martes, 18 de diciembre de 2007

Cómo protegernos de la rutina,el individualismo,la ruptura y las frustraciones

Aquilino Polaino

ESPAÑA
Si luchas, puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido. Si luchas por tu vida familiar, no estás perdido.

1- Disponibilidad
Consiste en dedicar tiempo (¡que es lo que menos tenemos!) a atender a nuestros hijos y esposo/a. Con los adolescentes, por ejemplo, no vale lo de “este tema ya lo hablaremos el sábado con tranquilidad, cariño”. Para el sábado, tu hija de 13 años ya se ha emborrachado con una amiga y van a hacer lo que se les ocurra, porque el padre estaba deslocalizado, como las empresas. Hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Recordemos que nuestros padres, al morir, sólo nos dejan realmente el tiempo que pasaron con nosotros. Demos tiempo al otro.

2- Comunicación padres-hijos: que los padres hablen menos y escuchen más
En muchas familias, cuando un padre o madre dice “hijo, tenemos que hablar”, el chaval piensa “uy, malo, malo”. ¿Por qué? Porque sabe que los padres cuando dicen “tenemos que hablar” quieren decir “te voy a soltar un discurso por algo tuyo que no me ha gustado”. Esto cambiaría si los padres se hicieran un propósito: dedicar el 75% a escuchar y sólo el 25% a hablar. Escuchar a los hijos (o al cónyuge, a cualquiera) es un esfuerzo activo. Hay que soltar el diario, quitar el volumen de la TV, girar la cabeza hacia quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención. Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de tu familia.

3- Coherencia en los padres y autoexigencia en los hijos
Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa. No tiene sentido decirle a los niños desde el sofá: “eh, vosotros, ayudad a mamá a quitar la mesa”. Hay que dar ejemplo primero. Tú, padre, has de quitar la mesa durante 5 días, que te vean. El quinto día dices a tu hijo: “venga, ahora entre los dos”. Y dos días después: “estoy orgulloso de ti, ahora ya has aprendido y ya puedes quitar la mesa tú sólo”. Y él se sentirá orgulloso de quitar la mesa. Así aprenden a autoexigirse, que es mucho mejor que tenerlos vigilados 24 horas al día. Esto es un progenitor potenciador, motivador, animador y protector al mismo tiempo. También pedimos a los niños que estudien pero ¿nos ven a nosotros estudiar, leer revistas de nuestro oficio, ponernos al día en nuestra especialidad? Hemos de poder decir: “mirad, hijos, nosotros también estudiamos”.

4- Tener iniciativa, inquietudes y buen humor.
Estos tres factores son útiles para la autoestima familiar. En España el buen humor no suele escasear. Pero la rutina es un enemigo en las relaciones conyugales y con los hijos. El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso se contagiará a toda la familia. Las mejores horas deben ser para compartir con el esposo o esposa. Ser papá o mamá no debe hacernos olvidar que somos “tú y yo, cariño, nosotros”. Creatividad e iniciativa protegen a la pareja de la rutina. Cuando hay rutina, es fácil que uno de los dos busque la “magia” añorada fuera, en otras relaciones. Por el contrario, si la pareja va bien, los hijos aprenden su “educación sentimental” simplemente viendo cómo se tratan papá y mamá, viendo que se admiran, se halagan, se alaban, son cómplices. “Cuando sea mayor trataré a mi mujer como papá a mamá”, piensan los niños entusiasmados. Eso les da autoestima.

5- Aceptar nuestras limitaciones, y las de los nuestros
Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu cónyuge, las de tus hijos. Pero es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu cónyuge ante los niños, o a un niño ante los hermanos, comparando a un hermano “bueno” con uno “malo”. Eso hace sufrir al hijo y le quita autoestima. Es mejor llevarlo aparte y hablar.

6-Elijamos buenos amigos y amigas
El individualismo es el cáncer del s.XXI. Nosotros y nuestros hijos estamos atados a máquinas gratificantes: el DVD, la TV, la videoconsola, Internet... El trabajo en solitario va minando la amistad verdadera. ¡Los amigos comprometen mucho y al individualista no le gustan los compromisos!

Sin embargo, necesitamos más que nunca amigos humanos, personas, grandes y buenos amigos, con los que compartir muchas horas, conversaciones sinceras y cercanas, amistades de verdad, que te apoyen y te conozcan auténticamente, que te acepten con tus fallos y potencien lo mejor en ti. Seleccionar amigos así para ti y para los tuyos es la mejor inversión.

7- Reconocer y reafirmar lo que vale la otra persona
Seamos sinceros: no tiene sentido que andemos llamando “campeón” a nuestro niño que nunca ha ganado nada. Si ha perdido un partido de fútbol, no le llames campeón. Ha de aprender a tolerar la frustración, acompañado, eso sí. También hemos de saber (grandes y pequeños) que somos buenos en unas cosas y no en otras. “Hijo, pareces bueno en A y en B, pero creo que C no es lo tuyo”. Reafirmemos al otro en lo que vale, y se verá a sí mismo como lo que es, una persona valiosa.

8- Estimular la autonomía personal
Uno se hace bueno a medida que va haciendo cosas buenas. Es importante que lo entiendan los hijos. Lo que se hace es importante: hacer cosas buenas nos hacer buenos a nosotros. Esta idea ayuda a tener autonomía personal, hacer las cosas por nosotros mismos, para mejorar nosotros.

9- Diseñar un proyecto personal
No irás muy lejos si no sabes donde quieres ir. Quedarte quieto no es factible, uno tiende a volver a quedarse atrás. Has de tener un proyecto personal para crecer, y atender y ayudar a discernir y potenciar los proyectos de los tuyos.

10- Tener un nivel de aspiraciones alto, pero realista
Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable. Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible? Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos.

Hay finalmente tres ideas más a considerar:
Según Chesterton, lo natural tiende a lo sobrenatural mientras que lo que no se sobrenaturaliza se desnaturaliza. Es cierto. Hemos de entender que la autoestima, el amar y el amarse, es sobrenatural. ¿Has pensado en cómo te ama Dios, en lo grande, lo sobrenatural de Su amor por ti? Piénsalo. Eres muy especial para Él. Cuando vivas este amor, comunícalo a tus hijos.

Buena parte del sufrimiento inútil en el mundo se produce porque en algunas ocasiones en las que deberíamos dedicarnos a pensar, nos ponemos a sentir; y en ocasiones que son para sentir, nos ponemos a pensar. Evitemos este sufrimiento inútil: hay momentos para pensar y momentos para sentir.

Si luchas, puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido. Si luchas por tu vida familiar, no estás perdido.

Aquilino Polaino es licenciado en medicina y cirugía (Universidad de Granada), diplomado en Psicología Clínica (Universidad Complutense), doctor en medicina (Universidad de Sevilla), licenciado en Filosofía (Universidad de Navarra), profesor de Psiquiatría (Universidad de Extremadura) y catedrático de Psicopatología (Universidad Complutense). Pero es conocido por el gran público como divulgador y consejero en temática familiar y de salud emocional. Estuvo presente en el II Congreso Educación y Familia de la Universidad Católica de Murcia el pasado 3 de diciembre y habló de diez principios básicos que contribuyen a mejorar la estima de los miembros de una familia. ForumLibertas estuvo allí tomando notas de sus diez principios.

FUENTE: T1msn/Familia/Articulos/CatholicNet
http://www.prodigy.msn.com/educacion/familia/CatholicNet/?id=21390

Cómo liberarse de la tele y ser más saludable

Libérese de la Tele y Sea Más Saludable

Reducir el tiempo con la tele es tan fácil como 1, 2, 3
Sugerencias para arreglárselas sin la tele
Apague la tele
Actividades sin Pantalla
La obesidad en la niñez se ha convertido en una epidemia en los EEUU, de acuerdo al Centro Nacional para las Estadísticas de Salud en el 2000. La obesidad da lugar a otras enfermedades incluyendo diabetes, enfermedades del corazón, alta presión y artritis.

El apagar la televisión es un buen método para mejorar su salud y la de su familia. Reduciendo la cantidad de tiempo que pasan viendo televisión puede ayudarles a hacer más ejercicio y a comer mas saludablemente.

Reducir el tiempo con la tele es tan fácil como 1, 2, 3

Comprométase a hacerlo. Siéntese y hable con su familia acerca de reducir el tiempo que pasan viendo televisión.
Planifique. Juntos identifiquen los ratos que usted y su familia pasan viendo la tele. Pídales que piensen en qué actividades pueden involucrarse durante los ratos que normalmente ven televisión.
Lleve a cabo su plan.
Sugerencias para arreglárselas sin la tele incluyen:

Sea paciente. No permita que el aburrimiento le preocupe. Sus niños encontrarán algo que hacer.
Mande los niños a que jueguen afuera.
Haga una lista de todas las cosas que le divierten además de ver televisión y póngala donde la vea fácilmente.
Tome fotos de sus niños cuando están envueltos en actividades creativas y manténgalos en un sitio visible.
Cree sus propias experiencias, no viva su vida a través de las vidas de las estrellas en las telenovelas.
Comparta sus ideas acerca de lo que está pensando hacer con sus amigos. Puede que encuentre mas apoyo de lo que creía.
Abajo le damos unos consejos de cómo reducir el tiempo que pasa viendo televisión e ideas de actividades en que usted y sus niños pueden involucrarse en lugar de ver televisión.

Apague la tele y:

Manténgala apagada durante las comidas.
En familia hagan ejercicio como caminar y correr en bicicleta.
Designe ciertos días de la semana como días "Libres de Tele."
Remueva la televisión que tiene en los dormitorios.
Esconda el control remoto.
Actividades sin Pantalla

Juegue un juego.
Siembre un jardín.
Camine, converse, nade o ande en bicicleta.
Cocine una comida saludable con su familia y amigos.
Trepe un árbol.
Juegue al esconder.
Lea un libro.
Vaya de excursión al parque o al museo.
Cree proyectos de arte simples que toda la familia disfrute.

La television y la familia


Televisión vs familia

Una democracia no puede existir si no se somete a control la televisión que se ha convertido en un poder político colosal.


Jaime Septién
Fundación México Unido.- A lo largo de los años, he ido colectando, aquí y allá, opiniones de especialistas y grandes personajes de la cultura desde la segunda mitad del siglo XX para acá, sobre el tema de la televisión y su influencia en el tránsito cotidiano de la familia, y cómo la presencia de la televisión la ha ido cambiando, hasta convertirla en una cosa más o menos amorfa, amoldada, eso sí, a multitud de intereses económicos y comerciales de los que apenas si tenemos conciencia.

La familia es, a la vez, reflejo y receptáculo de las tensiones sociales, de los cambios que sufre el sistema social en su conjunto. De ahí que la primera cita que quiero compartir con los lectores de esta colaboración sea la del famoso filósofo inglés Karl Popper, quien abogaba –ante todo- por una regulación democrática de la televisión pues, de lo contrario, la democracia estaría en peligro:

COMO SI FUERA DIOS

Una democracia no puede existir si no se somete a control la televisión que se ha convertido en un poder político colosal, potencialmente se podría decir el más importante de todos, como si fuera Dios mismo quien hablara.

