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viernes, 10 de octubre de 2008

MUSICOTERAPIA

COMO AFRONTAR UN PROBLEMA DE ANSIEDADDra Ana Belen Jimenez Gonzalez. Hospital Dr R. Lafora Nuestra vida cotidiana actualmente nos somete a un nivel de exigencia que hace que, con relativa frecuencia y dependiendo de la tolerancia de cada persona sintamos lo que muchos denominan “estar nervioso”. Todos hemos sentido alguna vez una sensación desagradable ante una situación que nos resulta desagradable como afrontar un exámen, una regañina del jefe o, como nos está sucediendo a muchos en estos momentos regresar al trabajo después de algunos días de vacaciones…o ante algo que esperamos con impaciencia como ver a la persona que amamos, la cercanía de un viaje importante, una noticia esperada…Sentimos como se “nos acelera el corazón”, un sudor frío que invade nuestro cuerpo, “hormigueo en el estómago” o incluso sensación de “falta de aire”. Esto es lo que se denomina ANSIEDAD NORMAL y es una respuesta adaptativa que, nuestro organismo ha desarrollado filogenéticamente para responder o huir ante una amenaza y hace que podemos enfrentarnos correctamente a estas situaciones.Sin embargo, en algunas personas, esta situación se perpetúa en el tiempo o aparece ante situaciones que no son amenazantes o incluso, sin estímulo alguno. A esto se le denomina ANSIEDAD PATOLÓGICA y es una respuesta desadaptativa que diminuye el rendimiento correcto de la persona pudiendo llegar a interferir de forma muy importante en su vida diaria. Vamos a ver como se debe actuar cuando aparece esta ansiedad que llega a afectar a nuestras tareas habituales y, por tanto, pasa ya de ser una respuesta normal convirtiéndose en algo patológico.
Siempre “estoy nervioso” pero esto es normal en mi. Esto es totalmente FALSO. Es cierto que hay personas que por su forma de ser tienden a sentir con más frecuencia o con estímulos menores esta ansiedad, son los denominados sujetos temerosos, ansiosos encuadrados por los psiquiatras en las personalidades tipo C. Pero también es cierto que esto puede ser un síntoma de alguna enfermedad somática como hipertiroidismo, hipertensión etc…,en psiquiatría puede ser una patología por si misma o formar parte de otras patologías siendo la que se asocia con más frecuencia la depresión. También puede formar parte del síndrome de dependencia a ciertas sustancias (LSD, éxtasis, cocaína, anfetaminas y más frecuentemente cafeína) o del de abstinencia (alcohol, benzodiacepinas, heroína…) Por esto si la ansiedad llega a INTERFERIR EN NUESTRA VIDA hay que ACUDIR AL MÉDICO para que valore todas estas circunstancias. Los síntomas que con más frecuencia se asocian a este tipo de patologías podemos dividirlos en dos grupos. Los físicos que son quizá los que más molestan al individuo, siendo los más frecuentes palpitaciones que aparecen en un 80% de los casos1 pero pudiendo existir otros como “sensación de ahogo” (disnea), mareo, temblores, “sudores”, sensación de frío, molestias abdominales, debilidad muscular, “hormigueo”, cefaleas, sequedad de boca… Y los psíquicos que engloban la inquietud, la sensación de desrealización o despersonalización que es la sensación de que lo que ocurre a su alrededor no es real o de que se está separado de su propio cuerpo respectivamente1, sensación de muerte inminente o de estar volviéndose loco…Según las clasificaciones de patología psiquiátrica como el DSM-IV2 existen varios tipos de trastornos por angustia que es muy importante diferenciar para el facultativo pues tienen diferente pronóstico y diferente abordaje terapéutico, además de los causados por enfermedades somáticas y psiquiátricas. Según las clasificaciones más actuales el trastorno por angustia puede ser con agorafobia o sin agorafobia. Vamos a tratar aquí los que más preocupan a la población general

Trastorno por angustia
Agorafobia
Ansiedad social
Ansiedad generalizada
Estrés postraumático
Duración
Crisis. Breve. Aparición súbita, duran minutos y desaparecen aproximadamente en una hora.
Crisis. Aparece ante el estímulo y desaparece cuando desaparece éste.
Crisis. Similar a agorafobia
Crónico y debe durar más de 6 meses.
Crisis ante el estímulo. Debe durar más de un mes.
Estímulo
No existe al comienzo, luego es el miedo a padecerlas. Son impredecibles.
