten" de manera intuitiva que son homosexuales, o bien superan el desconcierto inicial acerca de su identidad sexual y asumen de forma positiva la homosexualidad. Estos últimos suelen consultar libros sobre el tema, buscan la compañía de otros homosexuales y aspiran a introducirse socialmente en la subcultura homosexual. Estas personas se enfrentan con algunas dificultades en virtud del concepto hoy vigente sobre la homosexualidad y no confiesan sus preferencias sexuales a la familia o a los amigos (lo que se conoce como coming out, es decir, "salir a la superficie") hasta más tarde, y eso suponiendo que decidan hacerlo.

4. La primera etapa de la edad adulta (18-30 Años)

El primer ciclo de la edad adulta, que comprende aproximadamente desde los 20 a los 40 años, es un periodo en que los individuos toman importantes decisiones en su vida (matrimonio, trabajo, modelo de vida) y pasan de las ambiciones relativamente no verificadas de la adolescencia a una madurez personal decantada por la realidad del mundo en que viven. Para la mayoría de las personas es un época de creciente responsabilidad sobre las relaciones interpersonales y la vida de familia.
En los últimos años, se observa en general una clara propensión a contraer matrimonio a una edad más tardía que en décadas anteriores. Como resultado de este fenómeno muchos jóvenes, varones y mujeres, mantienen la soltería durante un lapso de tiempo considerable, lo que sin la menor duda ha alterado las pautas de comportamiento sexual que regían en tiempos de Kinsey. Hoy, buen número de personas entre los 20 y los 30 años consideran que la adquisición de experiencia sexual es un paso inicial que facilita la acertada elección de pareja, en contra de la idea antes vigente de preservar la virginidad. Erikson (1968) observa que el desarrollo de la capacidad para una convivencia íntima es uno de los principales objetivos del joven adulto.
Por lo general, el adulto joven no se halla tan sujeto a la "presión de los compañeros de su edad en materia sexual" como lo está el adolescente, sino que predomina en él la fuerte necesidad interna de "foguearse " sexualmente. La libertad de movimientos respecto de los padres y los límites que imponen al adolescente va acompañada de un acceso más fácil a un entorno más íntimo, a un lugar en el que poder estar solo, sea un apartamento, la habitación de un motel o un centro de vacaciones, lo que conlleva de paso mayores oportunidades en el terreno sexual. Dentro de ese estado de soltería se observan varias formas comunes de comportamiento sexual:
El experimentador parece evaluar los lances sexuales atendiendo a la frecuencia, diversidad y eficacia en el desempeño amoroso; él o ella dan la impresión de considerar la vida como un copioso super orgasmo sexual y su actitud es, normalmente, ésta: "Ahora es tiempo de pasarlo en grande, porque luego voy a sentar la cabeza".
El buscador pugna por hallar la unión ideal (y la compañera perfecta con la que casarse) a base de continuas experiencias sexuales, confiando en dar así con lo que anda buscando. La vida en común puede convertirse en un campo de pruebas cuando se entablan relaciones sobre esta base.
El tradicionalista participa de buena gana y placenteramente en la actividad sexual, pero conserva el coito para las "relaciones serias". Es posible que antes de contraer matrimonio el tradicionalista tenga varias parejas sexuales, pero siempre de una en una durante un periodo de tiempo dado. Es indudable que podrían reseñarse otros modelos o formas de comportamiento sexual, pero los tres enumerados parecen ser los más corrientes.
Los primeros años del estado adulto son una época de incertidumbre sexual para unos y de satisfacción plena para otros. A veces la sexualidad se tuerce debido a sentimientos de culpa o de inmoralidad que el individuo, hombre o mujer, arrastra de antiguo. La preocupación que tenía el adolescente acerca de su idoneidad sexual no ha desaparecido del todo, y el joven adulto continúa preocupándose también de su prestancia física, dotes sexuales y destreza personal en el amor. Es posible que aún no se hayan resuelto los conflictos en torno a la identidad sexual, e incluso para los que han logrado aceptar y asumir su condición de homosexuales o bisexuales, las presiones y prejuicios sociales pueden suponer obstáculos y dificultades.
Pese a la existencia de tales problemas, los jóvenes adultos son hoy más activos en el plano sexual que sus homólogos de otras épocas. Un factor determinante que contribuye a este cambio es el relativo abandono de los viejos postulados discriminatorios, según los cuales las aventuras amorosas prematrimoniales estaban prohibidas a las mujeres, pero no a los hombres. Por todo ello no sorprende que las diferencias en la banda de actividad sexual entre varones y mujeres se hayan reducido en gran medida con respecto a las que regían en otros tiempos.