La segunda cita tiene que ver con el tema de la expansión de la violencia entre los jóvenes de hoy (adultos mañana) y de dónde procede. El autor es Steve Allen, un productor muy importante de programas de televisión en Estados Unidos, que alcanzó a darse cuenta de que la televisión era, en su país y en el nuestro, una máquina de enseñar a matar:

LOS QUE DECIDEN POR NOSOTROS

La mayoría de las personas no quieren educar a sus hijos en la promiscuidad o la violencia extrema. Son los medios, con la complacencia de los anunciantes y la pasividad de los padres, quienes han decidido que eso es lo que la cultura necesita

La siguiente reflexión pertenece a Giovanni Sartori, autor de Homo videns, el libro más demoledor que circula actualmente en librerías, sobre la relación entre televisión y poder, además de que hace muy clara la idea de que estamos entrando en una fase de empobrecimiento cultural característico de las sociedades famélicas, donde se privilegia el tener sobre el ser y, por encima de todo, el placer:

LA DROGA DURA

La facilidad de la era digital representa la facilidad de la droga.

Finalmente, la característica agudeza del Papa Juan Pablo II, indica cuál es el camino de salida para una familia que desea defender su libertad y que se manifiesta contraria a ser tratada como simple sujeto de consumo. En los padres de familia está la alternativa de sacarle jugo al televisor, de usarlo para conveniencia de la formación intelectual y moral de los hijos, a condición de saber ejercer esa libertad y discernir qué es bueno y qué no lo es, en una programación que se presenta siempre bajo el letrero de “entretenimiento”:

APAGAR LA TELE

Formar los hábitos de los hijos puede a veces querer decir simplemente apagar el televisor, porque tenemos mejores cosas que hacer, o porque la consideración a los demás miembros de la familia así lo reclama, o porque la visión indiscriminada de televisión puede ser perjudicial.

Relacion Abuelos, padres y nietos


ABUELOS, PADRES, NIETOS: CÓMO EVITAR LOS CONFLICTOS
A menudo surgen diferencias entre padres y abuelos por la educación de los nietos. Los primeros no siempre están de acuerdo en cómo tratan los abuelos a sus hijos y éstos no aprueban la forma en que sus hijos educan a sus nietos. Fernando Corominas, Presidente de la Asociación Internacional de la Familia -y abuelo experto- nos da algunas claves para evitar o solucionar estos conflictos.

¿Cuáles son los principales conflictos que se plantean entre padres e hijos por la educación de los nietos?
Cuando los abuelos pretenden ejercer de padres en vez de abuelos, saltando por encima de los padres. O cuando los hijos abusan de los abuelos y los cargan excesivamente con la responsabilidad de ocuparse de sus nietos. Es importante diferenciar el rol de cada uno.

¿Cuál es su opinión sobre la figura de los abuelos canguro? ¿Es una figura al alza o a la baja?
La figura de los abuelos canguro está claramente en alza, en cuanto que cada vez se está dando más, ya que la gente mayor goza de mejor salud y la incorporación de la mujer al mundo laboral es ya una realidad. En mi opinión, en muchos casos se produce un abuso por parte de los hijos cargando a los abuelos con una responsabilidad que no tienen por qué asumir. Otra cosa es que se produzcan situaciones de necesidad absoluta, -un accidente, una situación económica insostenible, una enfermedad...- Los abuelos son abuelos, pero no padres. Sólo deben actuar como tales cuando los padres no puedan hacerlo.

¿La figura de los abuelos qué aporta a los nietos y qué debería aportar?
Aporta o debería aportar cariño, cultura familiar, amor a las tradiciones, raíces familiares, experiencia, ternura... No creo que su misión tenga que pasar de ahí. Los abuelos deberían ser un complemento de los padres en la educación de los niños.

Los hijos a veces piensan que sus padres pecan de intrusismo en la educación de los nietos. ¿Cuál debería ser la actitud de los hijos ante la experiencia de los padres?
Está bien que los abuelos aporten en un momento dado su experiencia y su visión de cómo van los nietos, pero nunca actuando directamente sobre ellos sino dirigiendo sus comentarios a los hijos. Comprendo que los hijos se molesten ante un abuelo que pretende suplantarles en la educación del nieto, pero harán bien en escuchar a sus padres si éstos son personas sensatas.

¿Qué piensa que es más saludable, un abuelo muy exigente que declara constantemente lo mal educados que están sus nietos o el abuelo consentidor cuyos nietos son los mejores del mundo?
Por supuesto, me quedo con el abuelo consentidor. Yo diría que los abuelos, por naturaleza están para consentir, precisamente porque son abuelos y no son padres.

Los abuelos, ¿deben ser parte activa en la educación de los nietos o deben limitarse a quererlos? Algunos abuelos dicen “que los eduquen sus padres, yo sólo les veo una vez a la semana...” ¿Es una actitud correcta?
Si se trata de abuelos de los que ven a sus nietos el fin de semana, por supuesto. Los abuelos no tienen que educar a los nietos. Ésta es una responsabilidad de los padres. Ahora bien, si se trata de abuelos que sustituyen a los padres, que cuidan normalmente de sus nietos y por tanto, desarrollan la función de padres, sí deben educar. Pero en este caso no actúan como abuelos sino como padres.

¿Cree que a veces los hijos comprenden y valoran la aportación que los abuelos pueden tener en la formación de sus hijos?
Creo que algunas veces los hijos se olvidan de que sus padres han pasado por todas las situaciones que ellos están viviendo. Aunque los tiempos cambien, hay constantes en la educación que se repiten generación tras generación. Otro tema importante es el de los abuelos como conservadores y transmisores de las tradiciones y cultura familiar, que tiene su grado de importancia.

Los hijos que cargan a los abuelos con el cuidado de sus nietos, ¿abusan de sus padres? ¿Cree que en general éste es un buen sistema para los nietos, o estarían mejor en la guardería al cargo de un profesional?
Efectivamente, pienso que hay muchos padres que abusan de los abuelos. Cada vez más. No creo que encargarse de los nietos como actividad diaria sea función de los abuelos, más que en los casos extremos en los que existan problemas económicos, o de enfermedad... Para eso existen estupendos profesionales en los Jardines de Infancia.

¿Qué importancia tiene la figura de los abuelos en la familia como institución?
Los abuelos significan la continuidad de las tradiciones familiares, incluso de los valores morales y religiosos. Son una figura que complementa a los padres en la educación de los niños y cierra el círculo familiar. Son transmisores de la memoria o la historia de la familia. Convendría escuchar más las viejas historias de los abuelos para conocer mejor las raíces de nuestra propia historia y valorar en todo su contenido la familia como institución.

¿Qué se pierden los nietos que no llegan a conocer o a tratar a sus abuelos? ¿Y viceversa?
Se pierden una experiencia que puede llegar a ser muy gratificante para ambos. La relación entre abuelos y nietos es mucho menos conflictiva que la de padres e hijos, y está llena de ternura. Los abuelos vuelven a su infancia con sus nietos, juegan con éstos y reviven recuerdos felices, se sienten útiles... Los nietos se sienten queridos incondicionalmente, lo cual puede ser muy bueno para su autoestima.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Diferencia entre Castigo y Disciplina





Para algunas parejas puede ser difícil ver la diferencia entre lo que es el castigo y la disciplina. De hecho, algunos de nosotros crecimos en hogares donde la palabra disciplina no existía. La palabra usada era "castigo".

"Te voy a castigar si no haces tal o cual cosa." Ese castigo era, en la mayoría de los casos, de tipo físico, algo que causara dolor físico a la niña o al niño. Esta era la forma de disciplina que nuestros papás y abuelos conocían. Pero veamos qué se entiende por disciplina.

De acuerdo con el diccionario de la lengua española "disciplina" significa: "Doctrina o enseñanza." De esta palabra se deriva la palabra "discípulo." Un discípulo es la persona que recibe enseñanza de un maestro o una escuela, de acuerdo al diccionario. Los discípulos de Jesús, por ejemplo, recibieron de su maestro todas las enseñanzas cristianas. Así, la palabra disciplina se podría definir como "el arte de recibir una doctrina o enseñanza."

Ahora, tratemos de entender esta palabra en el contexto de la familia. ¿Qué significa disciplinar a los hijos? Es muy importante que esta pregunta sea contestada claramente, pues los padres de familia hemos recibido de Dios el mandato de disciplinar a nuestros hijos; y mediante la disciplina, prepararlos para que sean personas de bien para la sociedad y para el mundo. Disciplinar, en el contexto familiar, significa también enseñar. Los padres de familia estamos llamados a enseñar a nuestros hijos los valores morales, religiosos, sociales y cívicos que hacen a un individuo integralmente saludable para la sociedad y para el mundo.

Para disciplinar a nuestros hijos en esos valores no hace falta el castigo físico. Ciertamente hay momentos en que el castigo físico nos parece lo más conveniente, la salida más fácil y rápida para hacer que nuestros hijos hagan lo que nosotros queremos que hagan. Ellos, nuestros hijos, lo van a hacer, no por convencimiento personal, sino por miedo a que se les castigue. A este punto podemos preguntarnos, ¿Cuál es el valor o los valores que le estamos pasando a nuestros hijos cuando les castigamos físicamente?. Cualquiera que sea la respuesta, es obvio que no estamos transmitiendo ninguno de los valores mencionados arriba.

Pensemos por un momento cuándo es que le hemos castigado físicamente a nuestros hijos. ¿Cuando hicieron una travesura?, ¿cuando derramaron la leche en el sillón?, ¿no nos hicieron caso?, ¿cuando hemos llegado del trabajo cansados y hemos proyectado nuestro cansancio y frustración sobre ellos? ¿O cuando los problemas de papá y mamá han sido proyectados sobre ellos?. Muchas veces los niños pasan a ser los conejillos de indias con los cuales nos desquitamos y en nuestra mente, justificamos nuestro comportamiento pensando que les estamos disciplinando. El disciplinar requiere no de palabras groseras, golpes o intimidación en el niño, sino de paciencia, perseverancia, saber poner limites, mucha comunicación, mucho amor y sobre todo, que mamá y papá tengan mucha conciencia y conocimiento del valor que quieren transmitir al niño o niña.

Nuestros hijos son nuestros pequeños discípulos, sedientos de aprender cómo es este mundo, cómo actuar, cómo comportarse o cómo reaccionar en diferentes situaciones. En otras palabras, pequeños discípulos que quieren ser personas de bien para la sociedad y para el mundo. Por eso ellos preguntan, por eso se equivocan, por eso hacen travesuras e intentan ser como los adultos. Un niño nunca intenta contrariar o exasperar a sus padres, sólo intenta aprender. Es por ello que, al igual que lo hace el maestro con su estudiante, es necesario contestarles todas las preguntas con la verdad, tomar tiempo para escucharles, instruirles, valorar sus sentimientos, pensamientos, puntos de vista, de tal manera que los niños sientan que son seres humanos que valen, no por las veces que se equivocan, sino porque son seres humanos, porque son personas.

