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viernes, 10 de octubre de 2008

COMUNICACION NO VERBAL

D. Fernando Azor Lafarga, Co-director, coordinador de la sección clínica
Cuando nos comunicamos con los demás no sólo lo hacemos por medio de palabras sino que utilizamos gestos, posturas corporales, movimientos, mantenemos distancias, risas, bostezos e incluso aspectos más sutiles como errores lingüísticos, pausas y entonación para expresar más perfectamente sentimientos y matices que hacen más rica la relación entre las personas. Este lenguaje paralelo lo conocemos como comunicación no verbal. Conocer mejor qué implicaciones tiene, puede influir directamente en la mejoría de nuestras relaciones sociales: expresión y comunicación de estados emocionales, información más fidedigna que la palabra del estado del interlocutor, controlar la interacción social exteriorizando actitudes, apoyar, complementar o sustituir la comunicación verbal.
Si recuerdan haber visto alguna película de jugadores de Pocker o son ustedes aficionados al juego, sabrán que el interés principal de los jugadores suele ser intentar adivinar algún gesto, algo que permita conocer cuál es la jugada del adversario. Es decir buscan información no verbal. Veamos de qué manera influyen algunos gestos o posturas en la relación con los demás y qué información aporta:
Postura del Cuerpo.
La inclinación del cuerpo hacia delante indica acercamiento y atención.
Cuando el cuerpo se aparta del otro puede implicar rechazo.
Con la cabeza flexionada sobre el tronco y las espaldas caídas puede entenderse tristeza.
La Sonrisa y la Mirada.
La sonrisa cumple varias funciones, una mostrar amistosidad e incluso ayuda a entender que el comportamiento no es amenazante; otra, es trasmitir felicidad.
En cuanto a la mirada, sus funciones son muy diversas: expresión de actitudes interpersonales, recoger información del otro, regular el flujo de la información entre los interlocutores, establecer y consolidar jerarquías entre los individuos, manifestación de conductas de poder sobre otros, desencadenar conductas de cortejo, expresión del grado de atención mostrada por el otro e indicar el grado de implicación en lo que se hace o dice.
Una mirada directa es una conducta con alta probabilidad de atraer la atención incluso a distancia, implica un fuerte componente emocional y afectivo (como la expresión de agresividad).
Para valorar estas cuestiones se hizo el siguiente experimento: los investigadores se colocaron junto a otros coches en espera de la luz verde de un semáforo, mirando entonces al otro conductor, unas veces distraídamente otras fijamente. Los resultados mostraron que los conductores que eran mirados fijamente arrancaban más rápidamente al encenderse la luz verde que los otros. Posteriormente y para eliminar la posibilidad del “pique” entre vehículos, el cómplice se situó de pie en la esquina de una calle de dirección única, mirando a los conductores de las dos formas anteriores. De nuevo los más fijamente mirados tardaban menos en arrancar que los no mirados. Incluso repitiendo el experimento con personas que iban a cruzar la calle el resultado fue el mismo: los mirados cruzaban antes. Cuando se introdujo el factor sonrisa, la huida de la situación por parte de las personas miradas disminuyó (excepto en personas del mismo sexo que el cómplice).
Juzgamos al otro por la distancia que mantiene al hablar o por los gestos, o por cómo mira. La comunicación no Verbal es la responsable de que una persona que apenas conocemos nos caiga bien o mal. Quizás si valoramos esta realidad nos demos cuenta de la cantidad de gestos, movimientos, tartamudeos, bloqueos, etcétera que están presentes al hablar y que hasta ahora no dábamos importancia.

