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lunes, 27 de octubre de 2008

Teoria de los rumores


LA TEORIA DE LOS RUMORES

Pablo Cazau

Allport y Postman desarrollaron una teoría que intenta explicar el por qué y el cómo de la génesis y la circulación de los rumores, una de los fenómenos sociales menos racionales que existen. Para que una determinada información se convierta en un rumor, destacan su importancia y su ambigüedad como características básicas, y explican el papel de las motivaciones y la proyección en la propalación de los mismos. También, describen los procesos de nivelación, acentuación y asimilación de la información que se transmite bajo la forma de rumor.
Todos alguna vez nos hemos topado con algún rumor. Corren en el barrio, en la facultad, en las empresas, en los países, en el mundo, en la guerra y en la paz. No reconocen fronteras y son, como la música o la mirada, una suerte de idioma universal en cuya base podríamos encontrar ruidos, según la teoría de la información, lapsus según el psicoanálisis, o hipótesis personales según el New Look. Los norteamericanos G. Allport y L. Postman expusieron una teoría que intenta explicar la circulación y las motivaciones del rumor, de la que sintetizamos a continuación sus aspectos más relevantes.
1. Por qué circulan los rumores
Allport y Postman establecen una ley básica del rumor, según la cual las dos condiciones básicas para que corra un rumor son la importancia y la ambigüedad.
1) Importancia: El tema del rumor debe revestir cierta importancia, tanto para quienes lo transmiten como para los que lo escuchan. 2) Ambigüedad: los hechos reales que se rumorean deben tener cierta ambigüedad, es decir, deben ser susceptibles de diversas interpretaciones. Como se verá, esta ambigüedad puede ser inducida por la ausencia o parquedad de noticias, por su naturaleza contradictoria, por desconfianza hacia ellas, o por tensiones emocionales que tornen al individuo reacio a aceptar las noticias.
La ley básica del rumor puede expresarse grosso modo en forma cuantitativa, mediante la expresión R = I x A (Rumor es igual a Importancia por Ambigüedad). Nótese que la relación entre importancia y ambigüedad no es aditiva sino multiplicativa, lo que significa que si falta alguno de los términos, no hay rumor. En efecto, cualquier número multiplicado por cero da cero. Veamos dos ejemplos:
a) Ejemplo donde hay ambigüedad pero donde no hay importancia: una noticia en los EEUU acerca de los precios de los camellos en Afganistán. Se trata de un asunto ambiguo, sobre el que hay poca información o información contradictoria, pero carece de la menor importancia para los cuidadanos de EEUU: la ambigüedad, por sí sola, no alcanza para lanzar y sostener un rumor.
b) Ejemplo donde hay importancia pero donde no hay ambigüedad: una noticia acerca del monto de una herencia que recibe una familia. La temática es muy importante para sus integrantes, pero todos conocen exactamente la cantidad heredada. Al no haber ambigüedad al respecto, la noticia no circula como rumor.
En la guerra, las condiciones para que los rumores proliferen son óptimas: los temas son indudablemente importantes, pero al mismo tiempo ambiguos debido al secreto militar, la confusión general y los movimientos imprevisibles del enemigo.
Ahora bien. Una noticia puede ser muy importante y al mismo tiempo muy ambigua, pero sin embargo el rumor no corre, con lo cual estrictamente hablando no se cumple la ley básica del rumor. Entre las condiciones que inhiben la circulación del rumor encontramos las siguientes:
1) Cuando se establecen graves penalidades por hacer circular rumores, como ocurre por ejemplo en los estados totalitarios.
2) Cuando la población es heterogénea, en cuyo caso el rumor se detiene en las fronteras sociales que dividen un tipo de mentalidad de otra.
3) Cuando las personas no advierten que están haciendo circular rumores. Allport refiere que algunos estudiantes de psicología, al darse cuenta que estaban en presencia de un rumor, preocupados por no incurrir en un modo de proceder no científico, no se han hecho cómplices de su circulación. El estudio científico de los rumores y su difusión ayuda, según Allport, a formar personas prevenidas contra tales actitudes.
La importancia del tema está relacionada con la motivación que tienen las personas para hacerlo circular, quienes lo hacen proyectando sobre la percepción y la interpretación de la información sus propios intereses y emociones. Examinemos separadamente la motivación y la proyección.
La motivación en la circulación de los rumores
Cualquier necesidad humana puede aumentar la importancia de una determinada información, y por ende ponerla en movimiento como rumor. La esperanza está en la base de los rumores optimistas, el odio en la base de los rumores calumniosos, el interés sexual en buena parte de la chismografía, y el miedo en la difusión de las historias macabras. Allport y Postman distinguen dos tipos de motivaciones para difundir rumores: primarias y secundarias. En los primeros, los motivos están directamente relacionados con el tema de la información propalada, mientras que los motivos secundarios no tienen ninguna relación con ella, dependiendo la circulación del rumor de otros factores motivacionales.
Motivos primarios.- Aunque Allport no los llama así, podemos calificarlos como primarios, en oposición a los que esta teoría llama secundarios. a) Los rumores suelen descargar la tensión emocional inmediata al proveer una salida verbal capaz de traer alivio. Por ejemplo, en un rumor que propala una calumnia, al permitírsele a uno agraviar al objeto odiado logra aliviar un impulso primario de odio. b) Al mismo tiempo, el rumor permite justificar aquellos estados de ánimo ante la propia conciencia, explicando al otro por qué uno siente lo que siente. Por ejemplo, "¿por qué no he de odiar a los rusos? Si ellos nos ayudaron pero al precio del soborno". c) Los rumores pueden estar también motivados por nuestro deseo de comprender racionalmente el mundo que nos rodea, es decir, de tornarlo inteligible. Por ejemplo, un extraño cuya ocupación es desconocida para el pueblo donde va a residir, engendrará una nutrida variedad de leyendas para explicar a las mentes curiosas el motivo de haberse mudado a ese pueblo. O también, una excavación sin finalidades claras (ambigüedad) en las cercanías de un lugar, inspirará entre los lugareños toda suerte de explicaciones fantásticas acerca de su propósito.
Motivos secundarios.- a) El que hace circular un rumor, tan sólo puede estar buscando atraer la atención de los demás sobre lo 'bien enterado' que está de las cosas. Estar 'al tanto de' halaga el amor propio, y al referir un chisme se encuentra uno momentáneamente en posición de dominio frente al otro. El motivo puede también estar en atraer la atención del otro contándole algo para deleitarlo. b) También, una persona puede considerar conveniente llenar un silencio embarazoso en el curso de una conversación, repitiendo algo que acaban de relatarle. Tal vez no hay ningún compromiso emocional con el rumor, pero le sirve en ese momento para aliviar la presión de un silencio.
La proyección
La proyección es un fenómeno por el cual el estado de ánimo de una persona se refleja, sin ella misma sospecharlo, en su interpretación del mundo. Al hacerlo, deja de explicar la realidad mediante elementos de prueba imparciales y objetivos. La proyección se ve claramente en los sueños y ensoñaciones diurnas, donde se proyectan esperanzas, deseos y temores. Las Técnicas Proyectivas, asimismo, también se asemejan a los rumores en la medida en que cuanto más ambiguas son, más posibilidades de proyectar sobre lo percibido elementos subjetivos.
En lo que respecta al rumor, si la información que oímos nos procura una interpretación de la realidad acorde con nuestros deseos, nos inclinamos a creerla y transmitirla. En el ejemplo que figura al final (ver), algunas de las señoras que transmitían el rumor sobre la salud de la Señora King percibían e interpretaban la información según y conforme sus deseos de ver muerta a la mencionada señora.
Otras veces, lo que se proyecta en los rumores son culpas propias, que se alivian porque se convierten en ajenas. Allport cita varios experimentos de la década del '40 que tendían a mostrar que, mediante los rumores, podemos asignar a otros culpas o responsabilidades que rehuímos adjudicarnos a nosotros mismos. Es el caso de la señora que propala el rumor "Escuché que en el campamento X tienen tanta carne que tira reses enteras a la basura", con lo cual desplazaba en otros su propia culpa por desechar ella misma alimentos que aún podían servir.
Generalización de la fórmula básica del rumor
A esta altura del análisis, Allport y Postman hacen una recapitulación en los siguientes términos:
"El rumor es lanzado y continúa su trayectoria en un medio social homogéneo, en virtud de activos intereses de los individuos que intervienen en su transmisión. La poderosa influencia de estos intereses exige que el rumor sirva ampliamente como elemento de racionalización, esto es, explicar, justificar y atribuír significado al interés emocional actuante. A veces, el vínculo interés-rumor es tan íntimo, que nos permite describir el rumor como la proyección de un estado emocional completamente subjetivo".