Situaciones en las que le sea difícil escapar. Colas, viajes en transporte público, estar solo en una multitud
Situaciones sociales, hablar en público, comer…
No existe. Lo desencadenante son las preocupaciones comunes
Rememorar el hecho traumático
Ansiedad intercrisis3
Si
No
No
La ansiedad es continua
No
Conductas evitativas3
No
Si. Tendencia al aislamiento
Si. Situaciones sociales
No
Si. Situaciones que rememoren el trauma
Síntomas más comunes
Mareos, visión borrosa, palpitaciones, sensación de muerte y de pérdida de control
Debilidad, disnea, desmayos
Rubor, sudor, tensión muscular
Temblores, inquietud, cefalea, humor depresivo
Recuerdos o pesadillas del hecho, insomnio, irritabilidad, anhedonia, hipervigilancia, embotamiento emocional
¿Cómo solucionar este problema?
Lo más importante cuando sintamos todas estas cosas en nuestra vida cotidiana es ACUDIR AL MÉDICO. LA AUTOMEDICACIÓN NO ES LA SOLUCIÓN, no es correcto tomar una pastilla para disminuir la ansiedad porque “me le recomendó…porque le fue bien”, “porque lo probé una vez y me encontré mejor ese día” ya que esto puede tener consecuencias importantes debido a que, como veremos más adelante, los fármacos utilizados para tratar este tipo de trastornos además de otros efectos secundarios puede crear tolerancia y dependencia. El tratamiento se debe abordar desde varias perspectivas. Es tan importante el tratamiento psicológico como el farmacológico para evitar la aparición de nuevas crisis y es diferente en cada una de las patologías descritas anteriormente. Los fármacos más usados para el tratamiento de estas entidades son las Benzodiacepinas para yugular las crisis y los Antidepresivos para el tratamiento a largo plazo, sobre todo los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y se están comenzando a introducir otros fármacos de este grupo que son los duales que actúan sobre la serotonina y la noradrenalina
¿Se deben usar antidepresivos en el síndrome ansioso?1,3,5
Definitivamente sí, es el tratamiento básico a largo plazo. Se comenzaron usando los antidepresivos tricíclicos y los IMAOS pero debido a que tienen más efectos secundarios que los actuales su uso se ha ido restringiendo. Se ha implicado en la génesis del trastorno por angustia al sistema serotoninérgico por lo que actualmente se usan principalmente dos grupo de fármacos que por su relación eficacia-efectos secundarios son los más útiles. Los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como la Paroxetina y la Sertralina que son los más usados, otros son la Fluoxetina poco usada porque produce con mucha frecuencia síntomas ansiosos, Citalopram o Fluvoxamina. Este tipo de fármacos se está usando en el tratamiento de todos los síndromes descritos con anterioridad e incluso en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo (que es otro trastorno por ansiedad incluido en el DSM-IV) con buenos resultadosOtro grupo que se está comenzando a introducir como segunda línea en el tratamiento de estas patologías son los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRSN) también denominados duales que por actuar sobre los dos sistemas parece que aumentan la eficacia y la rapidez de acción de los anteriores. Los más importantes de este grupo son la Venlafaxina y la Duloxetina. Actualmente se están usando en el tratamiento de la ANSIEDAD GENERALIZADA y FOBIAS. Los efectos de los antidepresivos tardan en aparecer de dos a tres semanas por lo que es recomendable al comienzo de la terapia asociar benzodiacepinas, al igual que porque los antidepresivos pueden producir como efectos secundarios síntomas similares a la ansiedad. Esta terapia se mantendría durante la primera fase del tratamiento, disminuyéndose luego la dosis y quedando como tratamiento único el antidepresivo que debería mantenerse entre seis y doce meses al menos.
¿Qué son las benzodiacepinas? ¿Puedo usarlas siempre que tenga síntomas?