En la actualidad los adultos jóvenes se enfrentan con algunos conflictos sexuales suplementarios que vienen a ser una especie de reacción antagónica del lema "cualquier cosa vale" de las décadas de 1960 y1970. Por ejemplo, si bien en los últimos treinta años se ha producido un cambio de actitud espectacular en lo que atañe a las relaciones sexuales prematrimoniales, la promiscuidad sexual sigue siendo objeto de reprobación más o menos larvada. Además, si bien la mayoría de los solteros, hombres y mujeres, estiman que no es necesario querer a la pareja de turno para tener relaciones sexuales placenteras, se empieza a observar un desencanto creciente en lo que concierne al sexo fortuito o accidental y a los amores de una noche.
Parece que esta tendencia se debe, al menos en parte, a la cada vez más consciente aprensión al contagio venéreo. Por otra parte, entre los jóvenes adultos homosexuales que, como grupo, tienen normalmente muchos más contactos sexuales fortuitos o accidentales que sus homólogos heterosexuales, el miedo al SIDA ha hecho que últimamente redujeran el número de sus parejas sexuales y se observara un interés más palpable por entablar relaciones "monógamas".
No obstante, el miedo no es el único factor que interviene en el ámbito del sexo ocasional. Muchos de los jóvenes adultos que hemos tenido ocasión de entrevistar se muestran disconformes con otra secuela del sexo accidental, y es su naturaleza relativamente impersonal. Si bien la disminución de restricciones en la conducta sexual crea un ambiente propicio para la libertad de expresión sexual y de elección de la pareja, esta libertad no es siempre inequívocamente positiva. La libertad sexual puede ser motivo de desengaño, opresión y conflictos de la misma manera que puede producir satisfacción, en el sentido de que "en la medida que diversifica y amplía la experiencia, también diversifica y multiplica el dolor inherente a ella, los errores que podemos cometer y el daño que recíprocamente podemos causarnos.
Claro está que muchas veces las situaciones de carácter sexual en la primera etapa de la edad adulta son cordiales, apasionadas, compensatorias y sin perturbaciones. Incluso el sexo accidental cumple una serie de funciones, tanto orgánicas como psicológicas, y, desde luego, no hay razón para poner reparos a las evasiones placenteras. Sin embargo, hoy empieza a dominar claramente la tendencia a mantener relaciones sexuales en un contexto de afecto mutuo, como se aprecia muy en especial en la propensión cada vez más evidente de las parejas jóvenes a "cohabitar", es decir, a la vida en común.
En contraste con la vida de soltero, el matrimonio se rige por otros módulos de expresión sexual. Para bien o para mal, lo
cierto es que la mayoría de los jóvenes adultos terminan contrayendo matrimonio. Al tiempo que la novedad de la felicidad conyugal de primera hora se diluye en el proceso de aprender a convivir, respetando los hábitos y peculiaridades mutuos - de la misma forma que los afanes primerizos por conquistar el mundo dan paso a una focalización más práctica en los pormenores de la vida cotidiana-, la relación sexual tiende a ser menos incitante y, a veces, menos gratificante para uno o para los dos miembros de la pareja.
La paternidad menoscaba la intimidad, añade exigencias nuevas y llega incluso a producir agotamiento. Es difícil pensar en el sexo cuando se ha pasado la jornada vigilando los pasos de un niñito de dos años, de la misma manera que la excitación sexual se aminora o desaparece después de haber estado 14 horas seguidas trabajando.
Aunque no se pierda ni se sacrifique el goce sexual, éste debe soportar el contrapeso de otras necesidades y
responsabilidades, lo cual constituye un hito experimental de primer orden en esta fase de ciclo vital. Los que no consiguen culminar con éxito este proceso de integración es probable que se sientan menos satisfechos en el plano sexual, lo que puede inducirles a buscar aventuras con otras mujeres, o recurrir al divorcio. En la actualidad estas salidas son harto comunes y bien conocidas de los investigadores.
Hay parejas que dan cima al "sueño" de hallar la dicha conyugal, lo que consiguen mediante una convivencia armoniosa, educando a sus hijos, guardándose fidelidad mutua y profesándose un cariño sin fisuras. Otros matrimonios se atienen a una versión corregida de esta pauta: desaparece el amor, pero subsisten los elementos restantes. Y, en fin, los hay que experimentan con nuevas varientes del modelo ideal, bien sea renunciando a tener hijos, no observando la fidelidad mutua o relegando la dicha matrimonial a un segundo plano. La impresión que externamente causa una pareja casada y la realidad interna que preside su unión no siempre guarda una coherencia lógica. Un indicio concreto de que muchos matrimonios no son felices lo tenemos en las tasas de divorcio que se dan en nuestra sociedad.