Los experimentos de McGregor (1938) se han anticipado a la idea contenida en la fórmula R = I x A, en sus estudios sobre la influencia de los deseos sobre las predicciones que realizan las personas.
Comparemos dos de esos experimentos:
a) En el primero, se preguntó a gente que odiaba a Hitler si creía que dentro de un año ese hombre estaría en el poder, y el 95% respondió que sí. Normalmente, si la gente proyecta sus deseos en el rumor, debería haber contestado que Hitler no estaría en el poder, pero esta tendencia no se dio dada la poca ambigüedad de la información (en ese entonces, todos los indicios apuntaban a que Hitler tomaría el poder).
b) En otro experimento, se pidió a las personas predecir si Eduardo VII se casaría o no, y los resultados fueron que la mayoría de la gente que deseaba el casamiento contestó que sí, que se casaría, y la mayoría de los que no deseaban el casamiento contestó que no se casaría. En este caso la gente proyectó sus deseos en el rumor sin dificultades, porque, al revés que en el primer experimento, la información sobre el casamiento del Rey era muy ambigua.
Ambos experimentos intentaban evaluar en cuánto estaba influenciado el rumor por los deseos en función de la ambigüedad de la información, y resultados similares se obtuvieron en relación a la importancia de la misma: como dice Mc Gregor, "la influencia de factores subjetivos sobre el sentido de la predicción está circunscripto al grado de ambigüedad de la situación estímulo, pero también por la importancia para el vaticinante, de los hechos implicados".
De todo ello, es posible concluír una ley aún más general de psicología social, que se enuncia así:
"La deformación emocional subjetiva en la percepción e interpretación del medio ambiente puede ocurrir sólo en relación directa a los efectos combinados de importancia y ambigüedad".
Por tanto, el peso de los deseos no es algo ilimitado: actuarán siempre y cuando se lo permita una cierta ambigüedad y una cierta importancia de la información. Un ejemplo de factor de importancia está dada por la curiosidad intelectual: cierta información es importante si sirve para saciar la curiosidad al proporcionar 'explicaciones' sobre las cosas. Como ocurre en la transmisión de mitos y leyendas, el 'esfuerzo por buscar una explicación' puede por sí solo constituír un factor de 'importancia' subyacente en la difusión del mito como rumor.
2. Rumores individuales?
Tal vez nuestros lectores escucharon alguna vez el chiste del hombre que viaja por la ruta y se le pincha una goma. Al percatarse de que no tiene un gato para levantar el coche, emprende una caminata por el campo en la esperanza de encontrar alguien que pueda prestárselo.
Como a varios kilómetros ve una estancia, y piensa por lo bajo: "Tengo tanta mala suerte que estos no me van a prestar nada". Luego de caminar un trecho, vuelve a pensar: "Esta gente seguro que no me prestarán el gato". Más adelante, medita algo más exaltado: "¡Malditos! ¿Por qué no me prestan el gato?". Luego, cuando está a una cuadra de la estancia, empieza a lanzar imprecaciones contra los que 'seguramente' no le prestarán ayuda. Finalmente, cuando toca el timbre y aparece el capataz, le grita: "¡Usted es un desalmado! ¿No le da vergüenza no ayudar a un pobre viajero que se ha quedado en la ruta?".
Allport caracteriza al rumor como un fenómeno social, porque se necesitan al menos dos personas para que comience a rodar. El chiste nos muestra que el rumor puede ser entendido también como un fenómeno intraindividual o individual, es decir, como un rumor que 'corre dentro del cerebro' de una persona a lo largo del tiempo, y que el lenguaje popular ha calificado alguna vez como 'hacerse el bocho'.
Un ejemplo lo podría constituír el rumor hipocondríaco donde la persona, a medida que transcurre el tiempo y a partir de un dolorcito insignificante, va generando una serie de ideas cada vez más angustiantes que desembocan en el ataque de hipocondría.
Estos rumores individuales bien pueden estar en la base de los rumores sociales como una condición necesaria de estos últimos, toda vez que cada miembro humano de la cadena del rumor recibe cierta información y genera una información distinta que transmitirá a la siguiente persona, y así sucesivamente. En el interin, en cada cerebro individual se habrá así procesado la información de acuerdo, como bien señala Allport, a las motivaciones personales de cada uno, fuente, en última instancia, de lo que estamos llamando rumores individuales. Examinemos entonces como Allport y Postman tratan esta cuestión.
3. Testimonio y evocación
No se comprende cabalmente el fenómeno del rumor, sin un análisis de lo que ocurre dentro de la mente de los individuos que lo hacen circular, y que son los eslabones de la cadena.
Algunos antecedentes.- Entre quienes iniciarion estudios sobre los testimonios se cuentan Binet y Stern. Binet (1900) fue un pionero en el uso del 'test pictórico', empleado para investigar la fidelidad de las personas para describir material pictórico. Por su parte Stern (1902) usó dicho test para estudiar como las personas, tras observar una escena dibujada, la describen luego de memoria lo más exactamente posible, es decir, la testimonian. Stern también utilizó escenas de la vida real para que luego los sujetos describieran lo que presenciaron. Por ejemplo, hizo pelear a dos estudiantes donde incluso uno alcanzaba a sacar un revólver, y luego pidió a los demás que describieran la escena. Desde ya, nadie sabía que se trataba de una simulación.
Los testimonios se evaluaron luego con dos métodos: la narración libre del acontecimiento, y un cuestionario donde se interrogaba acerca de diferentes aspectos del mismo. Desde ya, el primer método tenía la ventaja de no permitir que el testimonio estuviera influído por las preguntas (como suele ocurrir en los testimonios de juicios orales).
Stern (1938) descubrió asimismo, que cuando las personas deben dar testimonio de un acontecimiento, pueden confundir el mismo con otros acontecimientos experimentados en el pasado, lo que hace disminuír mucho la fidelidad del testimonio.
En general, Stern encontró que las distorsiones ocurren a tres niveles: cuando se percibe el acontecimiento, cuando se lo evoca o recuerda, y cuando finalmente se lo narra. En la fidelidad testimonial parece influír también la inteligencia, los hábitos de expresión oral, y la edad. Por ejemplo, los testimonios de los niños son menos fiables porque están más expuestos a la sugestión.
Posteriores investigaciones mostraron que los estados emocionales influyen marcadamente en el proceso de percibir, recordar o narrar los hechos a testimoniar, así como también la edad, el sexo, el tipo de preguntas del interrogatorio y el tiempo que transcurrió desde la percepción del evento hasta su narración testimonial.
Los tres pasos del testimonio.- Percibir, recordar e informar son los tres pasos que se cumplen dentro de cada individuo, y que permiten que el rumor corra de uno a otro. Como lo muestra el esquema 2, una persona A escucha una información, la procesa a partir de sus recuerdos y luego la informa a una persona B. Esta a su vez percibe la información, la procesa con sus recuerdos, y así sucesivamente. Desde la percepción inicial hasta la narración o informe final, ocurren una serie de transformaciones, a medida que se entretejen lo percibido, lo recordado y los estados de ánimo de ese momento. Los tres pasos no son rígidos, porque por ejemplo al percibir, la persona lo hace selectivamente, influída por los recuerdos que la experiencia le trae.
Bartlett (1932) a mostrado experimentalmente el carácter creador y constructor de la memoria: los recuerdos tienen vida propia, van cambiando y nunca terminan siendo iguales a la percepción original. El mismo autor explica este fenómeno a partir de la idea de "afán de explicación", es decir, la tendencia de la mente a remodelar toda experiencia mediante categorías que le permiten darles sentido y ser útiles, con lo cual se produce la 'desfiguración' de la percepción original.
Por ejemplo, cuando las personas debían recordar relatos, tenían grandes lagunas y tendían a reinterpretar el relato escuchado según su cultura y su historia personal. En su 'afán de explicación', las personas tendían a condensar el material cerrándolo en una Gestalt comprensible para ellos y fácilmente encajable en sus preconceptos, resultando rara la tendencia a complejizar o elaborar el material con nuevos agregados.
