lunes, 31 de marzo de 2014

Los niveles de la personalidad





Si consideramos al hombre constituido por varios estratos, capas o niveles estructurales, siguiendo un criterio cualitativo–evolutivo y aislándolos artificialmente unos de otros al objeto de su mejor estudio, podemos diferenciar con bastante claridad la existencia (le siete de ellos. Estos niveles, considerados tanto en su aspecto de estructura como de función, son los siguientes:
 1. Cuerpo u organismo físico.
 2. Nivel instintivo–vital.
 3. Nivel afectivo–emocional.
 4. Nivel mental personal.
 5. Nivel mental superior.
 6. Nivel afectivo superior.
 7. Voluntad espiritual.

1. Cuerpo físico


Es el conjunto de estructuras físicas a través de las cuales el individuo vive el aspecto físico–material de la existencia. Su estructura general es la constitución, base del temperamento que estudiaremos en una próxima sección.

2. Nivel instintivo–vital


Es el que promueve en el organismo todos los dinamismos fisiológicos propios de la conservación y de la reproducción material del individuo. Es la sede de las tendencias, sensaciones y deseos de base biológica: movimiento, placer, dolor, hambre, sed, fatiga, sueño, impulso sexual, etc.
Este nivel constituye una de la principales fuentes de energía de nuestra personalidad y su acción energética no se limita meramente a las funciones biológicas, sino que gracias a la interrelación de la que hemos hablado antes, se extiende hacia los dos niveles superiores que le siguen.

3. Nivel afectivo emocional


Es el que nos hace reaccionar internamente aceptando o rechazando determinadas percepciones que aparecen en el campo de la conciencia. Esto es, el que nos hace sentir agrado o desagrado ante las personas, cosas, situaciones y estados (o ante las representaciones de cualquiera de ellas), según aparezcan ante nosotros como buenas y deseables o como malas e indeseables para la reafirmación o para la expansión individual de la persona. Es la sede de las emociones, sentimientos y afectos centrados directa o indirectamente alrededor del yo personal.
Si bien el nivel instintivo–vital tiene también la capacidad de aceptar o rechazar determinadas cosas, éstas se referirán siempre, en dicho nivel instintivo, a objetos o situaciones relacionadas con el placer y bienestar físico–biológico, mientras que en el nivel afectivo–emocional esta atracción o repulsión –amor, odio– surge como reacción de un yo individual ante cualquier realidad –persona, idea u objeto personalizado–que de un modo u otro tienda a afirmar o negar los valores de este yo individual.
En este nivel es en el que se experimentan la mayoría de los estados negativos: miedo, angustia, timidez, celos, ira, impaciencia, etc., y también se manifiesta el amor propio, el orgullo, la vanidad, etc.

4. Nivel mental personal


Lo constituye un extenso sector de la mente, sede de la conciencia típicamente humana, gracias a la cual el individuo puede conocer el mundo interno y externo que le atañe como ser individual, y elabora respuestas inteligentes ante toda clase de estímulos y situaciones. Con este nivel el hombre percibe, conoce, piensa, juzga y decide. Es el nivel coordinador y rector de los niveles mencionados anteriormente. Es el que dirige la actividad del hombre en el triple mundo físico–afectivo–mental en el que se desenvuelve en tanto que unidad aislada de los demás seres.
De entre los múltiples contenidos de este nivel, conviene distinguir claramente por su importancia las siguientes sub–estructuras:
a) El equipo receptivo, encargado de la recepción de los estímulos procedentes de todos los niveles: sensorial o percepción del mundo físico, cenestésico o vital, estados de ánimo y sentimientos, actividad mental o mente reflexiva, y niveles superiores.
b) El equipo evocativo: memoria en todas sus formas, e imaginación activa y pasiva.
c) El equipo productivo: ideación o formación de conceptos, comparación o raciocinio, juicio y decisión.
d) El foco activo de la mente, conciencia–atención.
e) La idea de sí mismo o imagen del Yo.
f) Los planos elementales profundos constituidos por el inconsciente.
Las tres sub–estructuras a), b) y c) y sus funciones son suficientementes conocidas para que tengamos que dar aquí más detalles. De las otras tres trataremos ampliamente más adelante en el transcurso de nuestra exposición.