Es sumamente importante hablar con ellos, no importa que pensemos que ellos todavía no entienden. Es muy importante que nuestros hijos sepan, no sólo el valor que les queremos transmitir, sino cuál es la importancia de ese valor en sus vidas. Los niños necesitan escuchar muchas veces de sus padres qué es lo que se espera de ellos, y los adultos debemos estar conscientes de que para instalar un valor en un niño se necesita paciencia, repetición, consistencia, y sobre todo, muchos abrazos, besos y tiempo.

Por su puesto que a veces es necesario utilizar alguna norma disciplinaria, que se dará como consecuencia de una acto negativo repetitivo. Este comportamiento negativo se podría dar en el niño cuando se da cuenta que sus deseos no son satisfechos en el programa de disciplina seguido por sus padres. En estos casos, el niño debe saber cuál es la consecuencia y por qué la está recibiendo. Este tipo de disciplina va orientado a hacer entender al niño el tipo de comportamiento deseado, pero por ninguna circunstancia debe de ser un castigo físico. Dicho programa debería hacer la diferencia en lo que es un deseo del niño y lo que es una necesidad. No todos los deseos pueden ser satisfechos en un niño, pero sí todas las necesidades. En algunos casos, ellos, los niños, se van a negar a aprender a pescar, pues es más fácil recibir el pescado ya listo para ser comido. Ahí es donde nosotros, los padres de familia, debemos tener presente que no se trata de darles el pescado, sino de enseñarles a pescar.

Por Valentín Araya-Mesén

Cómo disciplinar a los hijos


Por Laura Álvarez Bravo, M.Psc.
Psicóloga Enfoque a la Familia
lalvarez@saborysalud.com

Le puede ser familiar el oír ”ya no tengo paciencia”, “me cuesta montones que se siente a la mesa a comer”, “no quiere hacer tareas”, “si yo no le doy lo que pide me hace un berrinche”, “me estoy volviendo loca”.

¿Le parece conocido? Estos ejemplos son escenas cotidianas que viven los padres y que hace que se pregunten ¿cuál será la mejor manera de disciplinar a mis hijos?

Existen gran variedad de métodos disciplinarios; mientras unos funcionan para algunos hijos, otros no lo hacen. La disciplina o el establecer límites se conoce como el conjunto de reglas que permiten la convivencia en el hogar. Tiene como objetivo el producir un patrón específico de comportamiento y es importante porque contribuye a que los niños crezcan sin temores, aprendan lo que se espera de ellos, ayuda a protegerlos de situaciones peligrosas y además hace que se establezcan las condiciones para convivir con los demás. Además una vez que se establezcan los límites claros y razonables con respecto al comportamiento de sus hijos, se logra tener una mejor relación y evita los enfrentamientos constantes.

La disciplina es necesaria y debe ser guiada por adultos para que los niños aprendan cómo realizar lo que desean de la manera más adecuada, aprendan a postergar los deseos para momentos más oportunos y logren tener confianza en sí mismos. Además contribuyen a la tranquilidad, al orden y autocontrol.

Usted se preguntará, ¿qué sucede si no se limita la conducta? Si usted no pone disciplina, su hijo no aprenderá a auto controlarse y auto dirigirse, y además lo expone al rechazo, pues la vida está llena de reglas que debemos seguir y que se aprenden desde que estamos pequeños.

Para definir los límites debemos basarnos en las necesidades de los padres y los niños. Tome en cuenta las necesidades y etapas de desarrollo de sus hijos así como su temperamento, sin dejar de lado que el liderazgo lo ejercen los padres. Recuerde que es un proceso que no se da de la noche a la mañana y que por eso desde pequeños debemos establecerles límites. Además entre más firme y constante sea, mayor respeto y comprensión logrará.

Al establecer las reglas recuerde que lo que limitamos es la conducta y no los sentimientos que la acompañan. Los sentimientos deben reconocerse aunque no se acepte la conducta. Un ejemplo: si tira la puerta decirle: “comprendo que estás muy enojado pero las puertas no se tiran, si quieres cuando estés más tranquilo podemos hablar.”

Como padres, deben aprender a distinguir entre comportamiento normal, irresponsabilidad y desafío. La exploración normal debe ser animada pero de una manera que sea sana para ellos y los que lo rodean. Algunas veces se enfrentarán a irresponsabilidades de los niños, como dejar los juguetes tirados, quebrar un vaso, entre otros. En esas ocasiones pregúntese si es algo accidental, o algo propio de la edad. Pero en otras ocasiones los niños desafiarán la autoridad. Esto es cuando ellos conocen lo que usted quiere y no lo hace, se rehúsa.

Para que ni usted ni sus hijos se sientan mal o culpables, la disciplina se debe establecer sin que afecten el respeto y autoestima del niño, ni de los padres.

Algunas maneras para lograrlo:

Señale la situación problemática empleando pocas palabras.

Establezca las reglas con anterioridad, explíquelas y establezca consecuencias lógicas. Es decir, explíquele a su hijo lo que se espera de él y si él no cumple, decirle que él fue el que decidió ser regañado, castigado. Esto con el fin de que interiorice que es él quién decide, con su conducta, las consecuencias. Póngale ejemplos: “en esta casa vamos a comer a las siete, tienes dos opciones: si comes puedes ver tu programa de televisión, si no, vos decidiste que ese día no vas a ver el programa.”

Los castigos-consecuencias deben ser de corta duración.

Proporcione alternativas para lograr lo que desea. Por ejemplo: “Carlos, los juguetes están tirados. Puedes seguir viendo el programa y durante los anuncios recoger primero los juguetes” o decirle: “si quieres seguir viendo el programa debes recoger los juguetes.”

No califique al niño. Señale el problema, la conducta.

Sea firme, tranquilo, no grite y no se desespere.

Es importante la manera en que se pongan los límites. Por ejemplo, si siempre se le habla al niño con órdenes y amenazas, le está diciendo al mismo tiempo que no cree que sea capaz.

No le dé sermones. Sea claro.

No sea repetitivo, sus hijos necesitan ver que usted actúa.

Establezca las reglas en común acuerdo entre padres e hijos. Debe comunicarlas con anterioridad. Además, ambos padres deben estar de acuerdo con las reglas y no contradecirse. Los hijos deben saber que ambos padres tienen la misma autoridad, sino esto puede hacer que se establezcan alianzas en donde sólo uno “es el malo de la película”.

Señale las situaciones sobre las que se deben establecer reglas.

Sea flexible, comprensivo, valore los sentimientos y necesidades. Recuerde que el establecer límites no quiere decir que quitamos el afecto. Los límites y el afecto van de la mano.

Defina cuándo una conducta es aceptable o no. Por ejemplo, piense qué se entiende por la orden que usted da. Sea específico.

Sea consistente.
Y si el niño no respeta los límites:

Debe tener consecuencias, inmediatas, proporcionales y directas. El niño debe saber porqué se le castiga. Cuando lo castigue, explíquele porqué es, señale la conducta.

Las consecuencias deben ser adecuadas a la situación y coherentes, que se puedan cumplir.

Sea firme, constante, actúe.
El castigo físico

Debe ser aplicado solamente ante desafíos y por padres amorosos es decir que no sean violentos o sean personas que no sepan controlar el enojo. Este debe ser advertido con anterioridad, debe ser siempre inmediato a la acción y cuando usted lo haya advertido, no lo utilice sólo cuando usted no sepa qué hacer. Debe aplicarse con un objeto neutral y no con la mano, el objeto no puede dañar seriamente a su hijo y debe aplicarlo solo en las nalgas.

No es conveniente en niños menores de un año y medio ni en mayores de 10 años.

Ayude a sus hijos a que expresen sentimientos de manera adecuada.

Permita que el amor sea su guía.

Debe entender la intención de la conducta antes de reaccionar.

Debe entender las consecuencias naturales, por ejemplo: si no llegó a comer a pesar de que se le estuvo llamando a comer, debe decirle cuando llega que ya pasó el tiempo para comer y que debe esperarse a la próxima comida.

Cosas que NO debe hacer: utilizar el abuso físico(quemar, empujar, dar un manazo, palizas) ni agresión verbal. No utilice frases hirientes, no discipline con gritos, no amenace ni utilice sobornos por ejemplo te daré una galleta si te sientas en la silla del carro o si haces tal cosa te compro algo.

Recuerde estimular a su hijo, alabarle, aprenda a reconocer los pequeños logros. Recuerde que sus hijos son el tesoro más grande que Dios le ha dado, ámelos y abrácelos. No olvide que la disciplina es sinónimo de amor.

Comunicación en la familia


Una buena comunicación une la familia
Por supuesto que no existe una regla básica para mejorar la comunicación en una família. Cada família es un mundo distinto, un lenguaje único. Lo que sí deberían existir, como forma para mejorar la comunicación, es la voluntad, el interés, y la disponibilidad, por parte de los padres, a que este espacio sea creado y vivido intensamente, en la medida de lo posible. Si lo que quieren es una familia unida, la mejor vía, el más acertado camino, es por la comunicación.


Consejos para ayudar en la comunicación entre padres e hijos
1. Observar el tipo de comunicación que llevamos a cabo con nuestro hijo. Dediquemos unos días de observación libre de juicios y culpabilidades. Funciona muy bien conectar una grabadora en momentos habituales de conflicto o de sobrecarga familiar. Es un ejercicio sano pero, a veces, de conclusiones difíciles de aceptar cuando la dura realidad de actuación supera todas las previsiones ideales.

2. Escuchar activa y reflexivamente cada una de las intervenciones de nuestros hijos. Valorar hasta qué punto merecen prioridad frente a la tarea que estemos realizando; en cualquier caso, nuestra respuesta ha de ser lo suficientemente correcta para no menospreciar su necesidad de comunicación.

3. Si no podemos prestar la atención necesaria en ese momento, razonar con él un aplazamiento del acto comunicativo para más tarde. Podemos decir simplemente: dame 10 minutos y enseguida estoy contigo. Recordemos después agradecer su paciencia y su capacidad de espera.

4. Evita el empleo del mismo tipo de respuestas de forma sistemática para que nuestro hijo no piense que siempre somos autoritarios, que le hagamos sentir culpable, que le quitamos importancia a las cosas o le damos sermones.

5. Dejar las culpabilidades a un lado. Si hasta hoy no hemos sido un modelo de comunicadores, pensemos que podemos mejorar y adaptarnos a una nueva forma de comunicación que revertirá en un bien de nuestra familia suavizando o incluso extinguiendo muchos de los conflictos habituales con los hijos.

6. Cuando decidamos cambiar o mejorar hacia una comunicación más abierta, es aconsejable establecer un tiempo de prueba, como una semana o un fin de semana, terminado el cual podamos valorar si funciona o no y si debemos modificar algo más. Los padres tenemos los hábitos de conducta muy arraigados y cambiarlos requiere esfuerzo, dedicación y, sobre todo, paciencia (¡con nosotros mismos!).