Para Allport, esto mismo ocurre en los rumores, los que tienden a ser mas bien versiones cada vez más simplificadas del hecho original. Sólo excepcionalmente podía hacerse una elaboración más compleja, pero no del conjunto, sino de algún aspecto muy específico que se 'acentuaba' cada vez más a medida que el rumor corría, en desmedro de los otros aspectos que tendían a desaparecer. En el esquema 3 podemos observar un ejemplo, donde en la reproducción por evocación de un dibujo, los círculos se acentúan a costa de otros rasgos del original.
Los resultados de los experimentos de Bartlett se asemejan bastante a las investigaciones sobre los rumores, en cuanto este autor experimentó no sólo con personas individuales sino también con grupos de individuos que debían comunicarse unos a otros cierta información. La diferencia está en que en el rumor la transmisión se hace hablando y oyendo, y no escribiendo y leyendo.
Memoria individual versus memoria social.- La memoria social se construye a partir de mentes individuales sucesivas que manipulan un misma material, es decir, ella descansa sobre memorias individuales. La memoria individual es más exacta porque habitualmente el individuo se mantiene más aferrado a lo originalmente percibido, no así en la memoria social donde el material, al ir pasando de una mente a otra que no han captado el original, sufre más cambios.
Desde otro punto de vista, la memoria individual es menos exacta si se considera que un individuo ha percibido originalmente en forma incorrecta y reensaya continuamente acentuando el error sesgado por sus prejuicios. En este sentido, en la memoria social, al ir transmitiéndose la información entre distintos invididuos, los sesgos individuales dejan de tener peso, surgiendo al final un recuerdo altamente convencional, es decir, lo que es común al grupo social en cuestión. Lo idiosincrásico de un eslabón es fácilmente descartado por el siguiente, y la historia puede mantenerse dentro de un marco comprensible para todos.
4. Nivelación y acentuación
Hasta aquí hemos intentado predominantemente responder a la cuestión del 'por qué' circulan los rumores. Ahora, veremos sobre todo la cuestión de 'cómo' circulan o, más concretamente, cómo va evolucionando la información cuando corre de boca en boca.
Al respecto, ya hemos anticipado que el mensaje-rumor va sufriendo transformaciones, tal como ocurre por ejemplo en el juego del teléfono roto. Pero, ¿en qué consisten estas transformaciones? Ellas pueden ser descriptas en términos de dos procesos simultáneos y complementarios entre sí: la nivelación y la acentuación.
La nivelación consiste en la progresiva eliminación de ciertos detalles de la información original, lo que ocurre cuando simultáneamente ocurre un proceso de acentuación, donde se exaltan otros aspectos de dicha información. Los experimentos para investigar estos procesos consistían, típicamente, en una escena que debía percibir y retener un individuo, el que luego debía escribirla o contarla a otro, y así sucesivamente, con lo cual se podía examinar bajo condiciones controladas cómo iba ocurriendo la nivelación y la acentuación. Veamos ambos procesos separadamente.
Nivelación.- Diversos experimentos han mostrado que alrededor del 70% de los detalles originales quedan eliminados en el curso de cinco o seis transmisiones de boca en boca, y que luego el porcentaje de eliminaciones es cada vez menor en las sucesivas reproducciones. El esquema 4 nos muestra un gráfico de la evolución de la nivelación - como porcentaje de detalles retenidos- en función del número de transmisiones de boca en boca.
Los mismos experimentos han mostrado que la nivelación se acentúa cuando las personas encargadas de transmitir la información son observadas por un público capaz de juzgarlas. Ante el temor de equivocarse, prefieren ser más lacónicos en sus informes (después de todo, nunca se equivoca quien nunca habla), con lo cual eliminarán más rápidamente mayor número de detalles.
La nivelación no continúa indefinidamente. Como se ve en el esquema 4, su curva tiende a estabilizarse a medida que el rumor corre más y más y, aunque hacia el final quedan pocos detalles, siempre quedarán algunos de ellos. Este hallazgo es importante porque indica que: a) una expresión corta y concisa cuenta con mayores probabilidades de ser reproducida fielmente; b) cuando la información se hizo extremadamente breve, el sujeto tiene poco para elegir y las posibilidades de desfiguración descienden mucho; y c) por entonces, la tarea se vuelve tan fácil que una memoria virtualmente rutinaria podrá retener el material perfectamente.
Este último es el caso de la información que se convierte en un slogan o lema, mucho más fácil de retener y recordar ("Los árabes eluden el servicio militar"). Por ello, los publicitarios procuran que sus mensajes sean breves, rítmicos y concisos ("Para veranear... Miramar"), y, de modo similar, muchas leyendas y supersticiones fueron comprimidas hasta transformarse en aforismos, muy difíciles de olvidar ("Al que madruga, Dios lo ayuda").
En la nivelación, no se elimina cualquier detalle al azar. Por ejemplo, en general los datos que más probabilidades tienen de ser omitidos en mensajes sucesivos son los nombres propios, pues, según Bartlett, ellos ayudan poco y nada para el 'afán de explicación' de los individuos.
Acentuación.- A medida que los informes sucesivos se acortan por eliminación de detalles, aquello que no sufrió esta acción niveladora quedan resaltados, es decir, sufren una acentuación. La acentuación es así un fenómeno recíproco de la nivelación, y Allport y Postman la definen como "la percepción, retención y narración selectivas de un limitado número de pormenores de un contexto mayor" (1).
Lo que se elimina y lo que se acentúa no es siempre lo mismo: lo que se acentúa en ciertos rumores, puede quedar nivelado en otros. Ciertos elementos de información suelen ser más acentuados que otros, como por ejemplo ciertas palabras singulares como "castiga" o "reconviene". También, suelen darse acentuaciones numéricas, como cuando la información original habla de un negro grandote, y, cuando el rumor corre, termina hablándose de cuatro negros.
También existe la acentuación temporal, o tendencia a concebir acontecimientos pasados como eventos que ocurren en el presente. Así, el rumor "La semana pasada el pollo estaba a 4,50$", suele convertirse en "Dicen que en el mercado negro están cobrando el pollo a 4,50$".
También, suelen acentuarse detalles en movimiento. Es más probable que se transmita de boca en boca la información de una maceta cayendo del décimo piso, que una maceta reposando plácidamente sobre el alféizar de la ventana. Otras veces, la acentuación se verifica atribuyendo movimiento a objetos estáticos: muchos describen una lámina con un tren parado en una estación de subte, como si estuviera en movimiento. Allport ensaya una explicación biológica: los objetos en movimiento pueden ser amenazas, promesas latentes u otras cosas de posible interés, con lo cual se les presta mayor atención.
La magnitud es otro determinante primario de la atención, en el sentido que se atienden más los objetos voluminosos. En función de ello también, en el curso de los relatos, un 'grande' puede convertirse en un 'enorme'.
También tienden a persistir los rótulos, es decir, las frases que describen la escena en general, como por ejemplo "Se trata de una batalla", o "es un tumulto racial". Geenralmente aparecen al comienzo del relato, y, por esta ubicación, suelen también ser más recordados.
Allport sugiere que los rótulos tienden a no ser eliminados porque sirven a las personas para orientarse espacio-temporalmente en el relato, a modo de contexto.
También tienden a acentuarse los aspectos familiares y contemporáneos. Un tumulto callejero tendía a transformarse, por ejemplo, en un tumulto callejero en la localidad donde vivían los sujetos del experimento. Del mismo modo, un símbolo bien conocido por Occidente como la cruz, tendía a ser más acentuado que otro símbolo menos familiar de la cultura oriental.
La 'conclusión' es también una forma de acentuación, entendiendo por tal el intento del sujeto por hacer su experiencia lo más completa, coherente y llena de sentido posible. Una forma particularmente importante de conclusión en el caso de los rumores son las 'explicaciones' que se agregan al relato original. Por ejemplo, un rumor acerca de grandes pérdidas de cosechas termina siendo un rumor donde además se incluye las razones de dicha pérdida: "por culpa de de los militares", etc.
5. Asimilación
Al preguntarnos qué factores inciden en la eliminación de ciertos detalles (nivelación) y en la exaltación de otros (acentuación), y cómo se explican todas las transposiciones, aportaciones y otras desnaturalizaciones que jalonan el curso del rumor, debemos buscar la respuesta en el proceso de asimilación, que explica la poderosa atracción que ejerce sobre el rumor el contexto intelectual y emocional prexistente en la mente del oyente.