Una de las características más importantes para nuestro estudio que presenta este nivel es que la mente tiene dos modos de funcionar:
1º. Uno completamente objetivo, imparcial, limitándose a registrar las percepciones y elaborar respuestas de un cuadro que podríamos decir frío, sereno, como se soluciona un problema matemático, ateniéndose tan sólo al valor de los datos objetivos. Esta es una actitud no muy frecuente, pues la que predomina de ordinario en el hombre corriente es la que sigue.
2º. En función de la idea de sí mismo o imagen del Yo, la cual, según veremos en su lugar, está dinamizada por gran cantidad de deseos y de temores. Por ello, todos los procesos mentales que tienen lugar con este funcionamiento adol1ecen necesariamente de una gran tendenciosidad y limitación.
El propio sujeto raramente se da cuenta del cambio de la actitud mental serena y objetiva a la del pensamiento ego–centrado. Esto da lugar, como es lógico, a gran confusión en muchas de sus ideas y convierte en estériles sus esfuerzos por ver claro en ciertas situaciones personales y en muchos problemas especulativos impidiéndole salir de los círculos viciosos de pensamiento dentro de los que con excesiva frecuencia queda encerrado.
En resumen, este nivel mental puede actuar tanto de un modo auténticamente objetivo percibiendo y elaborando intelectualmente los datos registrados sin la menor participación tendenciosa en el juicio de sus niveles vegetativo y emocional, como también puede hacerlo – y así ocurre casi habitualmente– con la interferencia de dichos niveles subjetivos de un modo más o menos consciente, con lo cual todo el proceso intelectivo adopta una forma tendenciosa puesto que queda centrado alrededor de determinadas motivaciones e intereses personales del Yo individual.

5. Nivel mental superior


A partir de este nivel entramos ya en las regiones más elevadas del ser humano. Este nivel, si bien forma una unidad con el que acabamos de citar, tiene unas características propias gracias a las cuales su campo de acción se eleva y se extiende por encima y más allá del nivel mental concreto. En el presente nivel el hombre puede contactar un mundo de realidades y de valores que trasciende el sentido meramente individual, en contraste con el nivel mental personal, cuya finalidad está centrada principalmente en el Yo en sus relaciones de tipo horizontal con el mundo que le rodea y en la integración de los niveles más elementales de su personalidad.
El nivel mental superior es la sede del pensamiento abstracto, de la intuición metafísica, del intelecto creador; del conocimiento en función de la sociedad, del grupo, del equipo, de la comunidad. En el acto intelectivo deja de ser el individuo el punto central de referencia y en su lugar pasa a serlo la unidad mayor, que en cierta forma incluye al individuo pero que al mismo tiempo lo trasciende.
En el nivel mental personal el protagonista es el Yo personal. En el superior, el protagonista es la Verdad impersonal.

6. Nivel afectivo superior


Es la contraparte supra–personal del nivel emocional–afectivo que hemos citado en tercer lugar. Aquí, el centro del afecto se desplaza del Yo individual a otro foco exterior o superior que también, a semejanza del nivel mental superior, incluye en cierta forma tanto al propio Yo como a los demás pero que al mismo tiempo los trasciende. En su manifestación horizontal, es el sentido de la abnegación, la capacidad de entregarse, de identificar–se de un modo estable con la realidad y con el modo de sentir de los demás; es el amor auténticamente superior, esto es, centrado en el otro, buscando su solo bien de un modo habitual, espontáneo y gratuito. En su manifestación vertical, es la intuición estética, el sentimiento de la Belleza y de la Bondad; es el sentimiento de lo sagrado, de la divinidad, del verdadero amor a Dios.
En el nivel afectivo personal existía el sentimiento del Yo que se dirigía hacia el mismo Yo pasando a través de los demás: el protagonista era el Yo. Aquí, en este nivel superior, es el sentimiento de participación, de comunidad con el ser y el existir del otro, de los demás: el protagonista es el Amor.

7. Nivel de la voluntad espiritual


Es la sede de la voluntad auténticamente espiritual, verdadero centro y cúspide del hombre, su verdadera realidad, su verdadero Yo. Aunque los dos niveles que hemos mencionado últimamente participan también de esta naturaleza espiritual, es aquí donde brilla con mayor fuerza su naturaleza superior. Es la fuente de la energía espiritual que vitaliza y polariza, cuando el camino está expedito, todos los demás niveles hacia arriba, hacia lo sutil, en contraposición con la inercia de la materia que tiende siempre hacia abajo, hacia lo denso.
La voluntad en las motivaciones ego–centradas tiene su origen en la energía vital. En este nivel superior, la voluntad tiene su origen en el polo opuesto: el espíritu, y siempre posee un carácter creador, renovador, que estimula todas las funciones superiores del hombre.

LA FORMACION DE LA PERSONALIDAD





La personalidad es la resultante de la continua interacción de los siguientes factores:
1. Herencia biológica. Concretizada principalmente en la constitución física, de la que se derivan las tendencias temperamentales, y en los impulsos o necesidades biológicas.
2. Ambiente. Constituido por el conjunto de personas, cosas, instituciones, situaciones y valores que ejercen una influencia, activa o pasiva, en la formación o desarrollo del individuo.
3. Nivel de conciencia o madurez psicológica, gracias a la cual el individuo es capaz de seleccionar entre los múltiples estímulos internos y externos que constantemente actúan en él, aquellos que están más en consonancia con los valores aceptados conscientemente. Esta capacidad de selección deliberada de motivaciones es precisamente la que eleva al hombre por encima de los animales, ya que éstos actúan siempre mediante una selección mecánica de estímulos.
En esta facultad de conocer reflexivamente y de poder elegir, aun dentro de un círculo limitado, reside la libertad del hombre y la posibilidad de su autoperfeccionamiento. La mayor parte de acciones, no obstante, no son fruto del ejercicio de esta facultad, como veremos más adelante, sino que son consecuencia de la reacción mecánica de la inercia de sus procesos psíquicos frente a la situación–estimulo de cada momento.
El hombre, pues, aunque puede vivir de un modo relativamente libre y autodeterminado, vive de hecho, casi siempre de un modo mecánico, esto es, determinado por la naturaleza de sus impulsos, por los condicionamientos de sus experiencias y por los diversos estímulos que actúan sobre él desde el exterior. Por esta razón es posible estudiarlo, prever su conducta y hasta producir modificaciones a voluntad, en muchas de sus futuras reacciones.