Es difícil discernir en qué medida la insatisfacción sexual es una causa primaria de divorcio, pero los consejeros matrimoniales saben bien que los problemas sexuales suelen ser un elemento común en los matrimonios que se tambalean.
Por otra parte, hay personas que deciden casarse aun a sabiendas de que existe una disfunción sexual. Quizá confían en que la dificultad desaparecerá con el paso del tiempo-cosa que normalmente no ocurre- o bien adoptan una actitud de "despreocupación" que resta importancia, con toda intención, al papel del sexo antes incluso de que se consume el enlace.
A partir de los 40 años, el individuo entra en un periodo de transición de la juventud adulta al estadio de la madurez.





Trabajo enviado por:
Sta. Narda Fuentes
nardaf[arroba]hotmail.com

martes, 6 de noviembre de 2007

EL YO NEGATIVO



“El Yo Negativo”
por Steve Andreas

Cuando la gente habla de un “auto-concepto negativo” lo que usualmente quieren decir es que alguien tiene un auto-concepto que es valorado negativamente. Un ejemplo sería si alguien dice “yo soy torpe”, ya que la gente rara vez valora la torpeza. Sin embargo, aun si la persona no le da importancia a ser torpe, “torpe” es un nombre para un conjunto de conductas que pueden ser representadas positivamente, sin ninguna negación. Esto es, yo puedo hacer imágenes de lo que significa ser torpe: imágenes de mi dando traspiés, o derramando cosas, rompiéndolas, etc.
En este seminario yo quiero explorar un tipo muy diferente de auto-concepto, en el cual la representación de auto-concepto es negada. Con bastante frecuencia usted oye a la gente decir “Yo no soy la clase de persona queÉ” o “Yo no soyÉ” más que “Yo soyÉ”. Si usted se dice a si mismo “Yo no soy cruel” esta frase elicita un conjunto muy diferente de representaciones, que si usted se dice a si mismo “Yo soy bondadoso”. Me puedo imaginar a algunos lectores diciendo “Bueno, ‘no ser cruel’ significa lo mismo que ‘bondadoso’ “. Pero mientras esas dos frases podrían significar lo mismo, las experiencias subyacentes a ellas son usualmente muy diferentes, y las consecuencias de usar una en lugar de la otra pueden ser profundas y llegar lejos.
“El Yo Negativo” (valorado negativamente)
Quiero que piense en algo que usted no es, en alguna cualidad que no le gusta. A mi me gusta usar bondad y crueldad como ejemplo, porque me gustaría que hubiera más bondad en el mundo, pero usted puede utilizar cualquier otra cualidad o atributo, si prefiere. Si usted se dice a si mismo “Yo no soy cruel” ¿Cómo lo sabe? ¿Cómo se representa usted eso internamente? Tómese unos minutos para que experimente lo que es definir, en usted mismo, una cualidad expresada en términos de lo que usted no es. Podría ser útil tener la experiencia de hacer el contraste al definir la misma cualidad positiva y negativamente. ¿Cuál es la diferencia entre su experiencia de “Yo no soy cruel” comparada con “Yo soy bondadoso”? En un artículo previo de Anchor Point (“Building Self-Concept”, Julio, 2001), yo señalé la diferencia entre lo que llamo una representación sumaria que sirve como “referencia rápida” para una cualidad o auto-concepto, y la más extensiva base de datos de ejemplos, que proporcionan los fundamentos de la evidencia para esa cualidad. ¿Cuál es su base de datos para “no cruel” y qué impacto piensa usted que esta base de datos tendrá en su conducta?É
Ahora me gustaría reunir varios ejemplos de cómo usted experimenta una cualidad definida negativamente y valorada negativamente. Debido a la dificultad para hablar acerca de negaciones, es útil usar un poquito de contenido. Para preservarles su privacidad, yo sugiero que cualquier cualidad que no les guste, y que usen para la experiencia, la identifiquen con la palabra “cruel” como una especie de palabra código.
Fred: Yo veo la palabra “cruel” mucho más resaltada y clara que la palabra “bondad”. La base de datos de cruel es lo que usted esperaría: muchos ejemplos de gente siendo despreciable y disfrutando del sufrimiento de alguien. No me gusta ver todas esas imágenes, y quiero empujarlas lejos de mi.
Rene: Yo veo imágenes de otras personas siendo crueles, pero me mantengo disociada. Yo usualmente entro en mis imágenes, porque aun si yo no quiero realmente hacer algo, quiero tener la sensación de lo que sería. Así que comienzo a entrar y entonces una voz dice “No”, y me vuelvo a alejar.
