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viernes, 10 de octubre de 2008

MUSICOTERAPIA

COMO AFRONTAR UN PROBLEMA DE ANSIEDADDra Ana Belen Jimenez Gonzalez. Hospital Dr R. Lafora Nuestra vida cotidiana actualmente nos somete a un nivel de exigencia que hace que, con relativa frecuencia y dependiendo de la tolerancia de cada persona sintamos lo que muchos denominan “estar nervioso”. Todos hemos sentido alguna vez una sensación desagradable ante una situación que nos resulta desagradable como afrontar un exámen, una regañina del jefe o, como nos está sucediendo a muchos en estos momentos regresar al trabajo después de algunos días de vacaciones…o ante algo que esperamos con impaciencia como ver a la persona que amamos, la cercanía de un viaje importante, una noticia esperada…Sentimos como se “nos acelera el corazón”, un sudor frío que invade nuestro cuerpo, “hormigueo en el estómago” o incluso sensación de “falta de aire”. Esto es lo que se denomina ANSIEDAD NORMAL y es una respuesta adaptativa que, nuestro organismo ha desarrollado filogenéticamente para responder o huir ante una amenaza y hace que podemos enfrentarnos correctamente a estas situaciones.Sin embargo, en algunas personas, esta situación se perpetúa en el tiempo o aparece ante situaciones que no son amenazantes o incluso, sin estímulo alguno. A esto se le denomina ANSIEDAD PATOLÓGICA y es una respuesta desadaptativa que diminuye el rendimiento correcto de la persona pudiendo llegar a interferir de forma muy importante en su vida diaria. Vamos a ver como se debe actuar cuando aparece esta ansiedad que llega a afectar a nuestras tareas habituales y, por tanto, pasa ya de ser una respuesta normal convirtiéndose en algo patológico.
Siempre “estoy nervioso” pero esto es normal en mi. Esto es totalmente FALSO. Es cierto que hay personas que por su forma de ser tienden a sentir con más frecuencia o con estímulos menores esta ansiedad, son los denominados sujetos temerosos, ansiosos encuadrados por los psiquiatras en las personalidades tipo C. Pero también es cierto que esto puede ser un síntoma de alguna enfermedad somática como hipertiroidismo, hipertensión etc…,en psiquiatría puede ser una patología por si misma o formar parte de otras patologías siendo la que se asocia con más frecuencia la depresión. También puede formar parte del síndrome de dependencia a ciertas sustancias (LSD, éxtasis, cocaína, anfetaminas y más frecuentemente cafeína) o del de abstinencia (alcohol, benzodiacepinas, heroína…) Por esto si la ansiedad llega a INTERFERIR EN NUESTRA VIDA hay que ACUDIR AL MÉDICO para que valore todas estas circunstancias. Los síntomas que con más frecuencia se asocian a este tipo de patologías podemos dividirlos en dos grupos. Los físicos que son quizá los que más molestan al individuo, siendo los más frecuentes palpitaciones que aparecen en un 80% de los casos1 pero pudiendo existir otros como “sensación de ahogo” (disnea), mareo, temblores, “sudores”, sensación de frío, molestias abdominales, debilidad muscular, “hormigueo”, cefaleas, sequedad de boca… Y los psíquicos que engloban la inquietud, la sensación de desrealización o despersonalización que es la sensación de que lo que ocurre a su alrededor no es real o de que se está separado de su propio cuerpo respectivamente1, sensación de muerte inminente o de estar volviéndose loco…Según las clasificaciones de patología psiquiátrica como el DSM-IV2 existen varios tipos de trastornos por angustia que es muy importante diferenciar para el facultativo pues tienen diferente pronóstico y diferente abordaje terapéutico, además de los causados por enfermedades somáticas y psiquiátricas. Según las clasificaciones más actuales el trastorno por angustia puede ser con agorafobia o sin agorafobia. Vamos a tratar aquí los que más preocupan a la población general

Trastorno por angustia
Agorafobia
Ansiedad social
Ansiedad generalizada
Estrés postraumático
Duración
Crisis. Breve. Aparición súbita, duran minutos y desaparecen aproximadamente en una hora.
Crisis. Aparece ante el estímulo y desaparece cuando desaparece éste.
Crisis. Similar a agorafobia
Crónico y debe durar más de 6 meses.