jueves, 27 de marzo de 2014

Terapia del habla y lenguaje

¿Qué es la terapia del habla y lenguaje?

Un terapeuta del habla y lenguaje (SALT) está capacitado para trabajar con niños, jóvenes y adultos que tienen algún tipo de trastorno de la comunicación. A menudo se piensa que un terapeuta del habla y lenguaje es sólo capaz de ayudar con los problemas reales de producción del habla, pero en realidad la gama de servicios es mucho más amplio.
¿Qué hace un Logopedia hacer?
Un terapeuta que trabaja con niños y jóvenes inicialmente evaluará tanto la comprensión (entendimiento del lenguaje) y el lenguaje expresivo (cómo se utiliza el lenguaje).
Comprensión
El terapeuta se verá en las diversas áreas donde las dificultades pueden ocurrir incluyen:
* Vocabulario - tipos de palabras como sustantivos (nombres palabras), verbos (acciones) y las preposiciones (en, sobre, bajo, etc)
* Estructuras comprensión del lenguaje, tales como - por ejemplo, las siguientes instrucciones. "Cepillo de pelo de muñeca", "dame el lápiz amarillo"
Lenguaje expresivo
Lenguaje hablado puede ser evaluado por el siguiente:
* Los sonidos del habla - a menudo denominado fonología. El niño o el joven no puede tener ciertos sonidos del habla en su vocabulario, o puede usarlas indebidamente por ejemplo. "Perro" se convierte en "dod" (denominado frente) o "guante" se convierte en "glub" (parada denomina)
* Dificultades de articulación - la producción de los sonidos del habla puede ser difícil, posiblemente debido a un problema físico, como labio leporino / paladar o mala dentadura o incluso un problema co-orindation - dispraxia
* Dominio - ¿hay alguna evidencia de vacilación disfluencia (tartamudez) o general en el habla
¿Qué se puede hacer si el niño / joven tiene poco o ningún discurso?
El idioma no es sólo la palabra hablada, pero puede incluir la comunicación por diversos métodos alternativos. Algunas de las formas más comunes son:
* Símbolo de sistema - un dibujo lineal simple se utiliza para representar un objeto o concepto por ejemplo. Makaton, Rebus, Mayer Johnson
* Imágenes / foto systems - imágenes reales o fotografías se utilizan para indicar los objetos, actividades, etc
* Los sistemas de firma - incluyen Lengua de Signos Británica (BSL) y Makaton. Estos sistemas utilizan signos manuales para transmitir el significado
Señalando con los ojos * - mediante el uso de un tablero especial con símbolos o imágenes, es posible que un padre o cuidador de interpretar lo que el niño / joven quiere comunicar al seguir su mirada fija hasta que se detenga en el artículo que desea. Esto puede ser útil para los niños o jóvenes que tienen dificultades físicas y del habla no.
* Ayudas para la comunicación - éstos pueden ir desde simples placas de imagen en los equipos complejos con sintetizadores de voz
¿Qué otros aspectos de la comunicación se evalúan?
Otras áreas que los terapeutas del habla y lenguaje pueden mirar y que sustentan la comunicación son:
Escuchar y habilidades de atención / concentración - Puede que el niño o el joven asista a una tarea? No se debe confundir con una discapacidad auditiva - el niño o joven pueda escuchar lo que se dice, pero no puede concentrarse lo suficiente como para procesar la información
El juego y la imaginación - el niño puede jugar solo, al lado de otros (juego paralelo) o tomar parte en el juego en grupo? Está presente el juego imaginativo? por ejemplo. poniendo muñeca a la cama, finge fiestas del té
La comunicación social - puede que el niño o joven interactuar con los demás? ¿Entienden las reglas de la conversación, tales como tomar turnos, la reparación de las conversaciones, manteniendo el tema y saludos apropiados?
Uso funcional del lenguaje - puede el niño / joven uso cualquier sistema de comunicación es el adecuado para ellos para tomar decisiones, hacer comentarios sobre los acontecimientos, pregunta o negarse?
Comportamiento - una incapacidad para comunicarse puede ser muy frustrante para la persona niño / joven y puede dar lugar a agitación o patrones de comportamiento desafiante.
¿Cómo el terapeuta del habla y lenguaje llevar a cabo la evaluación?
La Logopedia se verá en todas las áreas en las que el niño / joven está experimentando dificultades.
* Esto puede incluir la observación directa o trabajar con ellos en diversos ámbitos, tales como el hogar, la escuela o la universidad.
* Enlace con las personas que están en contacto frecuente con la persona niño / joven es también muy importante. Al igual que los padres, maestros, cuidadores, profesionales de la salud, etc pueden consultarse.
¿Qué sucede después de la evaluación?
Después de una cuidadosa evaluación, las opciones de tratamiento se discuten que podría incluir una o más de las siguientes opciones:
- La terapia directa - el terapeuta trabaja con el niño / joven en una base 1:1
- La terapia indirecta - un programa de trabajo se lleva a cabo por una persona pongamos que se llama padre, cuidador, ayudante de enseñanza bajo la guía de un terapeuta del habla y lenguaje que monitorea el progreso y revisa el programa según sea necesario
- Cambios en el medio ambiente por ejemplo comunicativa. asegurar un sistema de símbolos correspondiente se utiliza en el hogar etc / aula, asesorando sobre la comunicación efectiva y la formación del personal a utilizar métodos alternativos de comunicación
¿La Logopedia calificado?
Todos los terapeutas del habla y lenguaje se han llevado a cabo un curso de tres o cuatro grados en la universidad. Algunos terapeutas pueden haber realizado un curso de postgrado después de seguir una carrera anterior. Los candidatos requieren tres niveles A para entrar en el curso, a pesar de que los estudiantes adultos pueden ser aceptados con títulos equivalentes.
Los cursos son intensivos y se componen de dos trabajos teóricos y de prácticas clínicas y de todos los estudiantes experiencia trabajando con una amplia gama de trastornos de la comunicación.
Todos los terapeutas que practican deben estar registrados en el Real Colegio de Terapeutas del Habla y Lenguaje (RCSLT) y el Consejo de Profesiones de la Salud (HPC). Los terapeutas que trabajan en el sector independiente también puede ser registrado con la Asociación de Terapeutas del Habla y Lenguaje en la Práctica Independiente (ASLTIP).