Lois: Yo hago igual que Rene, pero cuando entro, me siento asustada y entonces pienso: “Bueno, si yo no soy eso, ¿qué soy?”
Al: Yo veo figuras indistintas, casi rígidas y delgadas de alguien siendo cruel, y entonces tengo la sensación de retroceder, acurrucarme, queriendo defenderme.
Steve: Excelente. Todas esas descripciones son muy similares, aunque cada uno de ustedes habrá notado algunos aspectos diferentes de la experiencia. Las palabras son cosas torpes, y a menudo la gente encuentra maneras creativas de entenderlas. ¿Alguno de ustedes hizo algo diferente?
Ann: Yo hice imágenes de varias veces en las cuales puede haber sido cruel, pero no lo fui.
Bill: Yo acomodo palabras que aparecen al azar en mi mente y hago imágenes de todas las cosas que no encajan con la definición de ser cruel, ¡lo cual es un montón de cosas diferentes! Mi mente se congestiona bastante con todo ese material.
Steve: Si, mucha gente piensa en categorías digitales “si o no”, ignorando por completo el hecho de que hay un grupo grande de cosas o eventos en el mundo que no son ni bondadosos ni crueles: la alfombra en este piso, por ejemplo. Cada uno de ustedes hizo algo un poco diferente, pero ambos vieron contraejemplos de lo que es ser cruel. Ustedes hicieron algo que es diferente de lo que mucha gente hace, y en este caso es una muy buena elección, por razones que se harán claras a medido que exploremos esto más adelante. Sin embargo, justo ahora yo quiero que hagan imágenes de ser cruel y entonces las nieguen en alguna forma, con el fin de tener una experiencia de lo que es hacerlo.
A continuación quiero que lleven esto al extremo. ¿Cómo sería su vida si no una de sus cualidades sino todas, fueran definidas como negativas? Tómense un minuto o dos para que tengan la experiencia de imaginar que cualquier cosa que piensen sobre ustedes, sea en términos de lo que no son. Todas sus cualidades son experimentadas en esta forma. ¿Cómo es eso?
Alice: Estoy muy consciente de ver a mi alrededor todas esas cosas que no me gustan, y estoy empujándolas hacia atrás. Toda mi atención está dirigida a todo ese material a mi alrededor.
Steve: Si, es definitivamente una experiencia de alejarse de la incomodidad, sin ninguna posibilidad de ir hacia ninguna lado. Sin opciones positivas hacia donde ir, usted naturalmente se siente limitada y bloqueada. Mucha gente que viene a terapia hace mucho de lo mismo, al menos con una situación problema. Ellos están tan enfocados con lo que no quieren, que no les deja poner atención a lo que quieren.
Sam: Está muy obscuro; me siento muy solo y asustado, separado y debilitado, envuelto por todas esas cosas que no me gustan.
Lois: Yo no puedo ver ninguna distinción. Tengo esta sensación de vacío en mi estómago y pecho, de no saber quién soy, solamente de quién no soy.
Steve: Si, enfocando la negación, no hay manera de pensar en lo que usted es y no hay criterios positivos para hacer distinciones. Usted puede aun tomar esta negación un paso más allá y decir “yo no soy la clase de persona queÉ”. La frase “clase de persona” describe una categoría de personas, la cual se disocia aun más de la conducta negada. Alguien podría decir también “Yo no soy deshonesto”. Desde que “deshonesto” es también una negación, ¡se está negando la negación! Puede haber algunas consecuencias interesantes y útiles en estas variantes, pero el punto principal es que la persona se está definiendo a si misma mediante una negación y eso no le deja nada positivo con qué identificarse.
Esto sucedió en los Estados Unidos a escala nacional durante la guerra fría. Nuestro gobierno llegó a enfocarse tanto en anticomunismo, que nos aliamos con muchos gobiernos muy corruptos, tiránicos y antidemocráticos, en la medida que fueran “anticomunistas”. No nos dimos cuenta de lo que eran, porque estábamos interesados solo en lo que no eran y teníamos sólo un criterio negativo para definirlos. Los tipos de imágenes que hacemos con respecto a nosotros mismos tenderán a generar las conductas que están en las imágenes, exactamente igual que un acompasamiento futuro. ¿Qué tipos de conductas serían generadas por esas imágenes y las respuestas a ellas?
Alice: Yo tengo la tendencia a sentir como que si estuviera haciendo todo lo que está en esas imágenes y entonces evito hacerlas. Siento como que soy todas esas cosas desagradables, pero al mismo tiempo no quisiera pensar en eso.
