lunes, 31 de marzo de 2014

Constitución, temperamento y carácter




La tendencia natural a sentir y a reaccionar en una dirección determinada, está estrechamente relacionada con la constitución física. Cada estructura biológica tiende hacia un estilo preferente de acción y de reacción –por ejemplo, el aparato locomotor hacia el movimiento y el esfuerzo, el sistema nervioso hacia la sensibilidad y la habilidad, etc.–. Al conjunto de estas tendencias activas y reactivas que son consecuencia de una determinada contextura del cuerpo, se le denomina temperamento.
No hay que confundir estos rasgos psicológicos con lo que es el carácter. El temperamento es la vertiente psicológica de la constitución física y viene a ser también el armazón o elemento primario del carácter. Carácter es el modo peculiar de ser de cada persona y gracias al cual se distingue de todas las demás. Es la resultante del temperamento, del ambiente, de la educación, de las experiencias vividas, de la madurez interior, etcétera. Temperamento es la conducta en lo que depende de la constitución. Está enraizado en lo biológico y por lo tanto no puede cambiar, a no ser que cambie también el funcionamiento del cuerpo. El carácter, en cambio, por ser la resultante de todos los factores que actúan con fuerza sobre nuestro psiquismo, está cambiando constantemente, siempre está en evolución.