sábado, 16 de julio de 2011

3 PENSAMIENTOS MOTIVADORES

- Un viejo buho en un roble vivía
cuanto más veía, menos hablaba,
cuanto menos hablaba, más escuchaba,
y cuanto más escuchaba, más aprendía.
- El primer mandamiento de la ley humana
es aprender a pensar,
el segundo es
hacer todo lo que ha pensado
(José Ingenieros- El hombre mediocre)
- La lección más grande que podemos aprender
en este estado terrenal es que
cuando Dios habla y el hombre obedece,
el hombre siempre estará en lo correcto.
(Pte. Tomas Monson).

domingo, 3 de julio de 2011

3 PREGUNTAS PARA REFLECCIONAR

- Eres siempre sincero todo el tiempo?
- Eres siempre positivo todo el tiempo?
- Cuánto tiempo y energía usas ayudando a otros?

domingo, 26 de junio de 2011

AUTOAYUDA

TIPS
- La orientación que hay que dar a la energía mental es la de liberarse de lo viejo y crear nuevos modelos mentales.
- Todo lo bueno empieza por la aceptación de lo que hay dentro de uno mismo y por el amor a ese ser que es uno mismo.
- La buena salud -lo mismo que la prosperidad y la autoexpresión creadora- se inicia con el amor a uno mismo.
- La insensatez de continuanmente pensar en las heridas del pasado no traen felicidad.
- Algunos guardan rencores durante toda una vida, sin saber que el perdonar valientemente a los que nos han hecho daño es saludable y terapéutico.
- Si somos capaces de perdonar a aquellos que nos hicieron daño y dolor, nos elevaremos a un nivel mayor de autoestima y de bienestar.

AUTOAYUDA

TIPS
- La persona atractiva es la del hombre o la mujer que posee confianza y seguridad en si misma.
- Todo el mundo se agrupa en torno a una personalidad radiante.
- Aumenten sus conocimientos y la esfera de sus actividades aumentará también, al igual que el deseo de hacer cosas más grandes.
- Pensar es crecer. Pensar bien es crecer mejor.
- La fe es el más poderoso neutralizante de nuestros problemas.
- La dinámica del mundo moderno estimula el pensamiento negativo sin uno darse cuenta.
- Al crear conscientemente módulos positivos y reforzarlos con los pensamientos reiterativos, se debilita el control de módulos con contenido negativo.

lunes, 9 de marzo de 2009

Aprenda a decir no

Aprenda a decir no, por Oscar Alberto Manzano

¿Es usted de esas personas que no saben decir no? Si lo piensa, se dará cuenta de que la mayoría de las veces ni siquiera era algo que iba con usted. Sin embargo, parece que siempre le toca “cargar con el muerto”, como suele decirse vulgarmente.


“Por favor ayúdanos a prepararlo, que eres quien mejor lo hace”, “es que eres tan bueno en esos temas que necesitamos tu ayuda”, “ya verás lo bien que lo pasarás, realmente es lo que necesitas en estos momento para desconectar un poco”, “es una buena oportunidad para ti, ya verás cómo te trae un gran beneficio”, etc.