Crisis ante el estímulo. Debe durar más de un mes.
Estímulo
No existe al comienzo, luego es el miedo a padecerlas. Son impredecibles.
Situaciones en las que le sea difícil escapar. Colas, viajes en transporte público, estar solo en una multitud
Situaciones sociales, hablar en público, comer…
No existe. Lo desencadenante son las preocupaciones comunes
Rememorar el hecho traumático
Ansiedad intercrisis3
Si
No
No
La ansiedad es continua
No
Conductas evitativas3
No
Si. Tendencia al aislamiento
Si. Situaciones sociales
No
Si. Situaciones que rememoren el trauma
Síntomas más comunes
Mareos, visión borrosa, palpitaciones, sensación de muerte y de pérdida de control
Debilidad, disnea, desmayos
Rubor, sudor, tensión muscular
Temblores, inquietud, cefalea, humor depresivo
Recuerdos o pesadillas del hecho, insomnio, irritabilidad, anhedonia, hipervigilancia, embotamiento emocional
¿Cómo solucionar este problema?
Lo más importante cuando sintamos todas estas cosas en nuestra vida cotidiana es ACUDIR AL MÉDICO. LA AUTOMEDICACIÓN NO ES LA SOLUCIÓN, no es correcto tomar una pastilla para disminuir la ansiedad porque “me le recomendó…porque le fue bien”, “porque lo probé una vez y me encontré mejor ese día” ya que esto puede tener consecuencias importantes debido a que, como veremos más adelante, los fármacos utilizados para tratar este tipo de trastornos además de otros efectos secundarios puede crear tolerancia y dependencia. El tratamiento se debe abordar desde varias perspectivas. Es tan importante el tratamiento psicológico como el farmacológico para evitar la aparición de nuevas crisis y es diferente en cada una de las patologías descritas anteriormente. Los fármacos más usados para el tratamiento de estas entidades son las Benzodiacepinas para yugular las crisis y los Antidepresivos para el tratamiento a largo plazo, sobre todo los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y se están comenzando a introducir otros fármacos de este grupo que son los duales que actúan sobre la serotonina y la noradrenalina
¿Se deben usar antidepresivos en el síndrome ansioso?1,3,5
Definitivamente sí, es el tratamiento básico a largo plazo. Se comenzaron usando los antidepresivos tricíclicos y los IMAOS pero debido a que tienen más efectos secundarios que los actuales su uso se ha ido restringiendo. Se ha implicado en la génesis del trastorno por angustia al sistema serotoninérgico por lo que actualmente se usan principalmente dos grupo de fármacos que por su relación eficacia-efectos secundarios son los más útiles. Los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como la Paroxetina y la Sertralina que son los más usados, otros son la Fluoxetina poco usada porque produce con mucha frecuencia síntomas ansiosos, Citalopram o Fluvoxamina. Este tipo de fármacos se está usando en el tratamiento de todos los síndromes descritos con anterioridad e incluso en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo (que es otro trastorno por ansiedad incluido en el DSM-IV) con buenos resultadosOtro grupo que se está comenzando a introducir como segunda línea en el tratamiento de estas patologías son los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRSN) también denominados duales que por actuar sobre los dos sistemas parece que aumentan la eficacia y la rapidez de acción de los anteriores. Los más importantes de este grupo son la Venlafaxina y la Duloxetina. Actualmente se están usando en el tratamiento de la ANSIEDAD GENERALIZADA y FOBIAS. Los efectos de los antidepresivos tardan en aparecer de dos a tres semanas por lo que es recomendable al comienzo de la terapia asociar benzodiacepinas, al igual que porque los antidepresivos pueden producir como efectos secundarios síntomas similares a la ansiedad. Esta terapia se mantendría durante la primera fase del tratamiento, disminuyéndose luego la dosis y quedando como tratamiento único el antidepresivo que debería mantenerse entre seis y doce meses al menos.
¿Qué son las benzodiacepinas? ¿Puedo usarlas siempre que tenga síntomas?