Es muy importante tener claro que las Benzodiacepinas NO SON FÁRMACOS INOCUOS y no deben usarse sin prescripción médica aunque sean fármacos seguros, efectivos y bien tolerados. Estos fármacos actúan sobre el denominado receptor GABA-benzodiacepínico. El GABA (ácido gamma-aminobutírico) es un neurotransmisor natural de nuestro organismo que tiene una acción inhibitoria sobre el Sistema Nervioso Central, porque al unirse al receptor antes nombrado produce una apertura de los canales de cloro de la célula nerviosa, logrando este ión negativo al entrar en la célula disminuir su excitabilidad. Las benzodiacepinas actúan uniéndose a este receptor produciendo una mayor frecuencia de apertura de los canales de cloro (potenciando la acción del GABA) y retardando la conducción nerviosa4. La clasificación de las benzodiacepinas se realiza en función de la vida media de sus efectos. Las más importantes son1:
Acción ultracorta (menos de 5 horas)
Midazolam, Triazolam
Acción corta (10-24 h)
Alprazolam, Lorazepam, Oxazepam, Termazepam
Acción intermedia (aprox 30 h)
Clonazepam, Flunitrazepam, nitrazepam
Acción larga (más de 30 horas)
Bromazepam, Cloracepato, Clobazam, Diazepam, Flurazepam, Halazepam, Ketazolam
Cuando usemos una benzodiacepina es muy importante tener en cuenta varias premisas. No debe mantenerse el tratamiento de forma indefinida debido al riesgo de DEPENDENCIA. A la hora de retirar el tratamiento debe realizarse de forma progresiva porque si no se realiza así puede producir SÍNDROME DE ABSTINENCIA cuyos síntomas son similares a los del síndrome ansioso. Y debe usarse la MÍNIMA DOSIS POSIBLE porque tienen efectos secundarios que son dosis dependientes siendo los más frecuentes: somnolencia, hipersedación, lentitud, labilidad emocional, ataxia, amnesia anterógrada, náuseas y sequedad de boca etc… Para el tratamiento de los síndromes ansiosos se prefieren las que tengan RAPIDEZ DE COMIENZO DE LA ACCIÓN, DURACIÓN DE LA ACCIÓN PROLONGADA Y POTENCIA ELEVADA para disminuir los efectos indeseables.5 Muchas de las benzodiacepinas del cuadro anterior cumplen estos criterios pero quizá el Cloracepato por tener una vida media más larga (30-50 horas)1 sea uno de los preferidos pudiendo ser otros el Diacepam o el Clonacepam aunque salvo los de acción ultracorta todos pueden ser usados en este tipo de síndromes. Para el tratamiento de una crisis, en el momento de urgencia, puede usarse cualquiera de las benzodiacepinas por vía oral que cumpla los criterios anteriores En tratamientos a largo plazo, se recomienda utilizar durante las dos o tres primeras semanas de tratamiento en los síndromes ansiosos antes descritos salvo en el trastorno por estrés postraumático donde no se aconseja porque pueden aumentar la disforia3. Se utilizan así porque actúan en estas etapas donde los antidepresivos todavía no han comenzado a tener efecto y su retirada debe ser paulatina. Se han utilizado como tratamiento a largo plazo sobre todo algunas de acción corta e intermedia como el Alprazolam y Clonacepam pero es un tratamiento que se está abandonando por los problemas de habituación y tolerancia que producen3.
Conclusión. Importancia de estos trastornos y recomendaciones:
Los trastornos por angustia son unas patologías muy frecuentes en nuestro medio. En consultas de Atención Primaria su frecuencia se sitúa en torno al 25%. Según la ECA (Epidemiologic Catchment AREA) la prevalencia de la ansiedad generalizada varía entre 2,5 y 6,4%, las crisis de pánico entre 0,4-1,2& y la agorafobia entre 2,5-5,8%. Es más frecuente en mujeres de edades comprendidas entre los 25-40 años que en los varones y tiene variaciones culturales.1 Por todo esto es de gran importancia conocer su manejo y tratamiento1. El tratamiento básico de estas patologías está basado en el abordaje psicológico y farmacológico. Desde el punto de vista psicológico ante las crisis es importante el mentalizar al paciente de que es algo pasajero y que no va a sucederle nada malo, no se va a morir ni va a sufrir un infarto pues esto es lo que con más frecuencia sienten los pacientes que sufren estas crisis. El tratamiento a largo plazo se basa en aprender técnicas de afrontamiento tanto de la situación concreta que produce la crisis como del estrés crónico dependiendo del tipo de trastorno que presente así como técnicas de relajaciónDesde la farmacología disponemos básicamente de dos tipos de tratamiento. El tratamiento agudo de la crisis que puede realizarse con cualquier benzodiacepina. El tratamiento a largo plazo o preventivo debe abordarse con fármacos antidepresivos con una duración no inferior a 6 meses pudiendo llegar a ser de varios años. En las dos o tres primeras semanas deben utilizarse junto a los anteriores benzodiacepinas puesto que, los antidepresivos tardan en comenzar a hacer efecto y, en un principio pueden producir síntomas similares a la ansiedad. Es muy importante el hecho de que las benzodiacepinas no deben usarse como tratamiento sintomático único y deben ser siempre prescritas por un facultativo. El tratamiento de estas patologías es muy importante, debido a que no debemos dejar que estas sensaciones desagradables invadan la vida de un individuo afectando negativamente al desarrollo normal de su vida cotidiana.