Si está usted más que acostumbrado a este tipo de solicitudes sin ser capaz de decir no, pertenece al grupo de personas al que me estoy refiriendo. Son aquellas a las que las solicitudes se van sucediendo una detrás de otra sin descanso.

Lo que este tipo de costumbres conlleva es que ya en muchos casos ni siquiera será una petición, sino que más bien asumirán que usted se va a hacer cargo, desentendiéndose ellos de la responsabilidad.

Sí que es cierto que hay que tener disponibilidad ante las cosas y arrimar el hombro, tanto en el trabajo, la familia, amigos, etc. pero sin que la responsabilidad recaiga siempre en usted.

Este tipo de personas suelen ser más sensibles ante las necesidades ajenas que las propias, lo que les lleva en muchos casos a descuidar sus propios intereses en beneficio de los intereses ajenos. Para ellos, el ser capaces de decir no, puede ser una auténtica trampa.

Cuando se les pregunta a estas personas qué es lo que les impide negarse a los requerimientos de los demás, las respuestas suelen ser muy variadas. Hay quien alude a razones relacionadas con el sentimiento y la aceptación: “Si les digo que no me siento fatal, o quizá no me acepten o no les guste, así que siempre digo que sí”. Hay otros que lo hacen por costumbre, por la educación que han recibido:” Desde pequeño me han enseñado que decir no es de mala educación”. Y para terminar, otros muchos lo hacen por ellos mismos, para demostrar que son capaces de todo: “Me gusta hacerlo, ayuda a que mi ego aumente, y demuestro que puedo con todo”.

Estas personas tienen que aprender a establecer unos límites que les permitan descargarse de todas aquellas cosas que no les corresponden. Tienen que limitar esa tendencia que manifiestan a decir sí a todo, o casi todo, sobre todo si la carga que asumen es excesiva en tiempo y responsabilidad.

Este exceso de responsabilidad repercute tanto en su tiempo libre como en su calidad de vida. Ese tiempo extra que invierten en todos esos asuntos lo restan del que les correspondería para dedicarse a sus propios asuntos, un tiempo que necesitan como todo el mundo.

Esa tendencia que tienen a decir sí, lógicamente les lleva a decir no, en algún otro asunto, que quizá en un principio suponía una prioridad que ha sido relegada.

Con esto no quiero decir que haya que dejar de prestar nuestra ayuda a otras personas, o dedicarnos a causas que valgan la pena, sino que hay que ser capaces de organizarse, para que no nos reste demasiado tiempo a aquellas cosas que son importantes en nuestra vida.

Cuando decimos que no, no estamos rechazando a la persona, lo que estamos rechazando es esa solicitud concreta.

Para todas aquellas personas a las que les cueste un poco más decir no, voy a detallar una de las formas más adecuadas para hacerlo: sin interrumpir a su interlocutor escuche lo que le solicita. No espere a dar su respuesta, si es que no, es que no. Las justificaciones vienen después, no antes. En esta justificación trate de ser breve pero claro, y siempre haciendo referencia solamente a usted. Y para finalizar trate de ayudarle buscando alguna alternativa, cuando sea posible, alternativa que satisfaga las necesidades del otro.

Al decir que no, no tenemos que sentirnos culpables. Hay que hacerlo con firmeza y sin remordimientos, cuando se puede bien, cuando no, también.

Nunca se pueden satisfacer todas las solicitudes, así que hay que aprender a desarrollar esa capacidad para discernir en cuáles sí, y en cuáles no podemos participar y ayudar.

Y siempre con confianza y seguridad.

El hombre Light

ANÁLISIS DEL LIBRO POR CAPITULOS.
I. EL HOMBRE LIGHT.
Perfil psicológico.
Es un hombre bien informado pero con escasa educación y muy entregado al
pragmatismo y a los tópicos. Todo le interesa pero a nivel superficial.
Es un sujeto trivial, ligero, frívolo, lo acepta todo, pero carece de criterios sólidos. Todo
para él es etéreo, leve, volátil, banal, es permisivo.
Utiliza frases como " Qué más da", "Todo vale" o "las cosas han cambiado", que
demuestran el vacío que se encuentra en él, un vacío moral.
"Sufre" cambios muy rápidos que le desconciertan. Entonces se dan en la realidad unos
aspectos característicos:
Materialismo: cierto reconocimiento social por ganar mucho dinero.
Hedonismo: pasarlo bien a costa de lo que sea, muerte de los ideales, el vacío de sentido
y la búsqueda de una serie de sensaciones cada vez más nuevas y excitantes.
Permisividad: arrasa los mejores propósitos e ideales.
Revolución sin finalidad y sin programa: la ética permisiva sustituye a la moral.
Relativismo: cae en la absolutización de lo relativo, brotan así unas reglas presididas
por la subjetividad .
Consumismo: formula postmoderna de la libertad.
Surgen entonces en la sociedad las" nuevas enfermedades", que se admiten como algo
inevitable.
Rupturas conyugales.
Drogas.
Paro.
Este ser posee un pensamiento débil de convicciones sin firmeza, asepsia en sus
compromisos, indiferencia, se guía por lo que se lleva, lo que está de moda.
El ideal aséptico.
El hombre Light no corre riesgos, va con la seguridad por delante, no cree en casi nada
y sus pensamientos cambian rápidamente, es vulnerable, se siente indefenso, no hace las
cosas con pasión.
Lo que desea es poder, fama, un buen nivel de vida. Es un hombre sin vínculos,
descomprometido. Para que esto cambiase se necesitaría un sufrimiento muy grande que
le sugiriese hacer un balance personal e iniciar una andadura más digna. Debe llegar a
dos conclusiones:
GENERALES: ayudan a interpretar mejor la realidad actual, en su complejidad.
PERSONALES: que surja un ser humano más consistente, vuelto hacia los valores y
comprometido con ellos.