Es muy importante tener claro que las Benzodiacepinas NO SON FÁRMACOS INOCUOS y no deben usarse sin prescripción médica aunque sean fármacos seguros, efectivos y bien tolerados. Estos fármacos actúan sobre el denominado receptor GABA-benzodiacepínico. El GABA (ácido gamma-aminobutírico) es un neurotransmisor natural de nuestro organismo que tiene una acción inhibitoria sobre el Sistema Nervioso Central, porque al unirse al receptor antes nombrado produce una apertura de los canales de cloro de la célula nerviosa, logrando este ión negativo al entrar en la célula disminuir su excitabilidad. Las benzodiacepinas actúan uniéndose a este receptor produciendo una mayor frecuencia de apertura de los canales de cloro (potenciando la acción del GABA) y retardando la conducción nerviosa4. La clasificación de las benzodiacepinas se realiza en función de la vida media de sus efectos. Las más importantes son1:
Acción ultracorta (menos de 5 horas)
Midazolam, Triazolam
Acción corta (10-24 h)
Alprazolam, Lorazepam, Oxazepam, Termazepam
Acción intermedia (aprox 30 h)
Clonazepam, Flunitrazepam, nitrazepam
Acción larga (más de 30 horas)
Bromazepam, Cloracepato, Clobazam, Diazepam, Flurazepam, Halazepam, Ketazolam
Cuando usemos una benzodiacepina es muy importante tener en cuenta varias premisas. No debe mantenerse el tratamiento de forma indefinida debido al riesgo de DEPENDENCIA. A la hora de retirar el tratamiento debe realizarse de forma progresiva porque si no se realiza así puede producir SÍNDROME DE ABSTINENCIA cuyos síntomas son similares a los del síndrome ansioso. Y debe usarse la MÍNIMA DOSIS POSIBLE porque tienen efectos secundarios que son dosis dependientes siendo los más frecuentes: somnolencia, hipersedación, lentitud, labilidad emocional, ataxia, amnesia anterógrada, náuseas y sequedad de boca etc… Para el tratamiento de los síndromes ansiosos se prefieren las que tengan RAPIDEZ DE COMIENZO DE LA ACCIÓN, DURACIÓN DE LA ACCIÓN PROLONGADA Y POTENCIA ELEVADA para disminuir los efectos indeseables.5 Muchas de las benzodiacepinas del cuadro anterior cumplen estos criterios pero quizá el Cloracepato por tener una vida media más larga (30-50 horas)1 sea uno de los preferidos pudiendo ser otros el Diacepam o el Clonacepam aunque salvo los de acción ultracorta todos pueden ser usados en este tipo de síndromes. Para el tratamiento de una crisis, en el momento de urgencia, puede usarse cualquiera de las benzodiacepinas por vía oral que cumpla los criterios anteriores En tratamientos a largo plazo, se recomienda utilizar durante las dos o tres primeras semanas de tratamiento en los síndromes ansiosos antes descritos salvo en el trastorno por estrés postraumático donde no se aconseja porque pueden aumentar la disforia3. Se utilizan así porque actúan en estas etapas donde los antidepresivos todavía no han comenzado a tener efecto y su retirada debe ser paulatina. Se han utilizado como tratamiento a largo plazo sobre todo algunas de acción corta e intermedia como el Alprazolam y Clonacepam pero es un tratamiento que se está abandonando por los problemas de habituación y tolerancia que producen3.
Conclusión. Importancia de estos trastornos y recomendaciones:
Los trastornos por angustia son unas patologías muy frecuentes en nuestro medio. En consultas de Atención Primaria su frecuencia se sitúa en torno al 25%. Según la ECA (Epidemiologic Catchment AREA) la prevalencia de la ansiedad generalizada varía entre 2,5 y 6,4%, las crisis de pánico entre 0,4-1,2& y la agorafobia entre 2,5-5,8%. Es más frecuente en mujeres de edades comprendidas entre los 25-40 años que en los varones y tiene variaciones culturales.1 Por todo esto es de gran importancia conocer su manejo y tratamiento1. El tratamiento básico de estas patologías está basado en el abordaje psicológico y farmacológico. Desde el punto de vista psicológico ante las crisis es importante el mentalizar al paciente de que es algo pasajero y que no va a sucederle nada malo, no se va a morir ni va a sufrir un infarto pues esto es lo que con más frecuencia sienten los pacientes que sufren estas crisis. El tratamiento a largo plazo se basa en aprender técnicas de afrontamiento tanto de la situación concreta que produce la crisis como del estrés crónico dependiendo del tipo de trastorno que presente así como técnicas de relajaciónDesde la farmacología disponemos básicamente de dos tipos de tratamiento. El tratamiento agudo de la crisis que puede realizarse con cualquier benzodiacepina. El tratamiento a largo plazo o preventivo debe abordarse con fármacos antidepresivos con una duración no inferior a 6 meses pudiendo llegar a ser de varios años. En las dos o tres primeras semanas deben utilizarse junto a los anteriores benzodiacepinas puesto que, los antidepresivos tardan en comenzar a hacer efecto y, en un principio pueden producir síntomas similares a la ansiedad. Es muy importante el hecho de que las benzodiacepinas no deben usarse como tratamiento sintomático único y deben ser siempre prescritas por un facultativo. El tratamiento de estas patologías es muy importante, debido a que no debemos dejar que estas sensaciones desagradables invadan la vida de un individuo afectando negativamente al desarrollo normal de su vida cotidiana.