Rich: Yo siento un vacío desagradable por dentro, ya que no se quién soy, y estoy preocupado por lo que otros piensen de mi, como una manera de tener alguna idea de quién soy.
Steve: Otra manera de describir esto es que una representación del “yo negativo” funciona en gran medida de la misma manera que un comando negativo. ¿Recuerdan los comandos negativos? “No pienses en conejos morados. Especialmente que no estén bailando. Y ciertamente que no estén dando volteretas”. Cualquier cosa expresada en negativo nos hace pensar exactamente en lo que no queremos pensar. Pensar en usted mismo como “no cruel” tiene como resultado que usted piense en lo que es ser cruel. Un ejemplo muy sencillo lo encontramos en los avisos de “no gire a la derecha” que muestran una flecha doblada y superpuestos a ella el círculo y la diagonal. Primero la mente se hace una representación de lo que es cruzar a la derecha y entonces usted lo tiene que negar y hacer algo.
Desde que el inconsciente no responde a la negación, identificará lo que es negado, mientras que la mente inconsciente identificará lo opuesto, creando un conflicto entre los aspectos conscientes e inconscientes del auto-concepto.
Conscientemente alguien podría sentirse bien acerca de pensar sobre si mismo como “no cruel”, mientras inconscientemente se identificará con ser cruel. Esta sola disparidad tendrá muchas consecuencias. Una de ellas es que cuando el lado inconsciente es expresado, la mente consciente de la persona lo ignorará y, si alguien lo comenta, esto será completamente desconcertante e incomprensible para la persona y probablemente interpretará el comentario como malicioso e infundado.
Fred: Yo tiendo a notar la crueldad y todas esas otra cosas, en todas partes. Las vería a mi alrededor y probablemente me perdería todo lo positivo. También me sentiría superior a todas aquellas personas que me rodean, que están haciendo esas cosas malas.
Steve: Si, hay una comparación implícita entre yo y los demás. Otras personas hacen esas cosas terribles, y yo no, de manera que me puedo sentir superior a ellos. Y esa comparación y superioridad también resultará en que me sienta muy solo, separado y diferente de ellos. Si usted vivió su vida entera de esta manera, ¿Cómo lo llamaría un psiquiatra?
Fred: “Paranoide” es la palabra que se me viene a la mente. Imaginando y notando cosas malas alrededor de uno, sintiéndose atemorizado y vigilante, con ideas de autoimportancia y superioridad, sintiéndose solo y amenazado y peleando.
Steve: Si, exactamente. Paranoia es el extremo de un proceso que casi todo el mundo realiza en alguna medida, y que ha sido descrito por más de cien años como “proyección”. Yo “proyecto” mis pensamientos desagradables al mundo y los veo alrededor de mi, más que en mi mismo. Pero aunque la proyección fue descrita en algún detalle hace tiempo, nadie ha propuesto nunca un mecanismo de cómo realmente funciona, o cómo cambiarlo. Siempre ha sido, sencillamente, “Esto es lo que sucede y todo el mundo hace al menos un poquito, y los paranoides hacen mucho y por eso es que lo reconocemos”. Los paranoides son usualmente conocidos como personas que están muy molestas consigo mismas, que reprimen esa molestia, que tiene que ser expresada como una retaliación contra sus perseguidores, pero yo no estoy seguro de que esto sea verdad. Yo creo que esto podría ser simplemente el resultado de una autodefinición representada como negación y la paranoia es la consecuencia natural.
Cuando yo estudiaba secundaria y vivía en una finca, en una pequeña comunidad, conocí a un hombre verdaderamente gentil y agradable, con una formación cuáquera, que se preocupaba mucho por la gente. El reparaba automóviles, pero encontraba muy difícil venderlos. Cuando alguien llegaba y se interesaba en un automóvil, él les preguntaba qué uso le iba a dar. Entonces le decía “Usted no quiere este automóvil” y le decía el tipo de vehículo que le serviría mejor. Han pasado cincuenta años y todavía puedo ver su rostro claramente y escuchar su voz. Cuando hablaba acerca de él mismo, casi siempre decía “Yo no soy la clase de persona queÉ” Cuando lo vi por última vez hace unos quince años, había caído en una paranoia completa. El sabía que el FBI, la CIA y la Mafia estaban todos persiguiéndolo. La Paranoia es realmente un final cruel y yo creo que atrapa a mucha gente agradable y gentil.