Espíritu positivo


Decálogo del Espíritu Positivo
1. El Espíritu Positivo es una mezcla de serenidad interior, optimismo, caras amables y buen humor. Cultive estas cuatro plantas.

2. Tenga ojos para lo positivo, no se detenga en lo negativo únicamente. Elimine el pesimismo y el derrotismo, considerando los aspectos positivos de la realidad.

3. No permita que la conducta sea resultado de su estado de ánimo: cuando no se sienta bien, sonría; cuando las cosas salgan mal, ríase.

4. Estar siempre alegre es el mejor regalo que puede hacerle a los demás: sonría y mire con cariño.

5. El lenguaje anima o desanima. Por eso no hable cosas negativas –críticas, quejas, lamentos-, ni siquiera con el fin de motivar a otros.

6. Haga de la confianza una clave de su vida. El Espíritu Positivo es el resultado de confiar en uno mismo, en los demás y en Dios.

7. Vea las realidades presentes con “ojos de futuro”; así tendrá serenidad. Ahora se ríe de las “tragedias de niño”; después se reirá de las “tragedias de ahora”.

8. No se tome demasiado en serio a sí mismo. No considere los defectos de los demás como ofensas personales. No haga tragedias de cosas sin importancia. Así vivirá alegre.

9. Prefiera entre sus amistades a personas alegres y serenas. Destierre a los “aguafiestas”.

10. Tenga los pies en la tierra y el corazón en un sueño. El entusiasmo es el estado de ánimo resultante de poseer una visión esperanzada de la vida. Por eso impóngase retos.

Excelencia Personal (decálogo)


Decálogo de La excelencia personal
1. La excelencia comienza con un conocimiento realista de uno mismo: fortalezas y debilidades.

2. No hay excelencia sin exigencia. No hay calidad personal sin esfuerzo. Por eso vencer la pereza y la comodidad es el inicio de la excelencia.

3. Sea sincero con usted mismo: no confunda lo que es, con lo que le gustaría ser. Pregunte a los demás cómo lo ven; así tendrá una buena base para el auto concepto.

4. La excelencia supone repetición de acciones buenas. La fuerza de voluntad se adquiere por repetición de actos que requieren esfuerzo. Por eso, pase a la acción: no se quede en buenos deseos.

5. La agresividad es una señal de inseguridad. Los complejos, los miedos, las manías… van minando la propia seguridad.

6. La envidia y el orgullo son auto destructores de la excelencia.

7. Dos síntomas de autoestima inapropiada: mirar a los demás con aires de superioridad y la falta de confianza en uno mismo.

8. La excelencia personal es un proceso de mejoramiento continuo para desterrar hábitos negativos y adquirir otros positivos.

9. Cuando quiera decir sí, dígalo; cuando quiera decir no, también. Atrévase y no se sienta mal por decirlo. Es su derecho. Pero hágalo con buenas maneras.

10. La excelencia no es la presunción del que se cree perfecto o del que piensa que todo lo puede por sí mismo. Es el convencimiento de que con la ayuda de los demás y de Dios, unidos al esfuerzo personal, puede ser mejor cada día.

Pérdida de los valores en la familia



Crisis de la familia se explica en la pérdida del valor del matrimonio, asegura Arzobispo



BUENOS AIRES, 10 Dic. 06 / 04:32 pm (ACI).- El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, sostuvo que “en lugar de hablar tanto de la ‘crisis de la familia’ tendríamos que referirnos a la crisis o la pérdida de valor de la institución matrimonial, del matrimonio” y pidió “rescatar” la “preparación al matrimonio y la idea misma del matrimonio”.

En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, el Prelado lamentó que se tome con “enorme ligereza” algo que es fundamental para la vida de la sociedad, “porque la familia fundada en el matrimonio, no está destinada solo a la felicidad de las dos personas que se casan y, eventualmente, de sus hijos, sino que en ella se funda también el equilibrio, la perfección, la belleza de una sociedad” que sea una “auténtica comunidad”.

El Prelado afirmó la necesidad de “recordar con insistencia que, en realidad, no hay familia sin matrimonio, aun cuando mucha gente esté confundida al respecto; también algunos legisladores lo están. Tenemos que recordar que la familia se funda en el matrimonio que es la unión estable de un varón y una mujer”.

Para el Arzobispo platense, “una de las causas de la actual depreciación del matrimonio ha sido la famosa ley de divorcio” pues hoy “en la Argentina, en el orden civil, ya nadie puede contraer un matrimonio indisoluble, para siempre. Se piensa que el matrimonio es provisional, porque se lo puede disolver a voluntad y esta posibilidad se convierte en una convicción; como consecuencia se crea una ambigüedad notable respecto de lo que significa el matrimonio como realidad estable”.

Mons. Aguer destacó que “el origen de esta fragilidad” se debe encontrar “en la preparación, en lo que antes se llamaba el noviazgo. Y digo antes porque el noviazgo ha cambiado de carácter; en estos tiempos se suele usar ese término, pero no para referirlo a un tiempo serio de amistad, de profundización en el conocimiento mutuo en orden al compromiso matrimonial”.

¿Solo el amor basta?

Seguidamente, el Arzobispo comentó que “la gente, al parecer, se casa por amor” y se preguntó “¿qué significa ese amor?” señalando que “muchas veces excluyen totalmente las razones que fundamentan la decisión” y si bien aclaró no había de establecer “una oposición entre casamiento por amor y casamiento por razón” aseguró que el matrimonio debe pensarse como “un proyecto de vida, pensado y asumido en común, para ser vivido con amor fiel y fecundo”.

“El amor puramente romántico o pasional, sin un proyecto de vida común, no puede durar y queda librado al vaivén de las circunstancias, de las emociones, de los intereses. Quizás es éste uno de los problemas fundamentales que hoy en día ponen en jaque la estabilidad y solidez de la familia. No dura porque esa unión no estaba destinada a durar”.

Finalmente rescató como una “cosa importantísima” la paciencia explicando que “los amores más grandes se prueban en la convivencia cotidiana, es entonces allí donde hay que limar asperezas, hay que remendar continuamente los agujeritos que se abren en la relación. Es preciso ir ajustando la convivencia, lo cual supone esfuerzo en la modificación de caracteres, en la armonización de inquietudes y de intereses

Crisis de autoridad dentro de la familia


Por
© Roberta Maso-Fleischman, Ph.D.

El manejo de la autoridad de nuestras familias hispano-hablantes ha sido tradicionalmente autocrático. El padre y la madre imponen las normas, ellos corrigen y castigan o premian. Pero el padre es el que tiene la última palabra, en él reside la responsabilidad económica y social y moral de la familia.

Este es un modelo que ha funcionado durante siglos y todavía funciona en muchas familias. ¿Cuáles son las ventajas del estilo autocrático? El poder y la responsabilidad están concentrados en el padre y la madre, no se comparten con los hijos; es una manera rápida y económica de manejar la familia, siempre y cuando los hijos sean obedientes o sometidos. ¿Y cuales son sus desventajas?
Cuando todo depende de Papá y Mamá, los niños tienen poca oportunidad para tener iniciativa y a participar. Los niños no han aprendido como funcionar en grupo, a cooperar o a contribuir con ideas nuevas. Solo saben obedecer y a responder al miedo que sienten frente a las exigencias y a los castigos de Papá y Mamá.

Pero hay familias donde este estilo autocrático ha dejado de funcionar. Estas son familias donde el estilo autocrático se ha resquebrajado y los padres no han encontrado todavía la manera para que los niños asuman sus responsabilidades, sean obedientes y cumplan con las normas de la familia. Estas son familias donde nadie está contento y donde hay mucha tensión o 'stress'. Son familias donde surgen constantemente pequeñas crisis de autoridad y, a veces, a crisis más grandes. Los padres no saben que hacer, porqué sienten que están perdiendo el control sobre los niños y temen perderlo completamente.

Lo primero que les voy a decir es que las crisis son buenas y son sanas, siempre y cuando tengamos la fortaleza de encararlas y examinarlas. Las crisis son buenas porqué nos obligan a darnos cuenta que la familia no está bien y son sanas porqué nos obligan a actuar, a cambiar.

¿Qué hacer? Ante todo, no se descorazonen.

Recuerden que en una familia con un estilo autocrático los niños aprenden a obedecer y/o a rebelarse, sin embargo no hay lugar para la participación y cooperación. Es un estilo que no promueve la verdadera fortaleza emocional y espiritual, ni la responsabilidad, y el tipo de liderazgo que los niños aprenden es un liderazgo opresor y no uno que invita la iniciativa y la creatividad del grupo. Los niños que crecen en un ambiente autocrático tienen dificultad para ajustarse luego al mundo moderno.

Segundo, ¿cómo cambiar cuando hay crisis de autoridad en la familia? El cambio que les propongo es un cambio hacia un manejo más democrático de la disciplina en el hogar.

No se asusten, no estoy hablando de una ausencia de normas, ni siquiera una disminución de normas. No. A lo que me refiero es que en vez de que las normas vengan impuestas desde arriba, por los padres, estas normas van a surgir de los diferentes miembros de la familia, de los miembros que las tienen que cumplir.

Habrá que decirles a sus hijos que van a tener una reunión muy especial para discutir cosas muy importantes. Luego les dirán que Uds. quieren discutir las normas de su familia entre todos y que cada uno (incluyendo a Mamá y Papá) va a decir cuales son sus responsabilidades y las normas que tiene que cumplir. Además, cada uno va a pensar y a decir cuales van ser las consecuencias al no cumplir con una responsabilidad o norma.

Habrá que explicarles también que en una familia cada uno tiene su espacio y que a medida que uno va creciendo cada uno también necesita de un tiempo para estar solo, para leer, estudiar, pensar o jugar y que ésto tiene que ser respetado por los otros.

En otras palabras, se van a discutir las responsabilidades y las normas que tienen que cumplir todos los miembros de la familia y las consecuencias al no cumplirlas, se va a hablar del espacio y del tiempo de cada quien, desde el padre hasta el más pequeño.

¿Se dan cuenta de lo que les estoy proponiendo? ¿Entienden que les estoy sugiriendo que compartan el poder y la autoridad con sus hijos; que la familia ha tradicionalmente colocado en los padres? ¿Y comprenden de que si las responsabilidades y las normas de cada quien son discutidas y no impuestas, los niños se van a sentir co-responsables, se van a sentir muy importantes, se van a sentir tomados en cuenta y van a estar listos para asumir sus responsabilidades?

A través de este sistema Uds., los padres, están promoviendo la cooperación de sus hijos, su auto responsabilidad, su iniciativa, la comprensión de las necesidades de las normas, la comprensión de la necesidad del respeto hacia el otro, respeto por su espacio y respeto por su tiempo.

ADVERTENCIA. Si deciden incursionar por esta vía, háganlo muy seriamente, porqué sus hijos sí lo van a tomar muy a pecho, y no hay que defraudarlos.