Si bien la asimilación cognoscitiva y la emocional están indisolublemente fusionadas, a los efectos del análisis nos referiremos a tendencias asimilativas relativamente inemocionales, y a tendencias más emocionales o de motivación más poderosa.
a) Asimilación relativamente inemocional.- Conforme a la psicología de la Gestalt, desde el principio la percepción es selectiva, tendiendo a simplificar el mundo que nos rodea, y la memoria luego se encarga de continuar este proceso, es decir, tiende a la mejor configuración posible de lo percibido originalmente. Allport y Postman citan algunos ejemplos de asimilación en este sentido intelectual o cognoscitivo.
Asimilación al tema principal: Los detalles se acentúan o se nivelan se acuerdo con las exigencias del motivo principal del relato. Por ejemplo, si el tema es una batalla, se tiende a describir a los protagonistas más como soldados que como guerrilleros o delincuentes.
Asimilación a una buena continuación: O intento por completar lo incompleto con el fin de obtener una configuración mental más coherente o consistente.
Asimilación por condensación: La memoria tiende a unir detalles inconexos en una sola categoría. La percepción de varios avisos individualizados puede terminar convirtiéndose en "un montón de propaganda". Se acentúa lo común, mientras se nivelan o eliminan las diferencias.
Asimilación a la expectación: Las cosas son percibidas y recordadas según está uno acostumbrado a verlas. Así, si alguien percibe la imagen de un policía extendiendo las manos hacia un ciudadano, la expectación lleva a pensar que el policía lo está deteniendo, porque la gente está más acostumbrada a a ver policías practicando detenciones que usando su autoridad para proteger al ciudadano. En otro ejemplo, una ambulancia no llevará explosivos sino medicamentos. En este caso, coincide la asimilación a la expectación y al tema principal.
Asimilación a hábitos lingüísticos: La expectación suele reducirse al acto de ajustar lo percibido o lo recordado a clishés verbales preexistentes. Este factor hace que el rumor vaya adecuándose al pensamiento corriente o convencional. No es infrecuente ver en ellos expresiones convencionales como 'matasanos', 'profesor melenudo' o 'espía ruso'.
b) Asimilación de motivación más poderosa.- La asimilación de detalles por razones predominantemente emocionales se caracteriza porque los detalles son nivelados o acentuados según el interés de la persona. Este interés puede depender del sexo (la mujer tenderá a acentuar vestimentas), de la profesión (ciertos oficios tendían a acentuar carteles indicadores en la escena de una ruta), y sobre todo de los prejuicios, como los raciales (ciertas personas tendían a interpretar, en una escena, que el negro era quien portaba una navaja y no el blanco).
(1) El fenómeno de la acentuación presenta ciertas semejanzas con el de resonancia fantasmática, estudiado por Anzieu a propósito de los mecanismos de formación y mantenimiento de grupos humanos. Si aplicáramos este concepto psicoanalítico al fenómeno del rumor, diríamos que cuando los mensajes corren de boca en boca, ciertos detalles tienden a persistir, a acentuarse, porque todos los individuos de la cadena se 'enganchan' con esa temática, es decir, se produce una resonancia fantasmática.
Bibliografía
Allport G. W. y Postman L., "Psicología del rumor", Buenos Aires, Editorial Psiqué, 1953. Capítulos 1 (Por qué circulan los rumores), 3 (Testimonio y evocación), 5 (Nivelación y acentuación) y 6 (Asimilación).
Pablo CazauLic en Psicología y Prof de Enseñanza Media y Superior en PsicologíaBuenos Aires, Marzo 1998

sábado, 30 de agosto de 2008

El proceso creador,

El Proceso Creador
a la Luz de la Neurociencia
Miguel Martínez Miguélez.
l. Orientación Introductoria
Hace poco más de un año, el Congreso Norteamericano emitió una Resolución por medio de la cual designó la década del 90 como "década del cerebro", y destinó más de 500 millones de dólares para el estudio de la Neurociencia durante ese año.
Las expectativas que se han formado sobre los estudios de la maquinaria neuronal son ilimitadas. Como en otro tiempo se estudiaron las aves para fabricar máquinas volantes y los peces para hacer submarinos, ahora se trata de arrancarle los secretos a la dinámica cerebral para sustituir al hombre por máquinas pensantes que lo imiten y, si es posible, lo superen en el nivel de eficacia de las decisiones a tomar.
No podemos formarnos una idea exacta del futuro promisor que pueden tener los estudios de la Neurociencia. Quizá, no mucho más precisa de la que se podrían haber formado los cavernícolas sobre nuestra civilización actual.
En esta conferencia, nos preguntamos hasta qué punto los estudios actuales sobre Neurociencia iluminan el proceso creador. Es decir, qué aportes nos ofrecen la neurofisiología, la neuroquímica, la neurocirugía, la neurofarmacología y la neuropsicología en la comprensión del origen, dinámica y éxito del pensamiento divergente, innovador y enriquecedor. En una palabra, nos preguntamos qué relación directa existe entre la experiencia interna subjetiva, que es nuestra realidad primaria, y el cerebro como sede de la misma.
Las neurociencias señaladas abundan en datos semi-empíricos que corren el riesgo de ser poco explotados si no son ubicados en sus contextos específicos, si no se relaciona y armoniza la estructura de estos hallazgos con la estructura y funcionamiento del cerebro y si no se le hace avanzar de su estado actual de datos primarios con una organización estructural y sistémica, es decir, a través de un proceso de teorización que los integre y le dé pleno sentido. En fin de cuentas, como solía decir Einstein, la ciencia consiste en crear teorías.
Por otra parte, el principo rector que nos guiará en el ordenamiento y en la expresión de estas ideas será el principio de economía de estructuras, principio de una validez incuestionable en la naturaleza humana, y que pudiéramos concretar más precisamente de la manera siguiente: a cada estructura específica del cerebro corresponde una función, y esta función será tanto más acabada y perfecta cuanto más siga y respete la estructura en que se apoya.
2. Complejidad estructural y funcional.
Los datos que especifican la naturaleza constitutiva del cerebro humano son todos muy sorprendentes, aparentemente increíbles y casi imposibles de imaginar. Veamos sólo algunos de ellos:
- El cerebro tiene sólo el 2% del peso del cuerpo, pero consume el 20% de su energía.
- Está compuesto por unos 10 a 15 mil millones de neuronas, cada una de las cuales se interconecta con otras por un número de sinapsis que va de varios centenares a más de 20.000, formando una red estructural que es unas 100 veces más compleja que la red telefónica mundial.
- Sin embargo, el tiempo de activación entre dos sinapsis es inferior a un milisegundo (Eccles, 1973).
- Una estimación modesta de la frecuencia de impulsos entre los dos hemisferios supera los 4000 millones por segundo, 4000 Megahertz (MHz), (Eccles,1980, p. 366), cuando las computadoras más sofisticadas se acercan ahora a los 80 ó 100 MHz.
- De esta manera, la velocidad de procesamiento de información del sistema nervioso no consciente supera toda posible imaginación humana, siendo de uno a diez millones de bits (unidades de información) por segundo (Hainer, 1968), lo cual equivale a unas 300 páginas de lenguaje de un libro normal.
- Toda experiencia sensorial, consciente o inconsciente, queda registrada en el aparato neuronal y podrá ser evocada posteriormente, si se dan ciertas condiciones propicias; y algo parecido sucede con nuestro conocimiento hereditario inconsciente que constituye una base de potencialidad aun mucho mayor (Popper, 1980, p.136-7).
- Parece ser que el cerebro, al igual que algunos sentidos como la vista y el oído, utilizan los principios holográficos para almacenamiento de información, de modo que, registrando únicamente la pauta de difracción de un evento, conserva la información de la totalidad y el aprendizaje se reduce a la organización jerárquica de estructuras de estructuras. Esto indicaría que el cerebro sigue el sabio concepto de no poner en la cabeza nada que pueda ubicarse en una estantería.
- Igualmente, la vastedad y los recursos de la mente son tan grandes que el hombre puede elegir, en un instante dado, cada una de las 1040 sentencias diferentes de que dispone una lengua culta (Polanyi, 1969, p. 151).
Estos y otros datos similares nos llevan a concluir que el cerebro humano es la realidad más compleja del universo que habitamos.
Siguiendo el principio de economía antes citado, nos podemos preguntar qué sentido o significado tiene, o qué función desempeña, esta asombrosa capacidad del cerebro humano que reside en su ilimitada posibilidad de memoria y en su inimaginable velocidad de procesar información. Nuestra respuesta es que esa dotación gigantesca está ahí, esperando que se den las condiciones apropiadas para entrar en acción.