Si desea leer el libro completo escribame y se lo doy como regalo.

Por qué somos las mujeres tan envidiosas?

¿Por qué somos las mujeres tan envidiosas?

El mito de que la mujer es envidiosa de sus iguales, no deja de ser una característica fomentada desde hace años y que muchas veces poco tiene que ver con la realidad.

Por supuesto existirán casos así de manera patológica, lo que no implica que sea una característica generalizada en toda mujer.
De hecho depende mucho del ambiente en el que se produce para que aumente y se mantenga.

Competitividad
En ambientes poco competitivos se dará mucho menos que en ambientes en los que se fomente la individualidad y los logros personales.
En ambientes laborales conflictivos o en familias muy competidoras es fácil que aparezcan estos factores de envidia sobre todo en personas muy cercanas entre si.
Esto es debido a que la envidia se basa en dos componentes:
- Uno es el deseo por tener algo que el otro tiene
- Y el segundo es la comparación que realizamos con la otra persona, al no tener algo que ella tiene, nos comparamos para mal y salimos perdiendo, esto nos provoca frustración y rabia hacia la persona en cuestión, la que no entiende nada de lo que pasa.



Siempre es un sentimiento negativo
La envidia siempre es un sentimiento negativo, aunque a veces pensemos que nos ayudará a superarnos a nosotros mismos, realmente es un sentimiento insano que se proyecta en los demás y que nos incapacita para conseguir nuestras propias metas.
Verdaderamente alguien que sufre de envidia sufrirá por los logros de los demás y se alegrará por sus fracasos, sin embargo, se mantendrá pasivo ante sus necesidades y no dedicará esfuerzo para superarse a sí mismo, se fijará en los demás para quejarse de su mala suerte pero no actuará en consecuencia.

La envidia se fomenta desde la infancia
Realmente la envidia se fomenta desde la infancia, el niño que se siente mal en su entorno intentará por todos los medios conseguir lo que desea, si no existe un adulto que le canalice la ansiedad ante sus deseos no cumplidos y le explique que no todo se puede tener en la vida y que algunas situaciones resultan frustrantes.
El niño generará una personalidad bastante ansiosa y envidiosa puesto que nadie le enseño a valorar sus virtudes y a centrarse en sus objetivos y no en los de los demás.

Cuando aparece competición entre dos mujeres que quieren ganar, es cuando se da una batalla campal
Deseo de ser valoradas
En ambientes competitivos en los que se valoran los logros más que a la persona, es fácil que se den situaciones de envidia, además cuando son mujeres las implicadas, el problema se incrementa debido probablemente al deseo de ser valoradas y aceptadas socialmente.
Hay que tener en cuenta que la mujer ha tenido que luchar durante muchos años para conseguir determinados privilegios que para los varones venían dados de antemano.
Esta lucha nos ha hecho más competitivas y lo extrapolamos a toda la población. Somos competidoras con nosotras mismas y con los varones. Cuando aparece competición entre dos mujeres que quieren ganar, es cuando se da una batalla campal. De ahí la mala fama que tenemos.



Hay que ser humilde y no sentir rencor
El componente principal de un envidioso es su deseo de destacar y su comparación con otras personas. Realmente no se va a centrar en sus posibilidades y en las opciones que tiene para conseguirlo y va a dedicar su tiempo a tirar por tierra los logros de los demás.
Si no confiamos en nosotros mismos, ¿cómo queremos mejorar? Es importante que determines cuál es tu objetivo a conseguir, ya sea a nivel laboral, conyugal, social..., y te centres en las acciones que vas a llevar a cabo para conseguirle, así no tendrás tiempo de compararte con otros y de criticarles.
Dedica todo tu tiempo a cubrir tus necesidades y tus expectativas, te sentirás recompensado y más positivo respecto a los demás. Te costará esfuerzo conseguirlo, pero así podrás valorar lo que ha necesitado tu competidor para conseguir su meta. Si transformas tu envidia en fuerza para luchar, podrás aprovecharte de los métodos de los demás para conseguir tus metas y poner en prácticas cosas que a ti no se te hubieran ocurrido. Para ello necesitas ser humilde y no sentir rencor hacia el otro, míralo como alguien que te puede ayudar y no como a un competidor.