Pregúntense:

¿Están dispuestos a compartir con sus hijos el poder que ejercen en su familia?


¿Tienen confianza en la capacidad de sus hijos de contribuir con la familia y de aceptar sus responsabilidades?


¿Creen que pueden lograr un cambio en su familia?


¿Está Ud., Mamá, comprometida con esta manera distinta de manejar su familia?


¿Está Ud., Papá, comprometido con esta manera distinta de manejar su familia?
Si la contestación es negativa a algunas de estas preguntas... Uds. no están listos todavía.

¿Cuales son los beneficios para Uds., padres? Van a dejar de ser papás policías. Van a sentir como si un gran peso se les hubiera quitado de los hombros. Habrá una gran inyección de energía en la familia. Los niños se mostrarán interesados, porqué tendrán una misión que cumplir, su lugar en la familia está claro y estarán ansiosos de cooperar..... ¿Les parece que todo ésto suena imposible, idílico? ¡No lo es! ¡Uds. no tienen idea de las reservas y las capacidades que tienen sus hijos y como responden al sentirse tomados en cuenta!


La Reunión Familiar
El eje central de esta nueva manera de estar y convivir en familia es la reunión familiar. Si no han leído "Las Decisiones en Familia" los invito a que lo hagan ahora, antes de seguir, ya que lo que expongo a continuación está basado en ese texto.

ADVERTENCIA: La Reunión Familiar no es una estrategia o actividad únicamente para las familias con crisis de autoridad. La Reunión Familiar es para cualquier familia porqué hace de la vida en familia algo más placentero, los padres pueden abandonar un poco su rol de fiscales del orden y utilizar esa energía en cosas más gratas. No obstante, para las familias con crisis de autoridad, que ya están al borde, que ya no saben que hacer, La Reunión Familiar es un regalo y un alivio después de tanto luchar y después de tantas tensiones.

¿Cuándo y cómo empezar? Una vez que Uds., Papá y Mamá, estén seguros de que quieren emprender este camino, empiecen. Seleccionen un día de la semana y una hora que van a apartar regularmente para La Reunión Familiar. La Reunión Familiar no solo tiene que formar parte de la rutina semanal de su familia sino que poco a poco se va a convertir en una actividad muy especial e importante.

Hay que escoger un lugar donde todos se puedan sentar cómodamente, en círculo y al mismo nivel. Durante la duración de La Reunión Familiar no se van a permitir interrupciones de llamadas de teléfono, beepers, etc. Elijan un nuevo líder y un secretario para cada reunión, y cada reunión tiene su agenda (en la primera reunión el líder tendrá que ser el padre o la madre y si los hijos no saben escribir, la función de secretario y el mantenimiento de la agenda recae sobre la madre o el padre.)

En la primera reunión van a explicar el propósito de La Reunión Familiar, traten de que el tono no sea ni grave, ni amenazante o autoritario. Recuerden que tienen que crear un ambiente donde el niño se sienta con la libertad de poder expresarse. Recuerden que Uds., Papá y Mamá, son unos miembros más del grupo, sujetos a las mismas reglas. Es muy importante que La Reunión Familiar no sea muy larga, para que los niños no se fastidien, y que termine con un tono muy positivo, donde cada quien le diga a los otros miembros de la familia lo que le gusta de ellos o porqué los quiere. En la primera reunión no van a poder discutir todas las normas de la familia ni todas las responsabilidades de cada quien, así que empiecen examinando algunas nada más y dejen el resto para las siguientes reuniones.

¿Qué edad tienen que tener los niños para participar? Cuando el niño o niña más grande tenga 4 o 5 años es una buena edad para empezar. Los otros más pequeños se van integrando paulatinamente. La Reunión Familiar es una muy buena actividad para introducirla y empezarla cuando los niños están entre los 4 y los 12. Cuando los hijos son adolescentes es más difícil convencerlos de las bondades y de la necesidad de La Reunión Familiar.

¿Cuales son las ventajas de este método? Además de aliviar las tensiones en la familia, están preparando a sus hijos a funcionar en un mundo moderno.

La sociedad de hoy en día es mucho más flexible que la de otras generaciones. Nos permite cumplir distintos roles, a veces somos partes de un equipo y contribuimos a su funcionamiento, crecimiento y producción, otras veces estamos al frente de un grupo, guiándolo, animándolo, buscando una nueva dirección o solución. Estos roles se pueden dar en las diferentes facetas de nuestras vidas, se pueden dar en la escuela, como se pueden dar en la universidad, en el trabajo, en los deportes, hasta dentro de nuestro círculo de amigos.

¿Cómo preparar y educar a nuestros hijos para que se inserten y funcionen con éxito a la sociedad actual; cómo enseñarlos a funcionar en grupo, a participar y a liderizar? Pues en la familia. Aparte de alimentarlos, vestirlos, protegerlos, quererlos mucho, enseñarles nuestros valores y algunos modales, nuestra labor como padres es prepararlos para el mundo moderno.

Y desde pequeños podemos preparar a nuestros hijos a participar en grupo, a tener iniciativa, a ser responsables, a cooperar, ser creativos y a ser líderes. Esto se puede lograr a través de La Reunión Familiar y si el padre y la madre están dispuestos a compartir un poco de su autoridad y su poder con sus hijos.


El compromiso y el apoyo del jefe de familia para llevar a cabo la Reunión Familiar es de primordial importancia para poder lograr el cambio.

En una familia que está constituida por un padre, una madre e hijos, si el padre no cree que el cambio sea posible, no vale la pena intentar hacer la reunión familiar. La aprobación y el compromiso del padre son básicos para lograr cambio y para el éxito de este nuevo estilo de convivir en familia. Su visto bueno y su empeño son necesarios para que su esposa y sus hijos sigan su ejemplo y se arriesguen a probar esta nueva manera de estar en familia.

Si la familia está constituida por una madre sola o un padre solo e hijos, el cambio esta garantizado porqué la figura de autoridad es una sola, y madre o padre, solos, son los que añoran el cambio y lo introducen.

viernes, 23 de noviembre de 2007

El Divorcio y los hijos


Según J. Botella ( 1999) En nuestra época los índices de separación y divorcio son cada vez más elevados. Entre un 40 y 50% de los matrimonios iniciados terminan en divorcio. Casi 4 de cada 10 niños nacidos entre 1980 y 1990 pasaron o pasarán parte de su niñez en una familia con un solo padre. En Argentina, de cada 100 parejas que se han casado, 5 viven bien integradas, 25 se separan, 70 viven con conflictos. (Página 50).

Generalmente las parejas que se divorcian tienen historias de divorcio en sus familias. Es más frecuente en matrimonios que se han casado jóvenes o que provienen de distintos niveles socioeconómicos.

Diferentes son las situaciones que desencadenan en un divorcio o separación. En entre otras se encuentra la inclusión de un tercero, violencia por parte de alguno de los cónyuges, celos, problemas económicos, problemas sexuales, problemas en la interpretación de la realidad, de creencias y mitos (las creencias compartidas que contienen muchas de las reglas secretas de la relación). Las personas evolucionan y cambian a lo largo de la vida, lo que en ocasiones provoca que un cónyuge descubra que el otro no es el mismo con el que se casó. A su vez, ambos pueden estar satisfechos con estos cambios, pero también puede sentirse desilusionados siendo esto motivo de conflicto constante.

Dice J. Carrobles ( 1999) que el divorcio suele ser visto como un peligro de desintegración familiar, pero también puede ser una oportunidad para crecer, si la crisis se resuelve, ya que como toda crisis, al resolverse, se pasa a otra etapa de cambio.

El divorcio es un factor traumático tanto para los cónyuges como para los hijos, pero no por ello debe ser disfuncional. La disolución de una relación significativa puede producir trastorno emocional, angustia y sufrimiento en la persona que lo vivencia. Incluso llegar a ocasionar depresión, intentos de suicidio, enfermedades psicosomáticas.

Actualmente el divorcio es aceptado socialmente gracias a factores tales como la pérdida de la influencia de la religión o del resto de la familia, la agilidad de las leyes de divorcio, etc. (Página 55).

La mayor parte de las personas que se divorcian sufren sentimientos depresivos, ambivalencia, o cambios de humor; y la recuperación suele durar aproximadamente dos años, durante los cuales una psicoterapia sería necesaria en muchos casos, para poder hacer frente a estos síntomas y a la recuperación favorable de la persona y su entorno, que puede ser de fundamental apoyo en la terapia.

Divorcio y Efectos Sobre Los Hijos



Según M. Albarracín ( 1991) los hijos deben ser tenidos en cuenta en el momento previo y posterior al divorcio. La solución ideal en un divorcio difícil es la que menos perjudique a los niños, pero sin dejar de lado la que menos perjudique a toda la familia, ya que el hecho de perjudicar a uno de los miembros hará que sufran todos los demás. El principal problema que tienen los hijos cuando surge la separación o el divorcio, es que los padres incurren en una serie de conductas erróneas para con ellos. Los padres no deben utilizarlos como "espías" para que les informen qué está haciendo el otro cónyuge, o como "corre ve y dile" o "mensajeros" para comunicarse entre ellos. Los padres no deben presentar reacciones agresivas contra sus hijos para vengarse de la pareja. No deben amenazar a la pareja en el sentido de que si se divorcian le harían un daño tremendo a los hijos para tratar de evitar la separación. (Página 15).

La custodia de los niños debería ser compartida y que el niño tenga acceso a ambos padres, ya que el hecho de mantener contacto regular con ambos progenitores les permite crecer y desarrollarse mejor.

Según P. Hercovici (1998) dice que si la pareja marital no logra llevarse bien, vive conflictuada por diferentes motivos y llega a divorciarse, es necesario que la pareja parental o "función parental" permanezca unida. La función parental debe ser compartida por ambos padres, de lo contrario causará ambivalencia en los hijos, sabotaje y coaliciones con uno de sus progenitores, pudiendo llegar a causarle serios daños psicológicos a éste. Es preciso que ambos padres estén de acuerdo en las normas a impartir, que coordinen acuerdos básicos. (Página 33)

Este último punto es el más difícil, ya que esta función está más relacionada con las prohibiciones, por lo que resulta la más frustrante y estresante. A esta función la llamamos "normativa". La función nutritiva consiste en dar amor, cuidado, satisfacer las necesidades básicas de alimentación, abrigo.

C. Díaz ( 1986) dice que es fundamental que los padres puedan lograr esta discriminación, separando la crianza de los hijos de los resentimientos del post-divorcio, siendo capaces de soportar las frecuentes comunicaciones con su ex-cónyuge, cooperando en forma conjunta en la educación de los hijos. (Página 25).

Los padres tendrán que tomar una serie de decisiones que van a afectar la crianza de los hijos, relacionada con la residencia, enseñanza, salud, y las relaciones con la familia extensa.