jueves, 24 de julio de 2008

Musicoterapia

Antonio Pacheco
¿Cuándo fue la última vez que te sentaste en un sillón, cerrando los ojos, a escuchar música? Quizá cuando descubras los beneficios de la música y sus efectos curativos, te dejes envolver más a menudo por el ritmo y la armonía…

"Musicoterapia es la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un Musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas." Definición de la Federación mundial de Musicoterapia
Los efectos curativos de la música se conocen desde tiempos inmemoriales. La musicoterapia es el uso de la música para mejorar el funcionamiento físico, psicológico, intelectual o social de personas que tienen problemas de salud o educativos.
La musicoterapia se usa con niños, con adultos y personas de la tercera edad con diferentes problemas. También se emplea con personas que no están enfermas o que no tienen algún problema, para mejorar el bienestar personal, para desarrollar la creatividad, mejorar el aprendizaje, las relaciones interpersonales y para el manejo del estrés.
La musicoterapia les permite a las personas:
Explorar sus sentimientos.
Hacer cambios positivos en su estado de ánimo y en su estado emocional.
Desarrollar un sentido de control de sus vidas a través de experiencias de éxito.
Aprender o poner en práctica habilidades para resolver problemas y conflictos.
Mejorar la socialización.
La idea de base es reconocer que gran parte de las enfermedades tienen su origen en el cerebro, que luego transmite a una parte del cuerpo un estímulo determinado que reproduce una enfermedad.
Con la musicoterapia se intenta hacer llegar al cerebro unos estímulos que le lleven a una relajación o anulación de los que reproducen la enfermedad, a través de diversas melodías con las que se pueden conseguir efectos sorprendentes.Aunque la musicoterapia ya se conoce desde la antigüedad, en los años 40 de nuestro siglo se utiliza como rama de medicina recuperativa, que con efectos fisiológicos, afectivos y mentales, contribuyendo a un equilibrio psicofísico de las personas. Hoy en día se aplica fundamentalmente en desequilibrios nerviosos, influye positivamente sobre el corazón y pulmones, alcoholismo, drogodependencias… Los alcances de la música como terapia, han trascendido fronteras, idiomas e ideologías. Por ejemplo, en China poseen innumerables álbumes musicales con títulos como: Estreñimiento, Insomnio, Hígado, Corazón, etc.
¿Por qué la música es capaz de curar?
Quizás en alguna oportunidad de nuestras vidas hemos podido sentir cómo una pieza musical nos puede traer un precioso recuerdo y hacernos sentir mejor, o tal vez hemos tarareado a nuestros hijos alguna melodía para calmarlos o dormirlos, o aún en nuestros momentos de soledad, de euforia o de depresión, una canción ha sido nuestra cómplice y compañera.
Pero lejos de esta apreciación un tanto subjetiva, existe amplia documentación científica y estudios bien elaborados que dan soporte a esta nueva arma dentro del tratamiento de enfermedades.

Música y respiración
La respiración es ante todo un proceso rítmico. El patrón general humano es de 25 a 35 respiraciones por minuto. Un promedio bajo, profundo y sostenido contribuye a calmar, controlar emociones, estimular el pensamiento y generar un mejor metabolismo del cuerpo.
Al contrario, una respiración rápida nos puede llevar a pensamientos dispersos, conductas impulsivas, a cometer errores y sufrir accidentes.
Así, música de altos niveles, más de 60 "golpes" por minuto, produce malos efectos, de la misma manera en que una dieta desordenada produce mala salud.