martes, 6 de noviembre de 2007

METAFORAS PERSONIFICADAS

Por Donna Weber

Las metáforas son una de las técnicas de cambio más potentes que existen. Las metáforas personificadas (“ubicadas en el cuerpo”) proporcionan una conexión directa a las emociones y a los patrones de conducta profundos. En “Metaphors We Live”, Lakoff y Jonson (1980) nos dicen que el pensamiento es personificado y crece fuera de nuestra percepción, movimientos y experiencia física. Recientemente varios investigadores han identificado la importancia del cuerpo en la creación de la conciencia. Antonio Damasio (1999) ha identificado sistemas de feedback (retroalimentación) a nivel del cuerpo, como aspectos intrincados de las emociones y aun de la conciencia. En adición a las estructuras neurales, los estados emocionales son definidos por cambios en el perfil químico del cuerpo, en las vísceras y en el grado de contracción de los músculos del cuerpo. Damasio cree que las emociones son una parte importante de nuestra regulación homeostática y de nuestro mecanismo de supervivencia. Candace Pert (1991), otra investigadora, cree que la mente inconsciente es nuestro cuerpo, que puede ser mejor atendido a través del cerebro derecho, de terapias expresivas como trabajar con los sueños o de terapia artística. La razón por la cual necesitamos ocuparnos de los estados emocionales en el cuerpo, es que las emociones negativas son almacenadas en el cuerpo físico a largo plazo y deben ser liberadas antes de que pueda ocurrir la curación. Esas emociones negativas almacenadas pueden crear numerosos problemas emocionales e inclusive pueden establecer el escenario para enfermedades.
Las emociones negativas acumuladas durante toda la vida están almacenadas no solo como recuerdos, sino también en el cuerpo. Esas emociones almacenadas pueden llegar a ser una parte integral de nuestra personalidad y nuestra identidad. Desde que esas emociones no representan la verdadera naturaleza de un individuo, pueden con frecuencia bloquear el éxito que podría lograr una persona en diferentes áreas de su vida. Enfocar directamente las emociones personificadas puede generar cambios a través de diferentes contextos. También es una manera de evitar impedimentos o bloqueos conscientes y propiciar la creatividad de la mente inconsciente. Trabajar a este nivel asegura que los cambios son ecológicos y que están en línea con los valores más profundos del individuo. En efecto este tipo de cambio a menudo tiene un componente espiritual.
Este artículo describe un enfoque más estructurado para trabajar con metáforas personificadas. El enfoque está basado en el método de Robert Dilts (1990) de combinar los “estados problema” con los “estados recurso”, para crear un “estado deseado”. Cuando se trabaja con metáforas, el proceso puede ser reescrito de la siguiente manera: metáfora del problema + metáfora del recurso = metáfora del resultado deseado.
La idea básica en este proceso es que los individuos tienen todos los recursos que necesitan y que esos recursos han sido obscurecidos por las emociones negativas. Una vez que las emociones negativas han sido liberadas del cuerpo, el individuo será capaz de acceder esos estados de más recursos. En adición a los estados que normalmente llamamos emociones, tales como rabia o culpa, estados como confusión o “yo no se”, pueden ser manejados exitosamente a través de este proceso de metáforas personificadas. En cierto sentido, este es un proceso que ayuda a la gente a convertirse en quien deben ser, en para lo que la persona nació.
El proceso puede ser resumido así: 1) Identifique el estado a ser trabajado, 2) Desarrolle la metáfora personificada asociada, 3) Identifique un momento en el tiempo previo a la metáfora del problema, 4) Desarrolle o construya una metáfora del recurso, 5) Invite a la metáfora del recurso a interactuar con la metáfora del problema, 6) Verifique los resultados. Además de los conocimientos de PNL, este artículo asume una comprensión básica del “Lenguaje Limpio”. En el libro “Metáforas en Mente” de Lawley y Tompkins (2000) se encuentra una descripción completa del Lenguaje Limpio (N. Del T.: Lea los artículos “Watch Your Language! Clean Languaje and Symbolic Modeling”, por Judith Lloyd Yero, en el número de Marzo de 2001, de Anchor Point. Versión en español: “Cuida tu Lenguaje. Lenguaje Limpio y Modelaje Simbólico” (en www.nlpanchorpoiny.com). También, el artículo “Metaphors in Mind: Transformation Through Symbolic Modelling” por James Lawley y Margot Hamblett, en el número de Mayo de 2001, que traduciré próximamente).