Tienes que aprender a valorar tus éxitos como lo que son, fruto de tus virtudes y tus cualidades y a reflexionar sobre tus fracasos
Aprender a valorar los éxitos propios
Un aspecto importante para erradicar la envidia es aprender a afrontar el éxito y el fracaso. La envidia aparece cuando comparas el éxito o el fracaso con el que obtienen otras personas que tu consideras como iguales.
Es importante que aprendas a valorar las cosas tal y como son, es decir, sin infravalorar ni sobredimensionar. Esta tendencia te puede traer complicaciones, ya que vas a infravalorar los éxitos de otros y a sobredimensionar sus fracasos, todo esto lo harás con el animo de cubrir tus propios resultados que a menudo son inferiores.
Tienes que aprender a valorar tus éxitos como lo que son, fruto de tus virtudes y tus cualidades y a reflexionar sobre tus fracasos, buscando los posibles errores cometidos y teniéndolos en cuenta para otra ocasión.
Conviene que aprendas a definir los fracasos como dificultades a resolver, analizando qué puedes cambiar para mejorar los resultados obtenidos y aprendiendo a valorar cualquier progreso por pequeño que sea.



Colaborar con los demás
Otra de las formas que pueden resultar útiles a la hora de controlar la envidia que se da en grupos, es colaborar en él y dar ayuda a los demás, de esta manera podrás adquirir determinados conocimientos que te ayuden a mejorar.
Competir contra la secretaria eficiente solo te servirá para crearte mala fama y dejar de lado tu trabajo. Hazte amiga de ella y aprende, tal vez mañana puedas igualarte a ella incluso aportarle algo de tu repertorio, recuerda que tú también tienes cosas buenas.

Hay que aceptar los fracasos
Debemos tener en cuenta en qué se han basado nuestra pautas de aprendizaje de pequeños para poder transformarlas de adultos. Un ambiente en el que se han exagerado los éxitos de otros, va a ayudar a que aprendamos a sobredimensionar determinados logros como algo imposible para nosotros.
Pero es importante que aprendamos a relativizar los éxitos, sin fracasos no hay aprendizajes y no nos preparamos para fracasos posteriores. Un aprendizaje de cualquier índole está formado por éxitos y fracasos en un primer momento y sólo en etapas muy maduras aparecen éxitos más continuos en el tiempo. Hay que aceptar que hay que fracasar para después conseguir lo que queremos, nadie nace aprendido.

Fomentar la confianza en nosotros mismos y el optimismo
Cuando sentimos envidia hacia un igual es porque vivimos la situación como una amenaza para nosotros. El logro del otro es como un ataque a nuestra persona, sólo si conseguimos ponernos en su lugar, podremos darnos cuenta de que nada tiene que ver con nosotros y de que nuestros sentimientos tienen más que ver con nuestra incapacidad que con lo que el otro consiga.
Por esto es muy importante fomentar la confianza que tenemos en nosotros mismos, aprovechando cada momento del día para gratificarnos por cualquier pequeña meta conseguida.
El optimismo será otro de nuestro aliados, siendo positivos y confiando en nuestras posibilidades conseguiremos lo que sea.

Aprende a utilizar a tus competidoras
Por último aprende a utilizar a tus posibles competidoras: la chica guapísima que gusta a todos puede ayudarte a vestir mejor o a combinar mejor los zapatos, por ejemplo.
La compañera eficiente de la oficina, puede enseñarte como se organiza y sus pequeños trucos, así pondrás en práctica sus estrategias y podrás mejorar.
Con el grupo de amigos igual, la amiga más sociable o la que tiene más éxito no está en tu contra, simplemente se comporta como es, pregúntale como reaccionaría en determinadas situaciones que para ti sean conflictivas y aprende de ella.

domingo, 4 de enero de 2009

MATRIMONIO

MATRIMONIO, LA UNIÓN MÁS PROVECHOSA
[Revista Nro.85 Por Aceprensa
¿Da lo mismo el matrimonio que la mera cohabitación? ¿No hay diferencia entre crecer en una familia monoparental o ser criado por los dos padres? Muchas veces se presentan estas situaciones como meros estilos de vida alternativos, que la sociedad debe tratar por igual. Pero un buen número de investigaciones han puesto de relieve los beneficios que el matrimonio aporta a las familias y a la sociedad, lo que justifica que sea tratado como una opción social preferente. En Estados Unidos, un grupo de investigadores sociales ha sintetizado en la publicación Why Marriage Matters las conclusiones de decenas de estudios sociológicos sobre este tema. Resumimos algunas.


Why Marriage Matters intenta condensar en 21 conclusiones, apoyadas en 93 citas bibliográficas, las numerosas investigaciones científicas disponibles, para proporcionar documentación útil a los ciudadanos que participan en los debates sobre la familia, y para informar de la importancia del matrimonio en la sociedad. Los autores advierten que la sociología es una buena herramienta para esclarecer si determinados hechos sociales son ciertos, pero no siempre explica por qué son ciertos. Por eso, en muchos casos no se puede demostrar que el matrimonio sea la causa principal o única de las ventajas sociales que lo acompañan, pero sí afirmar con seguridad que el matrimonio tiene mucho que ver.