Aquí está otro ejemplo, no tan extremo, aunque orientado en la misma dirección. Recientemente yo estaba llevando a un grupo de cuatro alumnos de 9º grado a un paseo por el campo. Dos de ellos pertenecían al grupo de los “simpáticos” y casi no pararon de hablar durante la hora que duró el viaje. Una buena parte de su conversación era reactuar partes de programas de TV y películas y algunas eran sobre el viaje al campo y otros eventos. Gradualmente me di cuenta de que lo que era común a todos sus comentarios era su actitud de desprecio, de ridiculizar y de disgusto. Toda su conversación giraba alrededor de lo que ellos no eran, y su risa expresaba su superioridad con respecto lo que ellos despreciaban. En resumen, ellos se consideraban a si mismos “simpáticos” o “agradables” porque despreciaban o se burlaban de casi cualquier cosa. No había nada en sus afirmaciones acerca de lo que ellos eran, solo acerca de lo que no eran. Eso había logrado el resultado de que se sintieran vacíos internamente y ser del grupo de los “simpáticos” es un refugio que proporciona al menos un pedacito de identidad en conexión con los demás.
Descubrir la proyección subyacente al proceso fue un resultado completamente inesperado de modelar cómo funciona nuestro auto-concepto. Saber cómo este proceso funciona señala el camino hacia cómo modificarlo. La proyección comienza con esas imágenes negativas de lo que yo no soy, y el resto es nuestra respuesta natural a esas imágenes negadas. Ahora que ustedes tienen una comprensión de este proceso, están sensibilizados y comenzarán a notarlo en lo que otros dicen y hacen. Asumiendo que las imágenes negadas causan proyección, ¿Qué vía tomaría para lograr cambios, con el objetivo de que alguien proyectara menos?
Sally: Bien, eso suena demasiado fácil, pero ¿no se podría simplemente pedirle a alguien que haga imágenes positivas de lo que ha estado negando? “OK, usted no es cruel. ¿Qué es usted?” Esto llevaría a la persona a hacer imágenes positivas de ser bondadosa o de cualquiera que sea la cualidad positiva.
Steve: Exactamente. Cuando usted cambia una representación negada, a un ejemplo positivo, está cambiando solo la representación, no el significado, de manera que es muy fácil hacerlo.
“Dígame una forma en la cual usted no es cruel”.
“Yo no torturo gatos”.
“Excelente. ¿Qué le hace usted a los gatos?”
“Los cuido y los alimento”
“Excelente. Haga una imagen de alimentarlos y cuidarlos y colóquela en el lugar donde está la imagen de no torturarlos”.
El auto-concepto es un sistema alimentado hacia delante, que está orientado hacia resultados futuros, de tal manera que todo el criterio positivo de lo que ha sido llamado un “objetivo bien formado”, aplica. “¿Qué es exactamente lo que usted quiere? ¿Dónde, cuando y con quién lo quiere?”, etc. Usted primero cambia la etiqueta de “referencia rápida” para la base de datos de “no cruel” a “bondadoso” y entonces los lleva a través de toda la base de datos y cambia cada una de las representaciones a estados positivos de bondad. Esto puede parecer algo tedioso, pero en realidad funciona muy rápido, especialmente si usted agrupa ejemplos similares. Y usualmente la mente inconsciente de la persona capta la idea bastante rápido y hace el resto por su cuenta.
Por supuesto que este proceso es mucho más difícil si alguien ha progresado hasta una total paranoia, debido a que usted sería parte de las amenazas que lo rodean y así el no puede confiar en usted. De manera que si le sugiere cambiar representaciones negadas a positivas, esa persona probablemente pensará que es parte del complot contra ella y se negará a hacerlo.
Dan: ¿Qué sucedería si usted le dice con gran detalle qué es lo que no debe hacer? Por ejemplo: “No cambies ninguna de las imágenes de lo que no eres en imágenes de lo que eres”. Me parece a mi que si usted no es confiable y le dice a él que no haga algo, eso podría ser tomado como una buena indicación de que debería hacerlo.
Steve: Eso podría funcionar, pero yo creo que usted podría tener que construir algo racional para hacerlo, que acompasara sus sistema de creencias. Quizás algo, mencionado en forma casual, de paso, acerca del gran peligro de crear imágenes negativas, debido a que tenderán a cegarlo de lo que realmente está sucediendo alrededor y por supuesto eso lo hará vulnerable a la gente que lo quiere herir.
Otra manera de abordarlo es acompasar la desconfianza diciendo “No me creas”. Esto paradójicamente lo hace a usted al menos algo confiable, porque usted está manifestando su acuerdo con el sistema de creencias de la otra persona. “Yo que usted cuidadosamente haga un escrutinio de cada cosa que yo diga y haga, para que esté seguro de que no hay nada dañino”. Esto simplemente acompasa lo que la persona va a hacer de todos modos, mientras que presupone que “no hay nada dañino”. Entonces usted puede continuar diciendo algo como “Aun si yo estoy actuando con la mejor de las intenciones, yo podría hacer algo que te hiriera, sin quererlo”.