1. Identifique el Estado Emocional Problema
El estado problema inicial pueden ser una sola emoción, o un patrón de conducta problemático. Esos patrones de conducta puede ser aspectos de identidad o de personalidad. (En futuros artículos se describirá cómo identificar y cambiar estados de identidad y personalidad). El punto más importante es usar el propio lenguaje del cliente cuando se esté identificando el estado a ser trabajado.
2. Desarrolle la metáfora del problema
El próximo paso es elicitar las submodalidades kinestésicas asociadas con el estado problema. Las primeras preguntas serán utilizadas para descubrir la ubicación en (o alrededor de) el cuerpo físico y para determinar el tamaño y forma del estado. Preguntas que son útiles en esta etapa: “¿Y dónde está ubicada esa rabia?” y “Y esa rabia tiene una forma o un tamaño?”. Una vez que hayan sido descritas las submodalidades kinestésicas, pregúntele al cliente: “¿Écómo qué? Por ejemplo, si las submodalidades kinestésicas son ovales, llenas de baches (con irregularidades en su superficie) y marrones, pregunte “Y son ovales, llenas de baches (con irregularidades en su superficie) y marrones como qué?
La respuesta podría ser “como una roca”. La roca entonces se convierte en la metáfora y tiene una ubicación física en relación al cuerpo.
3. Identifique un momento en el tiempo, previo a la metáfora del problema
El próximo paso es identificar un momento (etapa, época) previo a cuando el cliente experimentó por primera vez el estado problema. Conviene que el momento elegido sea uno en el cual el cliente se sentía lleno de recursos internos. Preguntarle por el momento inmediatamente anterior al estado problema puede no ser útil, ya que este puede ser otro estado problema. Si el estado problema es un trauma severo, se corre el riesgo de asociar a la persona a un recuerdo traumático. Una buena pregunta aquí es “¿y puedes recordar una época anterior, antes de que nunca hubieras tenido Roca y te sentías seguro (o cómodo, etc.)?” Entonces pregunte “¿Y que edad podrías tener?” La edad, por ejemplo cinco años, se convertirá en el nombre (“Cinco”) del yo más joven con recursos.
4. Desarrolle una metáfora de recursos
Hay varias maneras de desarrollar una metáfora de recursos. Aquí incluiremos varios sencillos. Uno de ellos es utilizar el yo más joven, digamos Cinco, como la metáfora de recursos. Otro es desarrollar la metáfora del estado que el yo más joven estaba sintiendo. Antes de Roca, Cinco puede haber sentido Brillo del Sol o Pelusa Tibia en su pecho. Si el cliente experimentó un evento traumático particular, entonces puede sentir la necesidad de ayuda. Con frecuencia, esta ayuda es de naturaleza espiritual. Una buena pregunta podría ser “¿Y a Cinco le gustaría tener a un Protector?” Ejemplos de protector son Gran Oso, Angeles, o Buda. Los protectores representan algún aspecto del individuo o de su sistema de creencias. Algo interesante es que los protectores podrían no encajar en el sistema de creencias del adulto.
5. Invite a las metáforas a interactuar
Una vez que el estado problema y las metáforas de recursos hayan sido desarrolladas, entonces invítelas a interactuar. Es importante no forzar la interacción. Las preguntas aquí podrían ser: “¿Y estarían los Ángeles interesados en visitar a Cinco?” y “¿Y que le gustaría hacer a Oso Grande con Roca?” Durante esta parte del proceso es usual que sea necesario mantener el proceso moviéndose con preguntas como “¿Y que sucede a continuación?” Continúe el proceso hasta que haya una resolución. Ésta ocurre cuando la metáfora problema ha sido transformada o movida o cuando el estado de recursos joven o el protector alcanza un punto final lógico. La metáfora del problema puede transformarse en cualquier cosa, por ejemplo, Roca puede llegar a ser Luz Amarilla, o Roca ser movida hacia atrás, a Pared. Un punto final es a menudo una actividad apropiada para la edad del yo más joven (Cinco), como por ejemplo comer una merienda y tomar una siesta.
La fase de interacción puede que no sea simple y clara. Puede ser necesario trabajar otros estados o se podrían necesitar metáforas de recurso adicionales. Esto depende de la naturaleza y severidad del estado problema. Un inconveniente común es el descubrimiento de un estado de “yo no se”, el cual podría requerir ser curado antes de que se pueda trabar con el estado originalmente planteado.
6. Verifique los resultados
Una parte importante de chequear los resultados es determinar si ha habido un cambio en la metáfora del estado problema. El yo adulto no necesita entender lo que este cambio significa. Otro aspecto de chequear los resultados es determinar si todas las partes del individuo usadas en el proceso son dejados en el lugar y forma apropiados. Los yo más jóvenes podrían querer o necesitar crecer y los protectores podrían necesitar regresar a su origen. Esto normalmente se logra con algunas preguntas sencillas. “¿Y alguna de las partes que hemos utilizado hoy necesitan algo más?”, “¿Y Cinco quiere crecer?” y “Y tu sientes que este proceso está completo?”
El proceso de Curación de Metáforas Personificadas es útil con una variedad de estados problema. Esto puede incluir problemas emocionales, estados de falta de recursos, creencias e inclusive la mejora de estados de recursos. Una vez que el individuo se ha hecho familiar con este proceso, entonces puede reconocer, al momento, que está experimentando una emoción que es el resultado de antiguas emociones negativas almacenadas. Hay un grupo de personas, que han sentido una conexión especial con sus metáforas de recursos, que han sido capaces de retomar esta metáfora cuando ha sido necesario para otras situaciones.
Una de las maneras más efectivas de usar este proceso es ayudar a los individuos a curar patrones negativos de conducta. De esta manera el individuo se hace más congruente y más capaz de enfrentar los retos de la vida. Una vez que la energía negativa es liberada, los individuos pueden notar un incremento en su creatividad y en su habilidad para utilizar sus emociones como recursos valiosos.
REFERENCIAS
Damasio, Antonio (1999). The Feeling of What Happens. New York: Harcourt Brace & Company.
Dilts, Robert, Hallbom, Tim, and Smith, Suzi (1990). Beliefs: Pathways to Health and Well-Being. Pórtland, OR: Metamorphous Press. (En español: Las Creencias. Caminos hacia la Salud y el Bienestar. Barcelona, España, Editorial Urano).
Lawley, James and Tompkins, Penny (2000). Metaphors in Mind. London: The Developing Company Press.
Lakoff, George and Johnson, Mark (1980). Metaphors We Live By. Chicago: The University of Chicago Press.
Lakoff, George (1987). Women, Fire, and Dangerous Things. Chicago: The University of Chicago Press.
Pert, Candace (1999). Molecules of Emotions. New York: Touchstone Books.
Copyright © Donna Weber, 2002
Donna Weber es consejera licenciada y Master Practitioner en PNL. Ella trabaja con individuos y empresas, en su práctica privada. Donna puede ser contactada a través del teléfono (251) 341 1400 o por el email webercounseling@earthlink.net
Traducido al español por:
Pedro HenríquezNLP Master Practitioner & Traineremail: henriquez @cantv.net