M. Ramírez (1999) La reacción del niño ante la separación o el divorcio va a depender de la edad que tenga, ya que su manera de percibirlo va a ser distinta. Los niños de 3-6 años no comprenden lo que sucede y se sienten culpables, en cierto modo, por la ruptura; los de 7-12 años sufren consecuencias escolares, como ser un retroceso; los hijos mayores entienden el divorcio, se sienten dolidos, críticos, pero consideran que los padres pudieron haberlo evitado si hubieran intervenido sobre la situación. (Página 58).

J. Botella (1999) dice que, independientemente de la edad, es una alteración emocional y conductual. Algunos niños pueden tener la fantasía de que sus padres volverán a unirse. (Página 60).

Los niños necesitan de 3 a 5 años para recuperarse y readaptarse del divorcio, pero alrededor de un tercio sufre un trauma psicológico persistente. El síntoma más evidente que padecen es la agresividad.

J.Carrobles (1999) dice que, al producirse el divorcio, los padres no deben quedar resentidos con sus hijos. No deben existir conductas inapropiadas contra los hijos, tales como el abandono afectivo por parte del padre que no tiene la custodia o sobreprotección por parte de quien la tiene. No se le debe presentar al hijo una nueva pareja antes que él esté en capacidad de asimilar ese impacto. Todos estos comportamientos provocan conductas profundamente obstaculizadas en la evolución psicológica de los niños. Investigaciones revelan que los hijos de padres divorciados presentan menor autoestima que los de matrimonios constituidos. El divorcio es el más grande stress que un niño pueda soportar como hemos visto. Los niños perciben la muerte de un padre de manera más natural que un divorcio. Los hijos de divorciados necesitan más tratamiento psicológico que los de los no divorciados. Las consecuencias de una conducta inadecuada de los padres cuando se divorcian puede ocasionar ansiedad, miedo, inseguridad, sentimientos ambivalentes y diferentes trastornos de conducta. De manera que si una pareja se encuentra en proceso de divorcio, debe tener en cuenta:

1º El problema es con su pareja, nunca con sus hijos.

2º La única forma en que sus hijos no sufran durante la separación o divorcio es que los padres estén plenamente conscientes de que deben explicarles claramente la situación a ellos y decirles que, independientemente de la decisión que tomen, ambos cónyuges seguirán queriéndolos y ayudándolos.

3º Si no hay más remedio que el divorcio, siempre será preferible una separación amistosa que una conflictiva, por el bienestar y seguridad de los hijos y de la propia pareja.

4º Hay que hacer un gran esfuerzo para superar el rencor y la rabia, pero es indispensable por el bien de todos. Página 63

Según M. Ramírez ( 1999)dice que si el ambiente que rodea al niño es favorable, es decir que sus padres pueden ejercer juntos la paternidad, muestran un comportamiento consistente frente al niño y evita discusiones frente a éstos, los hijos lograrán adaptarse bien al divorcio. (Página 68).

C. Díaz (1986) habla que los adolescentes suelen pasar más tiempo fuera de la casa luego del divorcio; los hijos presentan creencias más problemáticas respecto ante la separación o divorcio de los padres, cuando éste se produce de manera destructiva. En estos casos, lo niños tienden a culpabilizar más al progenitor no custodio (pero las concepciones son menos culpabilizantes si los niños mantienen contacto con los progenitores no custodios, al mismo tiempo que experimentan menos sentimientos de abandono. Se ha comprobado también que la mayor presencia de creencias problemáticas se asocia a mayor inadaptación social y personal de los niños. (Página 30).

P. Hercovici (1998) dice que el hecho de que los niños vivan con uno de sus progenitores es la prueba de que efectivamente se produjo la ruptura del matrimonio de sus padres, y lo manifiestan con enfado y rabia; en ocasiones difícil de manejar por el padre custodio. (Página 36).

Hay diferentes reacciones de los padres :

Cuando comparten con los hijos el enojo hacia el otro progenitor.

Cuando desplazan el enojo que sienten hacia la otra parte hacia los hijos.

No respondiendo a las necesidades de los hijos por estar demasiado ocupados en sus propias necesidades.

Intercambiando cuestiones personales con los hijos como si fueran pares.

No proporcionándoles límites necesarios y apropiados.

Utilizando a los hijos mayores para que cuiden de los menores.

Viendo a los hijos como propiedades.

J. Wallerstein (1991) retomó estudios realizados, observó que una década después del divorcio muchos de los hijos tienden a evitar casarse jóvenes y/o bajo influjo de sus impulsos, que valoran el amor romántico duradero y comprometido. Además se formuló que más del 33 % confiesa que ha sido muy importante mantener el contacto con ambos progenitores y que éstos hayan dejado de pelearse continuamente. (Página 40).

La Custodia De Los Hijos



P. Hercovici (1998) dice que la custodia se confía al padre que se considera más apto para hacerse cargo de los niños e intenta proteger de la mejor forma los intereses que éstos tengan. Igualmente es común que se la confiere a la madre. Hasta fines de los sesenta era difícil que un padre consiguiera la tenencia de su hijo salvo por enfermedad psicológica de la madre, dependencia de drogas o alcohol de ésta, etc.(Página 39).

Hay distintos tipos de custodia:

Compartida: los hijos pasan la mitad del tiempo con cada uno de sus progenitores. Es la más frecuente. Los padres deben compartir no sólo los derechos sobre los hijos, sino también las responsabilidades y obligaciones sobre los mismos.

Separada: los hermanos se separan y cada padre se responsabiliza de uno o más de sus hijos.

Única: El niño se queda con un sólo de sus padres, y el otro tiene derecho a visitas que son otorgadas por el juez.

La custodia es preferible que sea compartida, pero cada caso es único y por lo tanto, se estudia y evalúa en forma particular.

Cuando se cede la custodia a uno sólo de los padres podrán surgir problemas entre los niños y el progenitor custodio con el que no posee la custodia.

El padre no custodio pierde la gratificación del día a día y con ella las responsabilidades que acarrea la paternidad, provocando problemas emocionales en los padres y en los niños.

Un nuevo hombre-Un nuevo mundo

Un nuevo hombre - Un nuevo mundo
Por: Michel Balivo
Fecha de publicación: 15/10/07

imprímelo mándaselo a
tus panas

Imagínate que cada mañana que abres los ojos y te levantas, tengas que mirar con extrañeza los botones de tu camisa preguntándote qué son y para qué sirven, aprendiendo luego cada vez a abrocharlos. El mismo proceso para cada tarea a realizar. Peor aún, imagínate que cada ser humano que nace ha de reaprender todo el proceso histórico de poner erecto su cuerpo y dar sus pasos para caminar por primera vez.

Queda clara entonces la gran utilidad y ahorro que esta función de memoria realiza, liberando energía atencional para el aprendizaje de nuevas funciones. Sin embargo, con el paso de los años, con la acumulación de experiencias, con la repetición de actos en una dirección, comienzan a predominar hábitos y creencias que se imponen a la conciencia

Podríamos decir entonces que todos estamos fuertemente condicionados, determinados por nuestros sistemas de intereses, que en la mayoría de los casos no son concientes, pues se han convertido en hábitos y creencias que ya no requieren atención, sustituyendo la inicial frescura y/o libertad de elección.

Cuando todo un modelo social se agota convirtiéndose en limitación y generación de sufrimiento colectivo, entonces hábitos y creencias operan como enemigos de la evolución, de la transformación necesaria de estructuras y determinismos.

Podríamos decir entonces que resulta impensable que un viejo hombre pueda concebir, gestar y parir, dar a luz un nuevo mundo. Justamente por eso la revolución ha de ser el ejercicio mediante el cual intentando el cambio, la superación de circunstancias insatisfactorias, sufrientes, limitantes, la conciencia pueda ir cayendo en cuenta de aquello que la habita.

Sin embargo las mismas circunstancias se interpretan de diferentes formas según los actores. Y así como en el artículo anterior dije que vivíamos en una sociedad del plástico sin reconocerlo siquiera, podemos tranquilamente decir ahora que vivimos en una sociedad de instituciones democráticas representativas sin tampoco reconocerlo.

Si yo digo por ejemplo que en Venezuela se están haciendo pruebas piloto para poner al alcance de los niños desde temprana edad todas las técnicas y herramientas para la expresión artística. Que cientos de miles de niños sin importar su nivel social, tienen acceso a un sistema de orquestas sinfónicas como las que ahora causan sensación en Europa.

Alguien puede contestarme muy convencido que esas son cosas secundarias. Porque de acuerdo a la historia las élites dominantes no perdonan y cobran muy caro las irreverencias de las clases trabajadoras. Por tanto hay que darle prioridad a la educación ideológica, a la defensa y a la productividad, que son las cosas concretas por donde pueden volver a infiltrarse y retomar el poder.

Pero resulta que esos mismos que así opinan luego se sorprenden que haya un 40% de gente que vota en contra de la revolución, cuando con mucha suerte pueda haber un 10% privilegiado. Otro 10% de asalariados, es decir esclavos modernos, y el 20% restante que comparte la miseria general.

También se sorprenden de que si entrevistas a uno de ellos por la calle, asevera que este no es un gobierno democrático porque no tiene oposición, dicen que no ha hecho nada y que nos está cubanizando lentamente. Si le preguntas si conoce personalmente las misiones, si ha tratado con un médico o preparador deportivo cubano, si ha ido a Cuba, responderá que no a todas las preguntas. ¿De qué habla entonces? ¿Qué hace sino repetir matrices de opiniones escuchadas en los medios?

Es entonces que te das cuenta de que si das exagerada importancia a un tipo específico de conocimiento, si especializas ciertas cualidades de la siquis en detrimento de otras, entonces todo eso reprimido, desatendido, a lo cual dimos espaldas por la supuesta urgencia de las circunstancias, luego te pasa factura.

Ahora se está divulgando y debatiendo en que consiste, cual es el contenido de la reforma constitucional. Algunos actores de la oposición argumentan que no puede hacerse en diciembre porque la gran mayoría no sabe de qué se trata. Mientras otros se quejan de que el gobierno haga cortos de unos segundos para informar por TV, o haga lo que llamamos parlamentarismo de calle, reuniéndose los diputados con el pueblo en las diferentes parroquias, alcaldías, plazas, parques, casas de estudios por todo el país.

Este gobierno ha ganado todo tipo de elecciones por un 60% y tiende a crecer significativamente en su aceptación luego de ocho años. La oposición se retiró de las elecciones a la asamblea constituyente para alegar que no eran válidas y promover alguna intervención desde el exterior, ya que está claro que no tienen posibilidades en los comicios.

Esta oposición no tiene más propuestas que librarse del presidente Chávez, (mejor dicho de la constitución y el plan estratégico aprobado en referendo popular que él ejecuta), asustando a la gente sobre los fines ocultos que persigue. Todo ello con el eco que le hacen las cadenas de los medios desde el exterior, con las mismas filmaciones trucadas que ellos hacen y envían.