Esta afirmación puede parecer muy inocua, pero introduce la presuposición de dos distinciones muy importantes y estrechamente relacionadas: Una es la diferencia entre intención y accidente. Un paranoide toma un daño percibido como prueba de malas intenciones, de manera que la posibilidad de un daño resultante de buenas intenciones, o de un daño accidental completamente separado de cualquier intención, introduce dos posibles contraejemplos a su sistema de creencias, en una sola frase.
Al igual que muy pocas personas entienden las consecuencias de los comandos negativos, mucha gente no tiene idea de lo importante que es tener representaciones positivas de sus cualidades (aun si no les gustan) más que negaciones. Ellos no se dan cuenta de cómo un auto-concepto que sea definido negativamente los puede meter en serios problemas. Hay una amplia cantidad de gente que se puede beneficiar de aprender cómo pensar sobre ellos sin negaciones, simplemente cambiando sus representaciones negativas a positivas, y esto es un cambio que es muy fácil de lograr, una vez que usted sepa qué hacer.
“El Yo Negativo” (valorado positivamente)
Hemos estado explorando la experiencia de no ser algo que usted no valora. Ahora exploremos la otra posibilidad, de pensar sobre usted mismo en términos de no ser algo que usted valora. De nuevo piense en algo que usted no es, pero esta vez hágalo con algo que usted valora. “Yo no soy tenaz”, “Yo no soy gracioso”, “Yo no soy paciente”, o cualquier otra cualidad que usted valore. Tómese un par de minutos para explorar cómo representa usted esto, y cómo es esa experiencia.
Amy: Yo veo un montón de imágenes de cualidades que me gustaría tener y puedo irme metiendo en ellas para sentir lo que sería tenerlas, pero la sensación es solo parcial, y se que no estoy allí todavía.
Steve: “No estás allí todavía”. De manera que esta es una cualidad que tu aspiras o esperas tener en el futuro. ¿Cuál es tu respuesta a esas imágenes y la sensación que obtienes de ellas?
Amy: Me atraen hacia ellas, es motivante. Pienso mucho al respecto.
Steve: Suena como que usted podría tener ejemplos de esa cualidad, acompasados a futuro, pero no tiene ejemplos del presente o el pasado.
Amy: Si, yo creo que es como que supiera que no las he tenido todavía.
Sam: Yo pensé acerca de una cualidad que tengo, pero la quiero tener más fuerte, y se que no tengo esa fuerza adicional todavía. Como Amy, me siento atraído hacia delante y eso me gusta.
Steve: Si, los ejemplos de algo que usted espera tener en el futuro son bastante directos y útiles; ya que establecen una meta que es positivamente motivante. Cada uno de nosotros hizo una gran trabajo con esto cuando estábamos creciendo y desarrollando nuestras habilidades y aprendizajes. Sin embargo, pensar en una cualidad que usted no tiene y no espera tener en el futuro es bastante diferente. ¿Alguien tiene una experiencia de esto?
Sue: Si, yo veo a otros con la cualidad que yo no tengo. Me siento vulnerable debido a que no la tengo. Siento envidia y me siento diferente e inferior en relación a ellos.
Steve: Ahora le quiero pedir a todos que hagan lo que Sue hizo, y que lleven este proceso al extremo. Imaginen que todo su enfoque estuviera en cualidades valoradas que ustedes no tienen, y que ustedes esperan que nunca tendrán. Tómense un par de minutos para que tengan la experienciaÉ
Alice: Yo me siento como una marciana. No me gusta que todo el mundo tenga esas maravillosas cualidades que yo no tengo. Me siento realmente inferior a todo el mundo y no me gusta que ellos sean diferentes a mi.
Dan: Yo siento un vacío por dentro, debido a que todo lo que yo noto es lo que no soy, y no tengo ningún sentido de quién soy. También siento una gran distancia, y el mundo “injusto” viene a mi mente.
Steve: Si, pensar en usted mismo, como que no tiene esas cualidades, implica pensar que otros las tienen, y de esta manera hay una comparación implícita que nota las diferencias entre usted y otros. Uno de mis criterios para un auto-concepto efectivo, es no tener comparaciones sino tener solo representaciones positivas de las cualidades propias. Otro criterio es que un auto-concepto útil une a la gente y no separa en arriba y abajo, superior e inferior, etc.