3. Areas comprometidas y áreas disponibles
Szentágothai (1975), basándose en extensos estudios microestructurales, ha desarrolado la idea según la cual, tanto en la estructura como en la función de todas las áreas de la corteza cerebral, la columna, módulo o engrama, constituye la unidad básica, está dispuesta verticalmente respecto a la superficie, se compone de unas 10.000 neuronas de diferentes tipos, especialmente excitadoras e inhibidoras, y toda la maquinaria neuronal de la corteza cerebral humana posee de uno a dos millones de módulos o engramas.
Se prodrían comparar los módulos a los microcircuitos integrados de la electrónica actual, aunque, siendo mucho más complejos, tienen un sistema propio de generar energía interna, asegurando la delimitación del entorno mediante su acción inhibidora sobre los módulos adyacentes, de modo que cada módulo puede actuar sobre cientos de otros, recibiendo a su vez la acción de ellos. Cada módulo se puede también comparar a una estación de radio transmisora hacia la mente y receptora de ella (Eccles, 1980, p. 538), con una disposición funcional de excitación e inhibición en retroalimentación y proalimentación. El cerebro es un sistema abierto de sistemas abiertos cuya operación en conjunto es inmensamente compleja y está más allá de todo lo imaginable.
Penfield (1966) llama áreas comprometidas a aquellas áreas del córtex que desempeñan funciones específicas; así, las áreas sensoriales y motoras están comprometidas desde el nacimiento con esas funciones, mientras que las áreas dedicadas a los procesos mentales superiores son áreas no comprometidas, en el sentido de que no tienen localización espacial concreta, y su función no está determinada genéticamente. Penfield hace ver que mientras la mayor parte de la corteza cerebral de los animales está comprometida con las funciones sensoriales y motoras, en el hombre sucede lo contrario: la mayor parte de su cerebro no está comprometida, sino que está disponible para la realización de un futuro no programado.
Entre las muchas realidades importantes en el funcionamiento del cerebro, hay un hecho sumamente relevante que conviene subrayar: las vías de los órganos receptores que van al cerebro nunca son directas, sino que siempre hay conexiones sinápticas de una neurona a otra en las estaciones de relé. Una neurona sólo lleva el "mensaje" de un extremo al otro de su axón. Por lo tanto, cada uno de estos estadios da cierta oportunidad de modificar la codificación del "mensaje" procedente de los receptores sensoriales. Esta situación llevó a Mountcastle (1975) a afirmar:
"Todos creemos vivir directamente inmersos en el mundo que nos rodea, sentir sus objetos y acontecimientos con precision y vivir en el mundo real y ordinario. Afirmo que todo eso no es más que una ilusión perceptiva, dado que todos nosotros nos enfrentamos al mundo desde un cerebro que se halla conectado con lo que está 'ahí fuera' a través de unos cuantos millones de frágiles fibras nerviosas sensoriales. Esos son nuestros únicos canales de información, nuestras líneas vitales con la realidad. Estas fibras nerviosas sensoriales no son registradores de alta fidelidad, dado que acentúan ciertas características del estímulo, mientras que desprecian otras. La neurona central es un contador de historias, por lo que respecta a las fibras nerviosas aferentes, y nunca resulta completamente fiable, permitiendo distorsiones de cualidad y de medida en una relación espacial forzada aunque isomórfica entre 'fuera' y 'dentro'. La sensación es una abstracción, no una réplica, del mundo real".
4. Complementariedad de las estructuras cerebrales.
En 1981 le fue otorgado a Roger Sperry, del Instituto Tecnológico de California, el Premio Nóbel por sus investigaciones y hallazgos en el campo de la neurociencia. Sperry, entre otras cosas, ha dicho: "Cada uno de los dos hemisferios cerebrales parece tener sus propias sensaciones, percepciones, pensamientos, sensibilidad y memoria". Y, al especificar las funciones propias de cada uno, viene a precisar, integrar y, en ciertos aspectos, a completar hallazgos de muchos otros investigadores, de extraordinarias implicaciones para la comprensión del proceso creador.
El hemisferio izquierdo, que es consciente, realiza todas las funciones que requieren un pensamiento analítico, elementalista y atomista; su modo de operar es lineal, sucesivo y secuencial en el tiempo, en el sentido de que va paso a paso; recibe la información dato a dato, la procesa en forma lógica, discursiva, causal y sistemática y razona verbal y matemáticamente, al estilo de una computadora donde toda "decisión" depende de la anterior; su modo de pensar le permite conocer una parte a la vez, no todas ni el todo; es predominantemente simbólico, abstracto y proposicional en su función, poseyendo una especialización y control casi completo de la expresión del habla, la escritura, la aritmética y el cálculo, con las capacidades verbales e ideativas, semánticas, sintácticas, lógicas y numéricas (Martínez, 1987).
El hemisferio derecho, en cambio, que es siempre inconsciente, desarrolla todas las funciones que requieren un pensamiento o una visión intelectual sintética y simultánea de muchas cosas a la vez. Por ello, este hemisferio está dotado de un pensamiento intuitivo que es capaz de percepciones estructurales, sincréticas, geométricas, configuracionales o gestálticas, y puede comparar esquemas en forma no verbal, analógica, metafórica, alegórica e integral. Su manera de operar se debe, por consiguiente, a su capacidad de aprenhensión estereognósica del todo, a su estilo de proceder en forma holista, compleja, no lineal, tácita, simultánea y acausal. Esto le permite orientarse en el espacio y lo habilita para el pensamiento y apreciación de formas espaciales, el reconocimiento de rostros, formas visuales e imágenes táctiles, la comprensión pictórica, la de estructuras musicales y, en general, de todo lo que requiere un pensamiento visual, imaginación o está ligado a la apreciación artística (ibídem).
La velocidad de trabajo y procesamiento de información de ambos hemisferios es totalmente diferente: mientras el sistema nervioso racional consciente (hemisferio izquierdo) procesa apenas unos 40 bits (unidades de información) por segundo, la plena capacidad de todo el sistema nervisoso inconsciente (asentado, en su mayor parte, en el hemisferio derecho, el cerebelo y el sistema límbico) alcanza -como ya señalamos- de uno a diez millones de bits por segundo (Hainer, 1968).
Es conveniente advertir que, de acuerdo a algunos investigadores, el 44% de las personas zurdas lateralizan algunas de estas funciones en sentido contrario al usual (Restak, 1979, p. 193), y que igualmente harían los japoneses debido a la estructura de su lengua, en que dominan las vocales, sin embargo, al ser educados en Occidente siguirían la pauta occidental (Tsunoda, 1985).
John Eccles (1980), Premio Nóbel por sus descubrimientos sobre transmisión neurológica, estima que el cuerpo calloso está compuesto por unos 200 millones de fibras nerviosas que cruzan por él de un hemisferio a otro, conectando casi todas las áreas corticales de un hemisferio con las áreas simétricas del otro, y que, teniendo una frecuencia de unos 20 ciclos cada una, transportan una cantidad tan fantástica de tráfico de impulsos en ambas direcciones que supera los 4000 millones por segundo, 4000 Megahertz. Este tráfico inmenso, que conserva los dos hemisferios trabajando juntos, sugiere por sí mismo que su integración es una función compleja y de gran trascendencia en el desempeño del cerebro. La sutileza y la inmensa complejidad de los engramas espaciotemporales que así se forman, constituyen lo que Sherrington llamaba "la trama encantada" y -según Eccles (1975)- se hallan muy por encima de los niveles de investigación logrados por la física y la fisiología de nuestros días.
Aunque la actividad del hemisferio derecho es totalmente inconsciente debido a su alta velocidad, tiene, no obstante, una especie de reverberación en el izquierdo. De este modo, la mente consciente, que actúa sólo sobre este hemisferio, puede, sin embargo, tener un acceso indirecto prácticamente a toda la información que le interesa, en un momento dado, del hemisferio derecho. Por esta razón, ambos hemisferios tienen una estructura y desarrollan actividades especializadas, pero que se complementan; en efecto, muchas funciones de codificación, almacenamiento y recuperación de información dependen de la integración de estas funciones en ambos hemisferios. Aún más, la complementariedad se encuentra tan radicada en su naturaleza que en los casos de atrofia congénita de un hemisferio, el otro trata de realizar el trabajo de los dos, y -según Sperry- al cortar el cuerpo calloso (impidiendo, con ello, el paso de información de uno a otro), cada hemisferio opera de manera independiente como si fuera un cerebro completo, pero, evidentemente, en forma menos eficiente aun en la realización de sus propias funciones específicas. Como señala el eminente neurólogo y Premio Nóbel Ramón y Cajal, "es imposible entender el plan arquitectónico del cerebro si uno no admite, como principio guía de este plan, la unidad de percepción" (Ornstein, 1973, p. 117-8).