Queda claro entonces que no tenemos la menor idea de que la democracia es el gobierno que las mayorías eligen libremente, mayoría que en gran parte de los casos no pasa de un 25 o treinta por ciento. Una vez que ha sido elegido el gobierno se supone que ese gobierno es de y para todos actuando en consecuencia. Y como ciudadano democrático tú lo aceptas así.

Entonces te gusten o no, tu estás dentro de sus programas y solo puedes oponerte a ellos mediante los mecanismos democráticos que tu constitución posibilite. De lo contrario estás conspirando contra la voluntad expresada democráticamente por la mayoría.

Pero todo ello se desconoce e ignora ingenua o malintencionadamente para alterar, dificultar e impedir si fuese posible, la dirección del plan propuesto y apoyado en múltiples elecciones, consultas y referendos populares. Cuando tu obvias la base de todo el juego democrático entonces entras en el terreno de la relatividad, que te posibilita decir cualquier barbaridad sin sentido e interpretar todas la reglas atentando contra ellas a tu conveniencia.

Justamente porque has obviado o tergiversado que la única validez de todo juego, es que fijamos y aceptamos sus reglas de común acuerdo y para mutua conveniencia. En el campo de las intenciones, de lo humano entonces, los dioses que reinan son los que encarnan las organizaciones o conductas sociales.

Podemos llamarle tranquilamente dioses de libertad-esclavitud, de justicia-injusticia, y resumirlos en humanidad-inhumanidad. De ese modo nosotros sabiéndolo o no elegimos y construimos con los actos de cada día, los entornos sociales en los que han de transcurrir nuestras experiencias de vida.

Disponer de la libertad de elección de qué afirmarás con tus actos de cada día, es como disponer de una gran suma de dinero a tu nombre en el banco. Lo sepas o no allí está, la estás usando y eres el responsable de lo que hagas con ella, de cómo la gastes, en qué la inviertas. Los dioses o demonios con que creas encontrarte luego, no serán sino la resultante acumulativa de tus actos de violencia o respeto del prójimo.

Llegamos entonces al punto donde postergar todo un espectro de capacidades humanas en aras de la urgencia de ciertos objetivos, tiene luego sus consecuencias. No estamos diciendo que se desatienda la urgencia de las circunstancias, de hecho en Venezuela el ejército trabaja hombro a hombro con el pueblo, el pueblo se sabe ejército en caso de necesidad, y el ejército se sabe pueblo en tiempo de paz.

Tampoco se ha descuidado la renovación del armamento preventivo, defensivo, ni las asociaciones estratégicas internacionales. Ni se ha desatendido la necesidad de educar las personalidades en la dirección de la complementación solidaria, libre, justa, socialista, de verdadera participación y protagonismo democrático. El nuevo currículo de estudios en construcción y la Misión Ché Guevara son la mejor prueba de ello.

¿Pero nos quedaremos allí? ¿Es suficiente con ello? ¿Y lo nuevo, el cambio dónde está? ¿Cómo estás demostrando, conductualizando tus ideales de libertad, justicia, igualdad? Por eso están todas las misiones inclusivas y solidarias sin la menor discriminación de ningún tipo a nivel nacional, y el Alba a nivel internacional. Por eso están los Consejos Comunales y los batallones del PSUV como organizaciones de base con verdadero poder económico y político.

Justamente para revertir ese tropismo de esclavitud, injusticia e irrespeto por el otro, que utiliza la propia intencionalidad y libertad de elección para negar la ajena, deshumanizándolo y deshumanizándose, es que es necesario volver a hacer disponibles todas las herramientas expresivas con que contamos, por inútiles que la urgencia del momento las haga parecer.

Porque resaltando un momento y una dirección sobre todas las demás, fue como nos postergamos y limitamos a nosotros mismos llegando a estas circunstancias. Y si en el momento siguiente a recuperar nuestra libertad, si es que eso fuese posible, la descuidáramos ahora para posibilitar la enseñanza de las artes, entonces volveríamos a reducir nuestras posibilidades en una cadena cíclica .sin fin, donde siempre estaríamos corriendo de atrás y saltando de las limitaciones de un casillero a las del siguiente.

Estructuralidad, simultaneidad y ubicuidad de funciones, son entonces los requerimientos de un proceso verdaderamente revolucionario que deje atrás la violencia de la injusticia e inhumanidad heredada. En otras palabras todo ha de avanzar en conjunto para no tener que volver una y otra vez a recoger los pedazos que vamos dejando a espaldas por el camino en nombre de las urgencias, de la cortedad de una mirada contraída, limitada.

No podemos entonces sorprendernos ni quejarnos de que nuestros conciudadanos no sepan sino repetir como loritos lo que escuchan martillar todo el santo día por los medios de comunicación. Que no hayan ganado la capacidad de sentir y pensar con libertad, de apoyarse y caminar con sus propios pies. Pues no es sino la resultante acumulativa de las elecciones que hemos hecho históricamente.

Si el repetir como loritos de memoria que nos han enseñado, como capacidad de conservar lo que la historia nos hace disponible, que no es poca cosa, es lo que ha construido estas circunstancias, encarnado socialmente estos dioses. Pues el hacer ahora nuevamente disponibles todas las herramientas expresivas, simultáneamente con las prioridades del momento, abarcando e incluyendo, es lo que ha de corregirlo y sacarnos de esta situación.

De ese modo cuantas más posibilidades tengamos de acercarnos y conocer de diferentes modos nuestro prójimo, nuestro entorno y sus objetos, mayor será la riqueza de las respuestas que podamos dar a cada circunstancia que se nos presente. ¿Y que es eso sino arte? ¿Y que mayor objeto de arte que un ser humano? ¿Qué mayor arte que el de acercarse, conocerse, descubrirse, transformarse, sorprenderse, transfigurarse ante la propia mirada, como si nos viésemos por primera vez?

Es así como contrarrestaríamos aquellos hábitos y creencias que encierran y atrapan a la conciencia en sus experiencias y conocimientos parciales, obligándola a repetir el resto de su vida lo aprendido tensa y urgentemente en una tierna y temprana etapa, en la que no disponemos de parámetros para comparar.

Cuando te acercas al mundo, sus personajes y objetos, y los conoces y grabas tensamente por la supuesta urgencia y necesidad del momento, cualquier aprendizaje que recuerdes aflorará luego tensa y temerosamente, reproduciendo y contaminando así tu pasado cada nuevo y posible momento, en una espiral sin fin ni salida.

Nada más importante y revolucionario entonces que posibilitar nuevos acercamientos distensos, alegres, calmos, que permitan reconocer y contrastar los fantasmas del pasado que te acechan y amenazan, haciéndote creer que todo mañana será inevitable repetición de tu temido ayer. ¿Cómo no temer y desear huir de la violencia de tales creencias y experiencias?

Un nuevo mundo implica entonces una conciencia que aprende a acercarse a si misma y conocerse, experimentarse de nuevos modos. Ayer fomentamos la conservación del mundo histórico que nuestros antepasados hicieron emerger de la naturalidad. Dimos primacía a la herencia, a la continuidad de lo aprendido, de la tradición.

Inculcamos sin reparar en los métodos la obediencia a la autoridad y primacía del pasado, de la memoria y los blancos cabellos sobre la imaginación y el futuro. Pero hoy que por acumulación tal conocimiento se revoluciona produciendo inhumanidad y agotamiento del entorno, no nos queda más que reconocer la inviabilidad e indispensable corrección de tal tropismo.

Por eso pese a que creo conocerte y saberlo todo de ti, me gustaría acercarme a ti sin urgencias, sin otra intención que volver a conocerte de nuevos modos. Y si la presión del pasado fuese tan fuerte en ti o en mí que no lo permitiese, quisiera poder recordar que ni tú ni yo elegimos en nuestra tierna infancia estar de este modo en el mundo.

Desearía con todo mi ser aprender el arte de la paciencia para que juntos, tu y yo, sin importar el tiempo que tomase, pudiésemos volver a sentirnos y vernos de nuevos modos. Que esta vez no impliquen urgencias, tensión, temor, ningún tipo de violencia tácita o explícita ni segundas intenciones, que nos posterguen nuevamente en aras de otros intereses.

Entonces en esa alegría renovada de estar juntos, sin otro motivo que compartir lo que somos, seguramente brotarán las imágenes de un nuevo mundo, que no serán sino expresión de esa alegría y cercanía del compartir sin temor. Si no te temo ya no puedes ser mi enemigo. Si no eres mi enemigo ya no hacen falta competencias ni defensas preventivas.

Brindo por ese mañana que valga la pena construir, que despierte nuestras mejores fuerzas y creatividad, que pueda darle sentido a la desorientación de la vida aunque todo parezca negarlo y oponerse hoy. Brindo por esa fe inquebrantable, por esa dirección de acción irreducible. ¡Por ti y por mí! Seas quien seas. ¡Por nosotros!

Michel
Balivo

SIDA Riesgos y Contagios


Las ideas y actitudes erróneas convierten a los adolescentes en el grupo con mayor riesgo para el contagio del SIDA, según un estudio de la UGR
- Los investigadores han evaluado en adolescentes su conocimiento acerca de la enfermedad, la susceptibilidad a la infección por el VIH, la comunicación con los padres y amigos sobre el tema y la ejecución de conductas de riesgo, entre otros parámetros
- Según datos de la UNESCO, más de cuarenta millones de adolescentes se infectarán por VIH hasta el año 2030
C@MPUS DIGITAL La UNESCO estima que para el año 2030, más de cuarenta millones de adolescentes de todo el mundo se infectarán del VIH. Por su parte, los datos aportados por el Registro Nacional de SIDA revelan que el mayor número de casos diagnosticados desde 1981 hasta junio de 2005 ha sido en el intervalo entre los 25 y los 34 años de edad. La mayor incidencia de embarazos no deseados en jóvenes menores de 19 años, la consolidación durante la preadolescencia y la adolescencia de actitudes, valores, creencias y hábitos que pueden incidir en la adopción de prácticas sexuales poco seguras y el hecho de que cada vez es más frecuente la incorporación de los jóvenes a la actividad sexual con más parejas, son algunos de los factores que avalan estas cifras.

Para determinar cómo son esas ideas erróneas y cuáles son las actitudes y conductas que incrementan el riesgo de contagio entre los más jóvenes, un equipo de investigadores de la Universidad de Granada ha evaluado en 657 adolescentes (491 de ellos sin trastornos, y el resto con trastornos psicológicos leves) el conocimiento que tienen de la enfermedad, la susceptibilidad a la infección por el VIH, la comunicación con los padres y amigos sobre el tema y la ejecución de conductas de riesgo.

El hecho de que en el estudio se incluyan adolescentes con problemas psicológicos responde a que “algunos estudios anteriores indicaban que la presencia de trastornos psicológicos facilitaba el aumento de emisión de conductas de riesgo”, según explica la profesora María de la Paz Bermúdez, una de las investigadoras del proyecto.