ANSIEDAD


COMO AFRONTAR UN PROBLEMA DE ANSIEDAD
Dra Ana Belen Jimenez Gonzalez. Hospital Dr R. Lafora Nuestra vida cotidiana actualmente nos somete a un nivel de exigencia que hace que, con relativa frecuencia y dependiendo de la tolerancia de cada persona sintamos lo que muchos denominan “estar nervioso”. Todos hemos sentido alguna vez una sensación desagradable ante una situación que nos resulta desagradable como afrontar un exámen, una regañina del jefe o, como nos está sucediendo a muchos en estos momentos regresar al trabajo después de algunos días de vacaciones…o ante algo que esperamos con impaciencia como ver a la persona que amamos, la cercanía de un viaje importante, una noticia esperada…Sentimos como se “nos acelera el corazón”, un sudor frío que invade nuestro cuerpo, “hormigueo en el estómago” o incluso sensación de “falta de aire”. Esto es lo que se denomina ANSIEDAD NORMAL y es una respuesta adaptativa que, nuestro organismo ha desarrollado filogenéticamente para responder o huir ante una amenaza y hace que podemos enfrentarnos correctamente a estas situaciones.Sin embargo, en algunas personas, esta situación se perpetúa en el tiempo o aparece ante situaciones que no son amenazantes o incluso, sin estímulo alguno. A esto se le denomina ANSIEDAD PATOLÓGICA y es una respuesta desadaptativa que diminuye el rendimiento correcto de la persona pudiendo llegar a interferir de forma muy importante en su vida diaria. Vamos a ver como se debe actuar cuando aparece esta ansiedad que llega a afectar a nuestras tareas habituales y, por tanto, pasa ya de ser una respuesta normal convirtiéndose en algo patológico.
Siempre “estoy nervioso” pero esto es normal en mi. Esto es totalmente FALSO. Es cierto que hay personas que por su forma de ser tienden a sentir con más frecuencia o con estímulos menores esta ansiedad, son los denominados sujetos temerosos, ansiosos encuadrados por los psiquiatras en las personalidades tipo C. Pero también es cierto que esto puede ser un síntoma de alguna enfermedad somática como hipertiroidismo, hipertensión etc…,en psiquiatría puede ser una patología por si misma o formar parte de otras patologías siendo la que se asocia con más frecuencia la depresión. También puede formar parte del síndrome de dependencia a ciertas sustancias (LSD, éxtasis, cocaína, anfetaminas y más frecuentemente cafeína) o del de abstinencia (alcohol, benzodiacepinas, heroína…) Por esto si la ansiedad llega a INTERFERIR EN NUESTRA VIDA hay que ACUDIR AL MÉDICO para que valore todas estas circunstancias. Los síntomas que con más frecuencia se asocian a este tipo de patologías podemos dividirlos en dos grupos. Los físicos que son quizá los que más molestan al individuo, siendo los más frecuentes palpitaciones que aparecen en un 80% de los casos1 pero pudiendo existir otros como “sensación de ahogo” (disnea), mareo, temblores, “sudores”, sensación de frío, molestias abdominales, debilidad muscular, “hormigueo”, cefaleas, sequedad de boca… Y los psíquicos que engloban la inquietud, la sensación de desrealización o despersonalización que es la sensación de que lo que ocurre a su alrededor no es real o de que se está separado de su propio cuerpo respectivamente1, sensación de muerte inminente o de estar volviéndose loco…Según las clasificaciones de patología psiquiátrica como el DSM-IV2 existen varios tipos de trastornos por angustia que es muy importante diferenciar para el facultativo pues tienen diferente pronóstico y diferente abordaje terapéutico, además de los causados por enfermedades somáticas y psiquiátricas. Según las clasificaciones más actuales el trastorno por angustia puede ser con agorafobia o sin agorafobia. Vamos a tratar aquí los que más preocupan a la población general

Trastorno por angustia
Agorafobia
Ansiedad social
Ansiedad generalizada
Estrés postraumático
Duración
Crisis. Breve. Aparición súbita, duran minutos y desaparecen aproximadamente en una hora.