Este hecho tiene, como veremos más adelante, incalculables implicaciones para el fomento y programación de actividades creadoras y para la promoción del autoaprendizaje.
Ya los psicólogos de la escuela de Würzburg descubrieron asombrados, desde principios de siglo, que en el estudio de un problema el proceso determinante de la solución se desarrollaba al margen de la conciencia. Las personas sometidas a los experimentos nunca podían indicar cómo obtenían la solución. En efecto, nadie tiene conciencia clara de cómo escoge, a partir de millones de posibilidades, y de cómo termina adivinando.
En cierta ocasión, Einstein afirmó que los científicos son como los detectives que se afanan por seguir la pista de un misterio, pero que los científicos creativos deben cometer su propio "delito" y también llevar a cabo la investigación. Einstein, como otros científicos eminentes, sabía esto por experiencia propia. Ellos, ante todo, habían cometido el "delito" de pensar y creer en algo que iba en contra del pensamiento "normal" y corriente de los intelectuales y de lo aceptado por la comunidad científica; algo que desafiaba las normas de un proceder "racional" e, incluso, de la misma lógica consagrada por el uso de siglos; algo que solamente se apoyaba en su intuición. La osadía intelectual siempre ha sido un rasgo distintivo de las personas creadoras; incluso más que el mismo C.I. Es perfectamente posible -señala Popper- que un gigante intelectual como Einstein, posea un C.I. comparativamente bajo, y que, entre las personas con un C.I. excepcionalmente alto, sean raros los talentos creativos (1980, p. 139).
5. Dinámica del Proceso Creador.
Al entrar en la dinámica del proceso creador, aspecto central de nuestro tema, conviene señalar, en honor a la clarificación y precisión de conceptos, tres hechos que, sin temor a exagerar, pudiéramos concretar en las siguientes expresiones: 1) la formación del pensamiento crítico y el desarrollo de la creatividad son los objetivos más frecuentes en los planes de estudio a todo nivel; 2) estos objetivos son, paradójicamente, los menos cultivados en forma expresa y, cuando emergen espontáneamente, los más perseguidos, y, 3) esta falta de cultivo y esta persecución se interpretan ordinariamente como un interés en neutralizar individuos revolucionarios, anárquicos o desestabilizadores del sistema y nunca como lo que realmente son, una afirmación de la personalidad inmadura o incapaz del docente, o de los intereses de los directivos.
El proceso creador, en acción, sigue una dinámica constituida por varias etapas o pasos, cuya naturaleza y secuencia podemos ordenar integrando una gran variedad de aportes de las diferentes neurociencias.
5.1 Motivación inicial. En primer lugar, debe existir una motivación o interés específico centrado en un área determinada, que tiene un gran significado intelectual o emocional para nosotros. Solamente así, la mente inicia la tarea de buscar y recuperar recuerdos, palabras, expresiones, ideas, sucesos, imágenes, melodías, etc., sondeando y escudriñando activamente los dispositivos modulares abiertos o semiabiertos para integrar su contenido en un recuerdo reconocible, rico en significación personal.
5.2 Exploración del contenido de los módulos abiertos. En esta actividad, la mente actúa remota y lentamente, sin potencia coercitiva, sobre una amplia extensión de módulos de la corteza cerebral, en los cuales está codificada la información: aunque necesita aproximadamente sólo un milisegundo la transmisión de una neurona a otra, la mente autoconsciente emplea, sin embargo, unos 800 milisegundos para ejecutar una orden. Este tiempo, relativamente largo, de incubación lo emplea en sondear la disposición y contenido de los módulos abiertos o que tengan cierto grado de apertura, es decir, que sintonizan con sus intereses actuales; pero, a través de su acción sobre los módulos abiertos, puede influir sobre los cerrados que tengan cierta semejanza de contenido, y al actuar sobre todos estos módulos del hemisferio izquierdo, consciente, puede sondear también el contenido de los módulos del derecho, inconsciente, e incorporar e integrar su riqueza y significación propia. Le es posible realizar esta acción a través de las fibras del cuerpo calloso que conectan las áreas simétricas de ambos hemisferios, y por el efecto de reverberación que existe entre los módulos de ambos hemisferios que tienen cntenidos relacionados. Así, la mente autoconsciente, en fracciones de segundo, puede sondear cientos de miles de unidades independientes y sintetizar su gran diversidad haciendo de ella una unidad de experiencia consciente.
5.3 Papel activo de la mente autoconsciente. En nuestro cerebro existe una especie de división en jerarquías de controles: los resultados de primer orden o nivel son revisados críticamente por la mente autoconsciente, es decir, la mente consciente de sí, autorreflexiva, y, así, se forma un segundo orden, como sucede cuando el yo observa las ilusiones ópticas y se hace críticamente consciente de que "tiene" una ilusión y de que debe superarla, o cuando reconoce que un nombre o un número no es correcto y ordena un nuevo proceso de recuerdo, etc. De esta manera, en un sistema abierto de sistemas abiertos, como es el cerebro humano, el yo se va ubicando y conserva siempre la mayor altura en esta jerarquía de control, es decir, la mente autoconsciente tiene una función maestra, superior, interpretativa y controladora, en su relación con el cerebro, ya que acepta o rechaza, usa o modifica, valora y evalúa los contenidos que le ofrece el cerebro de relación. Popper dice que "el yo, en cierto sentido, toca el cerebro del mismo modo que un pianista toca el piano o que un conductor acciona los mandos de su coche" (1980, p. 557).
Al tratar de recuperar el recuerdo o la información que nos interesa en un momento determinado, la mente autoconsciente sondea ensayando todo tipo de estrategias. Es un proceso activo y extremadamente complejo. Para que la mente trabaje eficientemente con el cerebro e interactúe con él, precisa una buena dosis de aprendizaje intenso, que se concreta en el uso eficaz del lenguaje, expresando las ideas con palabras y oraciones adecuadas, comprobando hacia atrás y hacia adelante, avanzando y retrocediendo, evaluando y juzgando.
Teniendo presente cuál es nuestra atención, elección e interés, y usando estos tópicos como claves en su operación, la mente puede hacer una selección de lo que le ofrece el cerebro de relación (módulos explorados) y mezclar los resultados de muchas áreas diferentes formando una unidad integrada de experiencia consciente; es decir, la mente autoconsciente desempeña el papel principal de acción en la búsqueda, selección, descubrimiento, organización e integración de contenidos. No hay un proceso mecánico simple de la mente autoconsciente; no se accionan sencillamente algunas claves y se obtiene un mensaje, se oprime una tecla y se obtiene una respuesta inmediata y última, tal como ocurriría con la memoria o casillero de una computadora; "las cosas son infinitamente más complicadas" -dice Eccles. En la generación de oraciones, por ejemplo, se produce un continuo modelado y modificación oscilando hacia adelante y hacia atrás y aproximándose, en un juego continuo de interacción, desarrollado entre la mente autoconsciente, por un lado, y los centros cerebrales superiores, por el otro. El trabajo, por ejemplo, de una neurona inhibitoria, en este contexto, es similar al de un escultor que corta y descarta partes de la piedra a fin de formar una estatua. Esta dinámica y actividad de la mente autoconsciente supera ampliamente las explicaciones y teorías que asignan a la mente un carácter de "espectador pasivo" ante las reacciones del cerebro.
El nivel de complejidad que se da en la interacción entre la parte consciente y la inconsciente es muy alto. Cuando nuestra mente está libre de mecanismos defensivos, cuando actúa espontáneamente, cuando observa y ausculta todas las reacciones de su propio cerebro, dispone de un cúmulo intenso de datos que procesa, a veces inconscientemente, y genera conclusiones que se le presentan como intuiciones. Esta "sabiduría del organismo" nos proporciona juicios que pueden ser más sabios que el pensamiento consciente, tomado en sí mismo, ya que el carácter racional del hombre le lleva, quizá, a negarse a sí mismo y a desconocer aquella parte que se le presenta con una aparente incoherencia o como amenazadora. A veces, hay un auténtico antagonismo entre las tendencias excesivamente racionalistas y la intuición; pareciera como si la dialéctica, o el diálogo, entre los dos hemisferios cerebrales, derecho e izquierdo, todavía no hubiera terminado.