Cuando nos comparamos con otros, usualmente pensamos en solo una cualidad a la vez. Nosotros usualmente no pensamos en todas las otras diferencias entre nosotros. Cuando nos comparamos con otros, siempre podemos encontrar quienes son mejores o peores, dependiendo de qué elegimos comparar. Esta comparación hace nuestro auto-concepto dependiente de otros, en lugar de ser algo interno e independiente. Compararnos con otros también dirige nuestra atención lejos de las cualidades que valoramos en nosotros, y probablemente resultará en un juicio sobre nuestras limitaciones, sentimientos negativos y otras consecuencias inútiles.
Steve: Sue y Dan ¿Cómo sería si ustedes creyeran que tendrán esas cualidades algún día?
Dan: Yo siento una liberación placentera, como un flujo de energía y atención que fluye hacia fuera que yo pienso ahora que lo podría lograr.
Sue: A mi nunca se me ocurrió que yo podría tener eso.
Steve: Bien, te está sucediendo ahora. Juega el “como si”. ¿Cómo sería si tu piensas acerca de que podrías tener esa cualidad algún día?
Sue: Pensar acerca de tener esa cualidad algún día, me luce a mi un poco fuera de la realidad, pero comienzo a preguntarme cómo sería tenerlo y cómo podría suceder, de manera que me siento mejor acerca de no tenerla. Estoy más interesada en cómo esas otras personas lo tienen, en lugar de sentirme mal por no tenerlo.
Steve: Nuestras expectativas sobre el futuro hacen una inmensa diferencia en cuanto a cómo respondemos a la experiencia de no tener una cualidad. Si usted espera tener una cualidad en el futuro, eso puede proporcionarle la maravillosa experiencia de ser motivado a desarrollarla. Ver a alguien que expresa una cualidad valorada puede ser un recurso enriquecido para encontrar qué tanto es posible para usted y también para encontrar cómo puede tenerlo.
Sin embargo, si usted no espera tener algo en el futuro, el resultado será insatisfacción, envidia, sentirse inferior a otros, etc. Así que si alguien está pensando acerca de una cualidad valiosa que no espera tener en el futuro, y usted trabaja con esa persona para cambiar esa expectativa negativa, puede lograr una gran diferencia para ella. La persona puede ir de la envidia, la inferioridad y la infelicidad, a una entusiasta motivación.
¿Qué experiencias y creencias subyacen a sus expectativas de no tener la cualidad en el futuro?. ¿Cuál es la evidencia que soporta esas creencias, y qué evidencias hay de la creencia opuesta, de que pueden adquirir esa cualidad en algún momento en el futuro? ¿Cuándo experimentaron, aunque sea en pequeño grado esa cualidad, quizás en una situación poco usual, o quizás hace mucho tiempo, o en un sueño?
Fred: Pero en cierta etapa de la vida, algunas cosas podrían no ser posibles para una persona, especialmente cuando hay limitaciones físicas.
Steve: Bien, todos tenemos siempre limitaciones físicas. Recuerden que estamos trabajando con cualidades personales. Una cualidad afecta lo que hacemos, pero principalmente afecta la manera en que hacemos algo. Aun si hay limitaciones mayores en lo que podemos hacer, siempre tenemos algún rango de elección en cómo hacemos lo que hacemos. Una cualidad física como gracia puede ser expresada en el salto con garrocha o cuando le ofrecemos a alguien una rebanada de pan, y esto es verdad para la mayoría de las cualidades.
Las representaciones negadas de cualidades valoradas pueden ser muy útiles y valiosas como motivadoras, en la medida que pensemos que es posible desarrollar esa cualidad en algún momento en el futuro. Pero si realmente no creemos que podemos lograr algo, es mejor que sencillamente enfoquemos nuestra atención hacia las cualidades valoradas que tenemos, y hacia admirar y sentir complacencia por las cualidades únicas y excepcionales que otros tienen, sin comparaciones ni representaciones negadas.
Este artículo es una adaptación de un libro por aparecer, Recreating Yourself: becoming who you want to be, planificado para ser publicado en la primavera de 2002 (Real People Press). (Nota del traductor: En este momento, ya el libro está a la venta, por supuesto, en inglés. Los interesados pueden visitar www.RealPeoplePress.com o www.Amazon.com).
Steve Andreas ha estado aprendiendo, entrenado, investigando y desarrollando métodos de PNL durante los últimos 24 años. El es autor de Virginia Satir: The Patterns of Her Magic y de una antología, Is There Life Before Death, y es co-autor (con su esposa, Connirae) de Corazón de la Mente y de Cambia tu Mente para Cambiar tu Vida, y editor o co-editor de cuatro de los más conocidos libros de Bandler y Grinder. Steveandreas.com email: andreas@qwest.net