Crisis. Aparece ante el estímulo y desaparece cuando desaparece éste.
Crisis. Similar a agorafobia
Crónico y debe durar más de 6 meses.
Crisis ante el estímulo. Debe durar más de un mes.
Estímulo
No existe al comienzo, luego es el miedo a padecerlas. Son impredecibles.
Situaciones en las que le sea difícil escapar. Colas, viajes en transporte público, estar solo en una multitud
Situaciones sociales, hablar en público, comer…
No existe. Lo desencadenante son las preocupaciones comunes
Rememorar el hecho traumático
Ansiedad intercrisis3
Si
No
No
La ansiedad es continua
No
Conductas evitativas3
No
Si. Tendencia al aislamiento
Si. Situaciones sociales
No
Si. Situaciones que rememoren el trauma
Síntomas más comunes
Mareos, visión borrosa, palpitaciones, sensación de muerte y de pérdida de control
Debilidad, disnea, desmayos
Rubor, sudor, tensión muscular
Temblores, inquietud, cefalea, humor depresivo
Recuerdos o pesadillas del hecho, insomnio, irritabilidad, anhedonia, hipervigilancia, embotamiento emocional
¿Cómo solucionar este problema?
Lo más importante cuando sintamos todas estas cosas en nuestra vida cotidiana es ACUDIR AL MÉDICO. LA AUTOMEDICACIÓN NO ES LA SOLUCIÓN, no es correcto tomar una pastilla para disminuir la ansiedad porque “me le recomendó…porque le fue bien”, “porque lo probé una vez y me encontré mejor ese día” ya que esto puede tener consecuencias importantes debido a que, como veremos más adelante, los fármacos utilizados para tratar este tipo de trastornos además de otros efectos secundarios puede crear tolerancia y dependencia. El tratamiento se debe abordar desde varias perspectivas. Es tan importante el tratamiento psicológico como el farmacológico para evitar la aparición de nuevas crisis y es diferente en cada una de las patologías descritas anteriormente. Los fármacos más usados para el tratamiento de estas entidades son las Benzodiacepinas para yugular las crisis y los Antidepresivos para el tratamiento a largo plazo, sobre todo los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y se están comenzando a introducir otros fármacos de este grupo que son los duales que actúan sobre la serotonina y la noradrenalina
¿Se deben usar antidepresivos en el síndrome ansioso?1,3,5
Definitivamente sí, es el tratamiento básico a largo plazo. Se comenzaron usando los antidepresivos tricíclicos y los IMAOS pero debido a que tienen más efectos secundarios que los actuales su uso se ha ido restringiendo. Se ha implicado en la génesis del trastorno por angustia al sistema serotoninérgico por lo que actualmente se usan principalmente dos grupo de fármacos que por su relación eficacia-efectos secundarios son los más útiles. Los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como la Paroxetina y la Sertralina que son los más usados, otros son la Fluoxetina poco usada porque produce con mucha frecuencia síntomas ansiosos, Citalopram o Fluvoxamina. Este tipo de fármacos se está usando en el tratamiento de todos los síndromes descritos con anterioridad e incluso en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo (que es otro trastorno por ansiedad incluido en el DSM-IV) con buenos resultadosOtro grupo que se está comenzando a introducir como segunda línea en el tratamiento de estas patologías son los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRSN) también denominados duales que por actuar sobre los dos sistemas parece que aumentan la eficacia y la rapidez de acción de los anteriores. Los más importantes de este grupo son la Venlafaxina y la Duloxetina. Actualmente se están usando en el tratamiento de la ANSIEDAD GENERALIZADA y FOBIAS. Los efectos de los antidepresivos tardan en aparecer de dos a tres semanas por lo que es recomendable al comienzo de la terapia asociar benzodiacepinas, al igual que porque los antidepresivos pueden producir como efectos secundarios síntomas similares a la ansiedad. Esta terapia se mantendría durante la primera fase del tratamiento, disminuyéndose luego la dosis y quedando como tratamiento único el antidepresivo que debería mantenerse entre seis y doce meses al menos.
¿Qué son las benzodiacepinas? ¿Puedo usarlas siempre que tenga síntomas?