5.4 Interacción en el sistema cognitivo-afectivo. De una importancia capital es la relación entre el sistema límbico o lóbulo límbico y el neocórtex prefrontal, es decir, entre el sistema emotivo y el cognitivo, unidos a través de una gran red de canales de circulación en ambas direcciones. El sistema límbico abarca un ensamblaje extremadamente complejo de estructuras, cuya plena comprensión, tanto estructural como funcional, no ha sido aún alcanzada. Sabemos, sin embargo, muy bien que el sistema límbico da un colorido emocional cambiando en gran medida las percepciones conscientes y, viceversa, que, mediante la corteza prefrontal (sistema consciente), el sujeto ejerce una influencia de control sobre las emociones generadas por el sistema límbico. Es más, hoy día se avanzan teorías que los consideran como un solo sistema, la estructura emocional-cognitiva, ya que hay vías de complicada circulación que van desde las entradas sensoriales al sistema límbico y luego, de ahí, al lóbulo prefrontal, regresando de nuevo al sistema límbico y, posteriormente, una vez más, al lóbulo prefrontal.
Nauta (1971), un gran estudioso de la relación entre los sistemas prefrontal y límbico, señala que el estado interno del organismo (hambre, sed, miedo, rabia, placer, sexo, etc.) se indica a los lóbulos prefrontales desde el hipotálamo, los núcleos septales, el hipocampo, la amígdala y demás componentes del sistema límbico, a través de una gran red de vías y circuitos que llevan intenso tráfico de información; el córtex prefrontal sintetiza toda esta información emotiva, sentimental y apetitiva y traza, luego, una guía adecuada de conducta. De esta manera, los estados afectivos adquieren una importancia extraordinaria, ya que pueden inhibir, distorsionar, excitar o regular los procesos cognoscitivos, conclusión ésta que deberá cambiar muchas prácticas antieducativas, que no se preocupan de crear el clima o atmósfera afectivos necesarios para facilitar los procesos de aprendizaje y el fomento y desarrollo de la creatividad.
5.5 Influencia del pasado y vivencia del eureka. Nuestra mente autoconsciente puede buscar en la memoria los datos e ideas apropiados para la solución de un problema y luego relacionarlos, pero esto casi siempre lo hace comparando el planteamiento del problema con nuestra estructura cognoscitiva previa, la cual activa las ideas antecedentes pertinentes y las soluciones dadas a problemas anteriores parecidos que, a su vez, son reorganizadas y transformadas en forma de proposiciones de solución al nuevo problema que se plantea. Ahora bien, cuando la solución del problema exige relaciones o estructuras novedosas u originales, la mente consciente fácilmente fuerza las cosas en la dirección errónea, en la dirección de lo conocido, de lo viejo, de lo ya sabido, es decir, nos lleva por un camino estéril. Sin embargo, este esfuerzo no es inútil, al revés, puede ser muy provechoso, pues selecciona muchas ideas pertinentes que, de alguna manera, pueden tener conexión con el problema. Estas ideas, cuando la mente consciente deja de forzarlas en una determinada dirección, se unen entre sí y con otras pertinentes y adecuadas que ellas movilizan por un proceso inconsciente y de acuerdo a su propia naturaleza; no es que se enlacen al azar, pues el azar no es creativo. La unión de estas ideas por sus características y naturaleza y a un nivel preconsciente o subliminal, da como resultado el hallazgo, la invención o el descubrimiento creativos. Pudiéramos decir que un conocimiento que ya existe, pero en forma inconsciente, se hace consciente a través de la "intuición". No de otra manera se podrían explicar los hechos que hacen ver que esos resultados aparecen durante momentos de reposo, pero, ordinariamente, después de un trabajo mental duro y laborioso sobre los mismos y tras repetidos rechazos insatisfactorios.
Ya Helmholtz, a fines del siglo pasado, identificó tres etapas en su trabajo creativo: 1) una investigación inicial llevada adelante hasta que le era imposible seguir; 2) un período de reposo y recuperación, y, 3) la ocurrencia de una solución repentina e inesperada (Arieti, 1976, p. 268).
También Poincaré, tratando de explicar el proceso que le llevó a sus múltiples descubrimientos, avanza dos hipótesis. En la primera enfatiza la cualidad estética de la combinación: la mente, como un siervo educado, dejaría pasar por la entrada de la conciencia sólo aquellas combinaciones que llaman la atención por su belleza y elegancia. La segunda asume que durante el trabajo preparatorio la mente no pone en acción todas las ideas posibles, sino solamente aquellas que tienen algo que ver con el objeto de estudio (ibídem, p. 269).
El campo de la electroencefalografía ha venido a demostrar, con sus muchas investigaciones al respecto, que cuando se realiza una baja en la frecuencia de las ondas del cerebro (ondas o ritmo alfa y theta: de 10 ó 5 ciclos por segundo, respectivamente, y unos 50 microvoltios en promedio) a través de la relajación, se da una mayor sincronía entre las diversas partes del cerebro y aumenta considerablemente la actividad de los procesos preconscientes. Los grandes descubrimientos y creaciones científicas se efectuaron precisamente en estas condiciones, es decir, cuando sus autores se encontraban relajados físicamente, con los ojos cerrados, tranquilos y en actitud de ensueño (Arquímedes, Newton, Darwin, Poincaré, etc.).
Toda la historia de los descubrimientos científicos, como la de las creaciones artísticas, está llena de anécdotas que hacen ver que el proceso creativo se da como "entre bastidores", pero siempre después que la mente consciente ha luchado con el problema, lo ha intentado todo y lo deja, alejándose del mismo.
Cuando analizamos el contexto en que se da la verdadera intuición, constatamos que no es una simple conjetura y, menos aún, el resultado de un acertijo o de intentos por ensayo y error. La verdadera intuición es una visión intelectual de una relación, que puede ser el significado, alcance o estructura de un problema o situación; es espontánea, íntima, inesperada, instantánea, intensamente clara (tal como si esta idea o verdad se tuviera a la vista) y no ocurre por vía de razonamiento; simplemante, uno es "arrastrado" hacia la nueva verdad. Y estos fuertes sentimientos de convicción, de la vivencia del eureka, son -según MacLean (1978)- , en gran parte, generados por una tormenta que desencadena el sistema límbico, es decir, que tienen una gran componente emotiva.
5.6 Lógica implícita de la intuición. Una pregunta muy pertinente a este respecto es la siguiente: ¿existe lógica en el proceso preconsciente que culmina con la intuición novedosa? Frecuentemente se identifica una intuición -especialmente cuando la verdad de su contenido no puede demostrarse de inmediato- como algo irracional, y a quien cree en ella se le considera falto de lógica, de razón y, también, anticientífico. Los mayores genios de la historia tuvieron que soportar esto, a veces, durante toda su vida.
Hace mucho tiempo Pascal dijo una frase que se ha hecho famosa: "el corazón tiene razones que la razón no conoce". No es al corazón físico a lo que se refiere Pascal, y ni siquiera a los sentimientos, sino a la función cognoscitiva de la intuición, que es capaz de sintetizar y aprehender la totalidad de una realidad o situación dada. Desde luego, la intuición no es infalible. Ningún conocimiento humano lo es. Pero el proceso intuitivo, que se desarrolla más allá del umbral de la conciencia, puede seguir una lógica implícita, imposible de captar a nivel consciente, debido a la complejidad y rapidez de las relaciones que están en juego. Esta posición sobre la lógica implícita es sotenida por autores como Polanyi (1969), Kuhn (1978), Weimer (1979) y, sobre todo, por Henri Poincaré quien, después de sus descubrimientos matemáticos y astronómicos, refiriéndose al proceso inconsciente de las intuiciones que le llevaron a esos hallazgos, afirma: "el yo subliminal no es en forma alguna inferior al yo consciente; no es meramente automático, es capaz de discernimiento; tiene tacto y delicadeza; sabe cómo elegir y adivinar... Conoce cómo adivinar mejor que el yo consciente, ya que tiene éxito donde éste ha fracasado. En una palabra, ¿no es el yo subliminal superior al yo consciente?" (1978, pág. 84).