Para realizar el análisis con los adolescentes sin trastornos psicológicos, se seleccionaron varios centros de secundaria de toda de Andalucía y se les pasó a los adolescentes un completo cuestionario en el que se evaluaba el conocimiento y las conductas que tenían frente al SIDA y al contagio. Un trabajo muy complicado, ya que en algunos centros educativos “han manifestado ciertos prejuicios a la hora de dar a sus alumnos una encuesta en la que se incluían preguntas para conocer si los adolescentes realizan o no una actividad sexual segura”, explica la investigadora.

En cuanto a las ideas erróneas que se han detectado entre las encuestas del grupo de adolescentes sin trastornos psicológicos, destaca la creencia de que el SIDA puede estar causado por el mismo virus que ocasiona otras enfermedades venéreas. Un 33% de los jóvenes encuestados así lo piensa, mientras que un 54,4% no lo sabe. Un 50,9% de los encuestados considera que todas las personas infectadas por el virus del SIDA han enfermado y el 22,8% no lo sabe. El 27,3 % piensa que el SIDA es una enfermedad causada por una bacteria, y el 34,4% no sabe determinar si se trata de un virus o una bacteria. El 32,8% desconoce si esta enfermedad puede curarse si se trata a tiempo, mientras que un elevado 39,9% de los encuestados no sabe si existe un tratamiento médico que pueda prevenir la transmisión del virus.

Estos resultados varían en función de si el adolescente padece o no trastornos psicológicos. Así, los adolescentes sin trastornos tienen menos ideas erróneas y son más conscientes de la posibilidad de infección. Con respecto a las actitudes, los jóvenes sin trastornos presentan menos actitudes positivas hacia el uso del preservativo que los que sí los tienen.


Las mujeres, con menos riesgo
El sexo también incide en los resultados, de forma que en el caso de los adolescentes que no presentan ningún tipo de trastorno, los responsables del estudio han podido observar que las mujeres tienen menos conocimiento, menos ideas erróneas, menos percepción de autoeficacia en el uso del preservativo, menos actitudes negativas y más susceptibilidad a la infección que los hombres. En lo que respecta a quienes padecen algún trastorno leve, las mujeres son más susceptibles y tiene menos actitudes negativas que los hombres.

Para evitar que los adolescentes se conviertan en la principal diana del SIDA, la profesora Bermúdez señala que es importante diseñar programas de prevención que aborden todos los factores psicosociales que han sido identificados como “de riesgo” para la población española. También es necesario aumentar la susceptibilidad a la infección, dado que los adolescentes no conocen a otros chicos de su edad que se hayan infectado con esta enfermedad. El entrenamiento en habilidades para la negociación del uso del preservativo, la comunicación con los padres y en el ámbito social o la participación de los adolescentes en organizaciones sociales, son otras de las propuestas para que España deje de ser uno de los países con mayor incidencia de SIDA en Europa Occidental, según los informes correspondientes a 2005 de ONUSIDA y la Organización Mundial para la Salud.



Referencia
Profesora María de la Paz Bermúdez Sanchez. Dpto. Psicol. Evolutiva y de la Educación
Tel. 958 243 750 / 958 243 968.
Correo e. maripaz@ugr.es

Anorexia Nerviosa



Se caracteriza por el temor a aumentar de peso y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea obeso aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. En consecuencia, se inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos . También puede ser que la persona se vea afectada por atracones y después se recurra a la purga de los alimentos por el vómito o el uso de laxantes pero esta enfermedad esta catalogada como bulimia la mezcla de bulimia y anorexia que se dan por periodos cortos llamada Bulimarexia . Afecta sobre todo a las mujeres de 13 a 25 años (esta cifra ha ido variando con el tiempo).

Este tipo de anorexia precisa no sólo una realimentación, sino también un tratamiento psicológico .

El tema es ampliamente discutido últimamente, pues determinadas actitudes modernas como la ropa cada vez más estrecha, o la aparición de modelos de pasarela cada vez más delgadas puede influir negativamente en el ánimo de muchas jóvenes que tratan de conseguir el supuesto cuerpo perfecto que la sociedad parece pedir.

Según muchos psicólogos, la solución a este problema pasa por formar a la juventud , escapar de esa moda de la delgadez extrema y enseñar a la gente a ser feliz con su propio cuerpo . En general, la persona afectada de anorexia tiende a negar el problema y se opone a la rehabilitación por miedo a subir de peso.

La anorexia es una enfermedad que se caracteriza por el miedo intenso a ganar peso o por una imagen distorsionada del propio cuerpo.

Algunos síntomas de la anorexia nerviosa son:

Miedo excesivo a subir de peso
Alteraciones en la imagen corporal
Perdida de peso notable
Alteraciones en la menstruación o amenorrea (en mujeres)
Miedo a comer en frente de otras personas
Irritabilidad
Alteraciones del sueño ( Insomnio )
Ejercicio excesivo
Excusas para no comer (dolor de estómago, estudios, etc)
Osteoporosis
Frío constante
Perdida del esmalte en los dientes y caries
Desmayos
Fatiga
Uñas frágiles
Mareos
Indigestión al comer
Estreñimiento
Caída del cabello
Aparición de lanugo (vello como el de los bebés)

lunes, 19 de noviembre de 2007

La timidez


La timidez es una forma atenuada de fobia social, y que habitualmente tenemos y disimulamos todos mejor o peor.
No sabemos si resultaremos competentes, valiosos o apreciables a los demás.
Muchas veces esto esta en agudo contraste con un ambiente familiar en el que hemos sido mimados y protegidos, aunque en otras ocasiones es todo lo contrario: un ambiente familiar autoritario y descalificador también produce futuros tímidos.
Nuestra forma de ser se hace en el ejercicio de relacionarse con los demás, es un resultado de ATREVERSE a ser delante de los demás, mezclándose y entrando en conflictos que uno aprende a ir solucionando sobre la marcha.
La persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada, y como no practica no avanza, y espera que un día se levantará con la moral alta y resultará segura de sí misma por arte de gracia (y no pasando por los malos tragos y apuros que todos tenemos que traspasar para curarnos de complejos e inseguridades y para resultar hábiles amigos y relacione públicas).



Ser tímido, no es lo mismo que ser introvertido. La persona introvertida es reservada y vive, predominantemente, hacia dentro de sí misma. Prefiere expresarse con parquedad. Pero puede, perfectamente, no ser tímida. Algunos introvertidos lo son porque eligen disfrutar de su mundo interior y no salir mucho de sí mismos. Incluso pueden ser excelentes comunicadores. Y también hay tímidos que hacen esfuerzos titánicos por superarse y se han convertido en personas que aparentemente se relacionan muy bien.


Descubrir lo que somos realmente tiene algo de lanzarse al abismo de lo desconocido y explorar lo que resulta de ello, y esta es la forma mejor de superar la timidez.
Palabra a palabra obligarnos a nosotros mismos a enseñar LO QUE PENSAMOS pero también -y sobre todo- LO QUE SENTIMOS (como cuando decimos 'me moleta el humo que me hechas a la cara' o 'me gustaría que tomáramos el sábado un café juntos', o 'este fin de semana me apetece ir de excursión con unos amigos que hace tiempo que no veo').
A menudo superar la timidez es una cuestión de número de palabras (cambiar el 'si', 'no', 'tal vez' por frases de cinco minutos).
Dejarse ir hacia una frase que va a ser muy larga es como confiar en tu propio cerebro, en su auto-estimularse, refrescarse y entusiasmarse por una tarea intelectual (en el fondo le encanta, es lo suyo).

La persona tímida tiende a creer que no tiene mucho VALOR, o CAPACIDAD, pero la realidad no es exactamente esa (mucho grandes tímidos han sido perfectamente grande genios científicos o escritores) sino que UNO MISMO/A SE PONE ENCIMA UN PEDRUSCO, inhibiéndose con pensamientos de mal agüero tales como 'lo mío no tiene importancia' 'mis cosas aburren' 'mi interés no coincide con el de los demás' 'podría ofender, aburrir o molestar a alguien' o lindezas parecidas.
Este AUTO-SABOTAJE equivale a que estuviéramos pensando 'seguramente no caminaré recto y estéticamente, pareceré torpe y tropezaré' y como fruto de esta hipótesis tan poco constructiva REALMENTE hasta consiguiéramos andar mal y tropezar.
Nos cuesta encontrar un lugar en el mundo, EL NUESTRO, y en vez de ello caemos en el error de pretender ser OTROS.
Sería buena cosa rebelarnos de una vez por todas y determinarnos a ser espontáneos, aceptando luego con resignación el número amigos y enemigos que ello produzca (por lo menos seríamos felices NOSOTROS y NUESTROS amigos, y nuestra alegría decoraría como un adorno navideño el paisaje de los demás.

BEGOÑA BERASATEGUI COLEGIADO M-16400

Los celos y sus manifestaciones


Podemos decir que los celos es una emoción ante la posible pérdida de nuestra persona amada y se manifiesta por angustia, ansiedad y que dependiendo de la intensidad y la carga afectiva y conductas asociadas pueden ser normales o patológicos. Así mismo ocasionan dolor y sufrimiento al que lo sufre y a su pareja.
Las personas celosas suelen tener un perfil que se caracteriza por:

Personas posesivas (las personas son de su propiedad)
Dependientes Emocionales.
Inseguras.
Muy suspicaces casi paranoides con gran tendencia a la autorreferencia (el mundo es y funciona según sus ideas).
Autoestima baja ,aunque aparentan lo contrario, siempre se están comparando y necesitan elogio y aprobación.
Desconfiados.
Celos normales
son naturales e inherentes a la pareja ,son estados de alerta en toda relación por miedo a ser abandonados .A veces son acicates para la relación ,reavivar la pasión etc .Desde el punto de vista social es aceptable cierta dosis de celos para demostrar amor.

Celos patológicos
Son aquellos que se manifiestan por:

Control exagerado(de llamadas, movimientos, miradas etc.)
Distorsiona la realidad.
Se vuelven hipervigilantes, obsesivos a la caza y captura del detalle para demostrar que tienen razón en sus sospechas.
Pueden caer en el delirio celotípico. Este tipo de celos pueden desembocar en catástrofes, drama y en el mejor de los casos rompen la pareja, termina con la relación.
Si notas en tu pareja estos celos o los sientes tú acude a un profesional para que te ayude. Evitarás mucho sufrimiento en ti mismo y en los demás.

Hoy continuaremos con este tema que produce tanto sufrimiento al "celoso" y al "celado".

Signos alarmantes
Si la persona que es su pareja manifiesta:

Controlarlo continuamente.
No le gustan sus amigos y no quiere que salgas con ellos.
Controla tu ropa ,forma de hablar etc.
Monta escenas continuamente por celos infundados.
Si usted siente que los celos la hacen sufrir debería:

Observar lo que te quiere y como lo demuestra.
Reestructurar cognitivamente tus esquemas mentales las personas no son de tu propiedad, deben sentirse libres, sin presiones en paz.
Ponte en su lugar.
Piensa que la pareja con todas esas dudas y obsesiones se puede romper.
Con una buena educación desde pequeños, en el respeto, la tolerancia, la igualdad podemos evitar estas conductas.