Es muy importante tener claro que las Benzodiacepinas NO SON FÁRMACOS INOCUOS y no deben usarse sin prescripción médica aunque sean fármacos seguros, efectivos y bien tolerados. Estos fármacos actúan sobre el denominado receptor GABA-benzodiacepínico. El GABA (ácido gamma-aminobutírico) es un neurotransmisor natural de nuestro organismo que tiene una acción inhibitoria sobre el Sistema Nervioso Central, porque al unirse al receptor antes nombrado produce una apertura de los canales de cloro de la célula nerviosa, logrando este ión negativo al entrar en la célula disminuir su excitabilidad. Las benzodiacepinas actúan uniéndose a este receptor produciendo una mayor frecuencia de apertura de los canales de cloro (potenciando la acción del GABA) y retardando la conducción nerviosa4. La clasificación de las benzodiacepinas se realiza en función de la vida media de sus efectos. Las más importantes son1:
Acción ultracorta (menos de 5 horas)
Midazolam, Triazolam
Acción corta (10-24 h)
Alprazolam, Lorazepam, Oxazepam, Termazepam
Acción intermedia (aprox 30 h)
Clonazepam, Flunitrazepam, nitrazepam
Acción larga (más de 30 horas)
Bromazepam, Cloracepato, Clobazam, Diazepam, Flurazepam, Halazepam, Ketazolam
Cuando usemos una benzodiacepina es muy importante tener en cuenta varias premisas. No debe mantenerse el tratamiento de forma indefinida debido al riesgo de DEPENDENCIA. A la hora de retirar el tratamiento debe realizarse de forma progresiva porque si no se realiza así puede producir SÍNDROME DE ABSTINENCIA cuyos síntomas son similares a los del síndrome ansioso. Y debe usarse la MÍNIMA DOSIS POSIBLE porque tienen efectos secundarios que son dosis dependientes siendo los más frecuentes: somnolencia, hipersedación, lentitud, labilidad emocional, ataxia, amnesia anterógrada, náuseas y sequedad de boca etc… Para el tratamiento de los síndromes ansiosos se prefieren las que tengan RAPIDEZ DE COMIENZO DE LA ACCIÓN, DURACIÓN DE LA ACCIÓN PROLONGADA Y POTENCIA ELEVADA para disminuir los efectos indeseables.5 Muchas de las benzodiacepinas del cuadro anterior cumplen estos criterios pero quizá el Cloracepato por tener una vida media más larga (30-50 horas)1 sea uno de los preferidos pudiendo ser otros el Diacepam o el Clonacepam aunque salvo los de acción ultracorta todos pueden ser usados en este tipo de síndromes. Para el tratamiento de una crisis, en el momento de urgencia, puede usarse cualquiera de las benzodiacepinas por vía oral que cumpla los criterios anteriores En tratamientos a largo plazo, se recomienda utilizar durante las dos o tres primeras semanas de tratamiento en los síndromes ansiosos antes descritos salvo en el trastorno por estrés postraumático donde no se aconseja porque pueden aumentar la disforia3. Se utilizan así porque actúan en estas etapas donde los antidepresivos todavía no han comenzado a tener efecto y su retirada debe ser paulatina. Se han utilizado como tratamiento a largo plazo sobre todo algunas de acción corta e intermedia como el Alprazolam y Clonacepam pero es un tratamiento que se está abandonando por los problemas de habituación y tolerancia que producen3.
Conclusión. Importancia de estos trastornos y recomendaciones:
Los trastornos por angustia son unas patologías muy frecuentes en nuestro medio. En consultas de Atención Primaria su frecuencia se sitúa en torno al 25%. Según la ECA (Epidemiologic Catchment AREA) la prevalencia de la ansiedad generalizada varía entre 2,5 y 6,4%, las crisis de pánico entre 0,4-1,2& y la agorafobia entre 2,5-5,8%. Es más frecuente en mujeres de edades comprendidas entre los 25-40 años que en los varones y tiene variaciones culturales.1 Por todo esto es de gran importancia conocer su manejo y tratamiento1. El tratamiento básico de estas patologías está basado en el abordaje psicológico y farmacológico. Desde el punto de vista psicológico ante las crisis es importante el mentalizar al paciente de que es algo pasajero y que no va a sucederle nada malo, no se va a morir ni va a sufrir un infarto pues esto es lo que con más frecuencia sienten los pacientes que sufren estas crisis. El tratamiento a largo plazo se basa en aprender técnicas de afrontamiento tanto de la situación concreta que produce la crisis como del estrés crónico dependiendo del tipo de trastorno que presente así como técnicas de relajaciónDesde la farmacología disponemos básicamente de dos tipos de tratamiento. El tratamiento agudo de la crisis que puede realizarse con cualquier benzodiacepina. El tratamiento a largo plazo o preventivo debe abordarse con fármacos antidepresivos con una duración no inferior a 6 meses pudiendo llegar a ser de varios años. En las dos o tres primeras semanas deben utilizarse junto a los anteriores benzodiacepinas puesto que, los antidepresivos tardan en comenzar a hacer efecto y, en un principio pueden producir síntomas similares a la ansiedad. Es muy importante el hecho de que las benzodiacepinas no deben usarse como tratamiento sintomático único y deben ser siempre prescritas por un facultativo. El tratamiento de estas patologías es muy importante, debido a que no debemos dejar que estas sensaciones desagradables invadan la vida de un individuo afectando negativamente al desarrollo normal de su vida cotidiana.