Música y presión arterial
El corazón humano está particularmente sintonizado con la música, así las pulsaciones responden a todas las variables musicales como: frecuencia, tiempo y volumen.
De tal manera que un ritmo rápido hace rápido el palpitar y uno lento lo enlentece. Por ello los ritmos lentos crean menos tensión y estrés, manteniendo en calma al cuerpo y relajándonos.
La música es pues un calmante natural, pero lo opuesto también es cierto: ritmos fuertes pueden energizarnos y activarnos casi hasta el daño físico.
Música, tensión y coordinación muscular
El tono y la flexibilidad del sistema muscular son poderosamente influenciados por el tono, el sonido y la vibración musical, tal como fue demostrado por el profesor Olav Skilie en Noruega. La música con frecuencias entre 40-66 hertz, reduce la tensión muscular y relaja a los niños.
Hoy en día este efecto se conoce como Terapia Vibroacústica, de gran poder curativo en procesos de dolores musculares.
Música y temperatura corporal
La música alta o ruidosa puede elevar en varios grados la temperatura corporal mientras que la suave y de cadencioso ritmo, puede disminuirla.
Música y endorfinas
Las endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, son hoy en día una de las sustancias más estudiadas por la bioquímica moderna.
El Centro de Investigaciones de Stanford California, encontró que la euforia experimentada mientras escuchaban música los sujetos de estudio y la "sanación química" creada por el gozo y las emociones producidas por la riqueza musical de ciertas piezas de películas, cantos religiosos y cuartetos, produjeron estados de anestesia al dolor y mejoraron el sistema inmune.
Estos experimentos también hallaron que las inyecciones de Naloxona, una droga bloqueadora de las endorfinas, interrumpía la sensación tranquilizante de escuchar música.
Música y la función inmunológica
Un estudio de la Universidad del Estado de Michigan reportó que escuchar 15 minutos de música, incrementaba los niveles de Interleukina 1 en la sangre e 12,5 a 14%. Las interleukinas son sustancias que aparecen en la adecuada respuesta del sistema inmune.
Actualmente existe un gran número de investigaciones científicas que apoyan el empleo de la musicoterapia con diferentes tipos de personas:
A niños con:
Dificultades en el aprendizaje
Problemas de conducta
Trastornos profundos en el desarrollo (autistas)
Niños con deficiencia mental
Con dificultades en la socialización
Con baja autoestima
Con trastornos médicos crónicos y/o degenerativos (cáncer, cardiopatías, problemas de dolor, etc.)
A personas con:
Enfermedades degenerativas debido a la edad (Alzheimer entre otras)
Problemas de farmacodependencia y abuso de sustancias
Daño cerebral debido a enfermedades o traumatismos
Incapacidades físicas debidas a enfermedades degenerativas o a accidentes
Problemas de dolor agudo o crónico
Personas con enfermedades terminales.
También sirve para:
Reducir el estrés a través de hacer y escuchar música
Como apoyo en el proceso del parto en las mujeres
Aumentar la creatividad y la capacidad de resolver problemas
Para disminuir la ansiedad
Para mejorar la autoestima
Aquí os seleccionamos una lista de obras clásicas y su virtud, para que empieces a saborear los beneficios de la musicoterapia:Insomnio:
Nocturnos de Chopin (op. 9 nº 3; op. 15 nº 22; op. 32 nº 1; op. 62 nº 1)
Preludio para la siesta de un Fauno de Debussy
Canon en Re de Pachebel
Hipertensión:
Las cuatro estaciones de Vivaldi
Serenata nº13 en Sol Mayor de Mozart
Depresión:
Concierto para piano nº5 de Rachmaninov
Música acuática de Haendel
Concierto para violín de Beethoven
Sinfonía nº8 de Dvorak
Ansiedad:
Concierto de Aranjuez de Rodrigo
Las cuatro estaciones de Vivaldi
La sinfonía Linz, k425 de Mozart
Dolor de Cabeza:
Sueño de Amor de Listz
Serenata de Schubert
Himno al Sol de Rimsky-Korsakov
Dolor de estómago:
Música para la Mesa de Telemann
Concierto de Arpa de Haendel
Concierto de oboe de Vivaldi
Energéticas:
La suite Karalia de Sibelius
Serenata de Cuerdas (op. 48) de Tschaikowsky
Obertura de Guillermo Tell de Rossini