5.7 Armonía entre las diferentes partes del cerebro. Quizá, la falla mayor de nuestra educación haya consistido en cultivar, básicamente, un solo hemisferio, el izquierdo, y sus funciones racionales conscientes, descuidando la intuición y las funciones holistas y gestálticas del derecho, e, igualmente, marginando la componente emotiva y afectiva y su importancia en el contexto general. Así, mientras en un nivel llevamos una existencia que parece racional y cuerda, en otro nivel estamos viviendo una existencia rabiosa, competitiva, miedosa y destructiva. La armonía entre las tres partes del cerebro, entre las tres estructuras fundamentales -hemisferio izquierdo, derecho y sistema límbico- , su equilibrio y sabia orquestación deberá ser un objetivo fundamental de nuestra educación moderna.
La serenidad y paz emocional es indispensable para que los engramas y módulos se abran a la búsqueda inquisitiva de la mente autoconsciente, incluso para que puedan enfrentar el riesgo y el temor al fracaso. En condiciones normales, el porcentaje de eficiencia del cerebro corriente de muchos adultos no supera el 5% de sus posibilidades, cuando en condiciones óptimas, como las que popician algunos métodos de orquestación ideal, pueden aumentar hasta 5 veces el rendimiento normal.
5.8 El yo crea su cerebro. Hay, además, otro aspecto de extremada significación y trascendencia, y es el que se deriva de la función activa de la mente autoconsciente, la cual es capaz de provocar cambios en los acontecimientos neuronales, formando y creando, así, su propio cerebro.
"Cuando el pensamiento -dice Eccles- lleva a la acción, como neurólogo, me veo obligado a conjeturar que, de algún modo, mi pensamiento cambia los patrones operativos de las actividades neuronales de mi cerebro. Así, pues, el pensamiento acaba por controlar las descargas de impulsos de las células piramidales de mi corteza cerebral, y finalmente las contracciones de mis músculos y los patrones de conducta que se derivan de ahí" (1980, pág. 318).
La conclusión a que llegan tanto Popper como Eccles es que la actuación de la personalidad y del yo van formando y estructurando el cerebro y que, por ello, "está muy claro que nuestro cerebro es, al menos en parte, el producto de nuestra mente" (pág. 534). Esta razón es la que los llevó a cambiar el título de su obra "El Yo y el Cerebro", por el de "El Yo y su Cerebro". Y hacen ver que aunque el yo y la mente consciente tienen una base física que parece centrarse en el cerebro, son algo muy distinto de cualquier otra realidad existente o del mismo cerebro, lo cual se demuestra por el hecho de que "podemos perder partes considerables del cerebro sin que ello interfiera con nuestra personalidad" (1980, p. 130).
Una posición, más o menos similar, había sostenido también Sperry (1969b):
"En este esquema -dice él- se considera que los fenómenos conscientes interactúan con los aspectos fisicoquímicos y fisiológicos del cerebro, gobernándolos en gran medida. Obviamente, también se produce la relación inversa, por lo que se concibe una interacción mutua entre las propiedades fisiológicas y mentales. Aun así, la interpretación presente tendería a restaurar a la mente en su vieja posición prestigiosa sobre la materia, en el sentido de que los fenómenos mentales trascienden claramente los fenómenos de la fisiología y de la bioquímica".
6. Conclusiones y Aplicaciones
La comprensión y el esclarecimiento de un área determinada del saber siempre repercute benéficamente en muchas otras. Podemos preguntarnos qué implicaciones trae lo expuesto hasta aquí para la promoción y cultivo del talento creador.
6.1. Los sabios de la antigüedad solían dar a sus consultantes una respuesta o profecía ambigua, que producía el efecto de obligarle a mirar hacia sus adentros, a consultar sus propias intuiciones y sabiduría, a replantearse la situación, a volver a considerar sus planes y a pensar nuevas posibilidades. En todo esto había una creencia: que la información para la respuesta y solución adecuada de nuestros problemas está, por lo menos en gran parte, dentro de nosotros mismos y que allí hay que buscarla.
6.2. Se ha demostrado en forma cada vez más clara que cuanto más creemos en las habilidades de nuestra mente, cuanto más la utilizamos y tenemos fe en ella, mejor trabaja. En efecto, parece que el mayor obstáculo que se opone a la expansión y uso de la mente intuitivo-creativa, lo que más inhibe su capacidad y dinamismo, es la falta de fe en nosotros mismos, ya que una gran confianza en uno mismo y en la propia capacidad elimina ciertos constreñimientos mentales que imposibilitan, a nivel neurofisilógico cerebral de los engramas, el flujo de ideas y sus relaciones.
6.3. Son muchos los autores e investigadores que han demostrado que la falta de desarrollo estructural lleva luego a una incapacidad funcional. Sperry lo especifica en los siguientes términos: "muchos elementos internos de nuestro cerebro se activan solamente con operaciones muy específicas y, si estas actividades no se realizan -de una manera particular durante las etapas del desarrollo cuando las neuronas y sus sinapsis dependen mucho del uso- las neuronas involucradas pueden sufrir un proceso regresivo, dejando profundas deficiencias funcionales en su maquinaria integradora" (Bogen, 1976). Esto explicaría tantos hechos y constataciones de "desventajas culturales", es decir, de personas cuyas potencialidades han quedado sin desarrollar por falta de una "escolaridad apropiada".
6.4. Una actividad básicamente inhibidora es la evaluación escolar, de acuerdo a como se practica en la gran mayoría de nuestros centros educacionales. Es antihumano el forzar hacia un conformismo, el mutilar el pensamiento divergente, el sancionar la discrepancia aunque sea razonada, el no aceptar la oposición aunque sea lógica, el no tolerar la crítica aunque sea fundada. Todo esto se lleva a cabo, de hecho, y en la forma más natural e impune, en todos nuestros sistemas "educativos", y lo peor es que se realiza inhibiendo o coartando potencialidades, iniciativas e impulsos del ser humano que lo proyectan mucho más allá de los cauces y metas que se le han preprogramado desde afuera.
6.5. En los últimos tiempos se ha denunciado frecuentemente (Kuhn, 1978; Polanyi, 1969; Feyerabend, 1975, 1978; Weimer, 1979; Maslow, 1982) el nivel de asfixia y sofocación de la creatividad y la esterilidad intelectual que produce en los medios académicos la imposición de una normativa metodológica que todo lo reduce a caminar por donde ya se caminó, a explorar como antes se exploró, a pensar como antes de pensó y, en resumidas cuentas, a no hacer nada que antes no se haya hecho, cortándole, de esta manera, las alas y el vuelo a la mejor imaginación creadora y al pensamiento más original y productivo.
6.6. La naturaleza de los procesos preconscientes que hemos analizado requiere, como condición indispensable, que se renuncie -por lo menos temporalmente- al único orden aparente, a la única lógica siempre usada, a la única racionalidad siempre aceptada, y que se dé cierta entrada a lo que inicialmente puede presentarse como aparente desorden, caos y sinsentido, porque muy bien puede haber, en ese campo desconocido que se investiga, otro tipo de orden, otra clase de lógica y otra forma de racionalidad que no pueden entrar totalmente en los esquemas anteriores. En fin de cuentas, lo nuevo y original puede serlo en muchos aspectos, en muchas formas y a muchos niveles.
6.7. Finalmente, conviene enfatizar que los procesos creativos, como el pensamiento original y productivo, no son acciones aisladas en las personas, sino que impregnan toda la personalidad; es decir, que no son algo que se toma o se deja, que se entrega o se adquiere en un momento, como en un "taller de creatividad", en una "semana de la creatividad" y cosas por el estilo. La verdadera creatvidad la favorece y la propicia un clima permanente de libertad mental, una atmósfera general, integral y global que propicia, estimula, promueve y valora el pensamiento divergente y autónomo, la discrepancia razonada, la oposición lógica, la crítica fundada. Como podremos constatar, todo esto es algo que se proclama mucho de palabra, pero que se sanciona, de hecho, en todos los niveles de nuestras instituciones "educativas". Siempre es peligroso defender una opinión diverge. Los representantes del status toman sus precauciones contra esos "fastidiosos perturbadores del orden", contra esos "desestabilizadores del sistema". Por esto, no resulta nada fácil forjarse una opinión propia. Ello exige osadía intelectual, esfuerzo y valentía, y una personalidad muy segura, independiente y auténticamente madura. Todos los innovadores, por muy beneméritos que los consideren después las generaciones posteriores, han tenido que pargar por ello. Así le ocurrió a Copérnico, a Galileo, a Newton, a Darwin, a Freud, a Einstein, a Max Planck y a muchos otros, tanto en el campo de las ciencias como en el de las Humanidades y las Artes.