jueves, 31 de julio de 2008

La ansiedad -enemiga del hombre moderno-

Podemos considerar que la ansiedad es el gran enemigo del hombre moderno y esto debemos admitir que es parcialmente cierto. La ansiedad es como el dolor, preferimos no tener que experimentarlo, pero como este, sirve para prevenirnos de situaciones peligrosas. Cierta cantidad moderada de ansiedad nos motiva a planear para el futuro y también a mejorar nuestra capacidad para enfrentar situaciones de tensión cuando estas ocurren. Por ejemplo, una persona en estado de temor incrementa en gran medida su fortaleza física, otras personas son más efectivas en sus actividades cuando funcionan bajo cierto grado de tensión. La ansiedad resulta problemática solamente cuando se vuelve excesiva y debemos aprender a manejarla de la forma más efectiva posible.
La ansiedad es como la sal y la pimienta, sirve de forma moderada, pero de lo contrario el sabor de la comida no es muy agradable. Una vida sin emociones, incluyendo la ansiedad, sería bastante monótona, sin embargo las experiencias emocionales intensas suelen debilitar a la persona.
A veces podemos administrarnos pequeñas dosis de ansiedad para sentirnos exaltados, porque necesitamos cierto estímulo en nuestra vida. Un ejemplo de esto lo vemos al pasar por la experiencia de montar los aparatos de un parque de diversiones o cuando practicamos un deporte excitante. También lo notamos cuando la persona se aventura a correr algún riesgo o a aceptar algún desafío en la vida. Por lo general siempre que aceptamos, ya sea por diversión o por superación, el correr algún riesgo. Tratamos de que dicha situación esté dentro de nuestra capacidad de control pues de lo contrario serían desagradables y destructivas las consecuencias que experimentaríamos.
La ansiedad excesiva nos derrota y crea inhibiciones. Todos hemos experimentado la sensación de sentirnos paralizados por el miedo al tener que hablar ante un grupo de personas o realizar una actividad ante los ojos espectadores de los demás. En este caso nos hemos paralizado, nos hemos creado inhibiciones. Debido a que la ansiedad constituye una realidad inevitable en nuestras vidas, tenemos que hacer algo más que simplemente aprender a vivir con ella. Tenemos que aprender a transformarla en energía positiva que trabaje a favor nuestro en lugar de en nuestra contra.

La ansiedad

Como la ansiedad es un término muy amplio, será conveniente definir ciertos conceptos que nos ayuden a comprender esta área tan importante de la experiencia humana. Todos los seres humanos tenemos problemas, dificultades, todos tenemos algún complejo, alguna debilidad sicológica, algún área donde no somos tan efectivos. Con esto estamos planteando una realidad y no una visión pesimista de la existencia humana.
Los psicólogos tienden a diferir en el uso de términos y conceptos, dependiendo de sus teorías en cuanto a la personalidad y sus sistemas de psicoterapia. Lo mismo sucede en el caso de la ansiedad. La definición va a depender en mucho de la escuela psicológica con que estemos tratando.
Aunque no existe una definición específica para el concepto de ansiedad, podemos definirla como una reacción ante una circunstancia en la cual creemos que corremos peligro o estamos amenazados en cierta forma. Puede que pensemos que nuestra seguridad física está en peligro, o que nuestro éxito en el trabajo se ve amenazado, o puede que nuestro nivel de estima personal se encuentre debilitado, o que estemos preocupados por lo que pueda acontecerle a una persona amada.
Cuando se dice: Fulano está nervioso, casi siempre se está dando un sinónimo de ansiedad. Las personas utilizan la palabra nervioso para definir depresión o ansiedad. La tensión se traduce en ansiedad debido a una situación específica en la cual estamos involucrados. El temor se puede catalogar como un intenso estado de ansiedad como reacción a una amenaza específica.
Hay otro tipo de ansiedad que se conoce como fobia. Una fobia es un gran temor que paraliza literalmente a la persona y que se relaciona siempre con un objeto o situación determinada. Todos los seres humanos tenemos algún tipo de fobia, ya sea a viajar en avión, las serpientes, la sangre, etc. Se le dan nombres específicos a los diferentes tipos de fobia. Por ejemplo: claustrofobia (miedo a los lugares cerrados), acrofobia (miedo a las alturas), hidrofobia (miedo al agua) y así sucesivamente. Hay una lista interminable de los distintos tipos de fobia.
Existe otro tipo de ansiedad conocido como inconsciente, la cual hace referencia a una condición creada por algo desconocido. A esto se le llama ansiedad flotante del inglés `free floating anxiety´. Es un término que puede significar muchas cosas y por lo general describe una situación de intensa ansiedad la cual puede atacar inesperadamente al individuo cuando este menos lo espera. La persona de pronto comienza a sentirse bajo mucha tensión o estrés, pero no puede conectar una situación o evento específico a tal condición. Para experimentar la ansiedad flotante aparentemente no es necesaria una condición que desencadene dicho estado.
Otra clase de ansiedad es conocida como pánico y esta es una sensación en la cual la ansiedad se ha vuelto tan grande que la persona pierde el control total de sí mismo y de la situación. Muchas personas con desajustes emocionales parecen vivir en un estado constante de pánico. Con esas personas se requiere mucha paciencia y deseo de orientarle mediante lo cual es posible alcanzar grandes avances.

Los síntomas de la ansiedad

1. Los síntomas de la ansiedad
Ansiedad es un término muy generalizado y amplio que agrupa una extensa gama de síntomas diferentes en la persona. Con frecuencia se presentan problemas en cuanto a definir de forma apropiada el concepto de ansiedad. Una persona nos dice que se siente ansiosa y su opinión estará basada en un sentimiento subjetivo que nos está manifestando. Es algo que siente y lo está definiendo según lo siente. Tal vez su comportamiento externo refleje tal condición.
Si continuamos indagando encontraremos que dicha persona está llena de preocupaciones, temores e ideas que le atormentan de forma continua y a la vez está experimentando algunos síntomas físicos asociados con la condición de ansiedad emocional. Es por eso que decimos que la condición es subjetiva, que se experimenta, pero con frecuencia se manifiesta también en el comportamiento externo de la persona.
Los síntomas pueden ser tensión muscular, náuseas, cuello rígido, el corazón latiendo rápidamente, problemas respiratorios, dolores físicos en diferentes partes del cuerpo, la boca seca, calenturas, escalofríos, sudores fríos especialmente en las manos, el orinar excesivo, problemas estomacales, falta o exceso de apetito, problemas con el dormir ya sea poco o mucho sueño.
Una situación o caso típico de ansiedad se da por ejemplo en un estudiante, que a pesar de haberse preparado para el examen, se bloquea totalmente cuando tiene el papel frente a él. En el momento que termina el examen y se va, la tensión se ha ido de él y se da cuenta de que se recuerda de todo, de que efectivamente en su preconsciente estaba el recuerdo de todo lo que había estudiado. En este caso lo más aconsejable sería dejar de concentrarse en el examen, tomar un par de respiraciones profundas, relajarse o salir a tomar agua, a caminar por un par de minutos si esto fuera posible.
Si una persona muestra algunos de los síntomas que hemos mencionado, podríamos decir que es una persona ansiosa. Como este simple ejemplo del estudiante, la misma aplicación puede servir para otras circunstancias de la vida. Tal vez el salirnos del problema en que estamos concentrados sea lo que más nos ayude, pero no siempre tenemos la capacidad de hacer esto.
La ansiedad es una condición que puede experimentarse prácticamente en cualquier situación o lugar y es algo que todos de forma relativa padecemos. La ansiedad excesiva es considerada uno de los síntomas principales de la neurosis. Algunos clínicos han especulado que la conducta humana tiende a la conducta neurótica. Este concepto tiene su origen en la idea de que el hombre vive acorralado por las presiones de su medio ambiente y experimenta por lo tanto un continuo estado de ansiedad. Sin ser tan pesimistas en cuanto a la realidad de la conducta humana, podríamos afirmar que todos tenemos algún que otro rasgo neurótico en nuestra forma de ser.