Para responder a preguntas como “¿el divorcio es la causa de la pobreza o más bien ocurre que los pobres se divorcian en mayor proporción?”, la buena sociología intenta distinguir entre relaciones causales y meras correlaciones. “De ahí que, cuando en nuestra opinión hay pruebas aplastantes de que el matrimonio ocasiona un incremento del bienestar, así lo hacemos constar. En los casos en que la relación causa-efecto no es tan clara, somos más cautos”.

El informe también recuerda que las ciencias sociales dan respuesta satisfactoria a preguntas generales (“Los elevados porcentajes de divorcio y nacimientos fuera del matrimonio, ¿influyen en la reducción general del bienestar de los hijos?”), pero no a las preguntas que se hacen las parejas (“En mis concretas circunstancias, ¿el divorcio será beneficioso o perjudicial para mis hijos?”).

A pesar de estos límites y de que en las dos últimas generaciones ha crecido mucho la aceptación social del divorcio, de la cohabitación, de las relaciones sexuales prematrimoniales y del nacimiento de hijos fuera del matrimonio, la investigación llega a una conclusión fundamental: “El matrimonio es un bien social importante, vinculado con un impresionante catálogo de consecuencias positivas tanto para los niños como para los adultos”. A continuación presentamos algunos de los datos que avalan esa tesis.

Relaciones entre padres e hijos
El matrimonio favorece las buenas relaciones entre padres e hijos. Aunque no estar casado afecta por igual a padres y madres en este sentido, los estudios señalan que las madres solteras tienen más conflictos con sus hijos, y los supervisan menos, que las casadas.

Al llegar a adultos, los hijos de parejas casadas aseguran, por regla general, disfrutar de mayor unión con sus madres que los hijos de parejas divorciadas. En un estudio sobre una muestra representativa de la población de Estados Unidos, el 30% de los jóvenes de padres divorciados afirmaban tener malas relaciones con sus madres, frente al 16% de los hijos cuyos padres seguían casados.

La relación con el padre corre un riesgo todavía mayor. El 65% de los jóvenes de padres divorciados tienen malas relaciones con ellos, mientras que si el padre sigue casado, la proporción es el 29%. En general, los niños cuyos progenitores se divorcian o no se casan ven a sus padres con menor frecuencia, y sus relaciones con ellos son menos cordiales que las existentes entre hijos y padres cuando estos están casados y mantienen el vínculo. El divorcio parece tener efectos más negativos sobre las relaciones entre padre e hijos que el proseguir un matrimonio infeliz (2).

Mayor seguridad económica
La cohabitación no es el equivalente funcional del matrimonio. En conjunto, los miembros de parejas de hecho en Estados Unidos se asemejan más a las personas solteras que a las casadas, por lo que respecta a salud física, bienestar emocional, salud mental, patrimonio e ingresos.

Algo similar se observa en los hijos de estas parejas: por su situación se parecen más a los hijos de familias monoparentales (o de padres que han vuelto a casarse después de un divorcio) que a los de padres casados y no divorciados.

El matrimonio es una especie de seguro contra la pobreza de madres e hijos. Las investigaciones han mostrado de forma sistemática que tanto el divorcio como el tener hijos fuera del matrimonio hace que madres e hijos queden más desprotegidos económicamente. La influencia de la estructura familiar sobre la situación económica es considerable, aun después de descontar los efectos de otros factores, como la raza o los antecedentes familiares.

Los cambios en la estructura familiar son una causa importante de que las personas caigan en la pobreza (si bien el descenso de los ingresos del cabeza de familia es la primera de todas). Lo que más hace subir la tasa de pobreza infantil es el aumento de familias monoparentales. Cuando los padres no se casan o el matrimonio se rompe, es más probable que los hijos sufran pobreza grave y persistente.

La mayoría de los hijos extramatrimoniales pasan al menos un año en situación de pobreza extrema (ingresos familiares por debajo de la mitad del mínimo oficial). El divorcio, además del nacimiento de hijos fuera del matrimonio, tiene parte en ello: entre una quinta y una tercera parte de las mujeres que se divorcian caen en la pobreza tras la ruptura.

Por término medio, los matrimonios crean más riqueza que las parejas de hecho o las familias monoparentales, en todos los tramos de renta. No es sólo porque los matrimonios pueden contar con dos fuentes de ingresos; también se debe a algunas de las razones que hacen a los consorcios, en general, económicamente más eficientes: economías de escala, especialización, intercambio...

Asimismo parece influir que el matrimonio fomenta la salud y la productividad, así como la acumulación de riqueza (por ejemplo, comprar una casa). Además, los casados reciben más ayudas económicas de los padres que las parejas de hecho; las madres solteras no reciben casi nunca ayuda económica de los parientes del padre.

Notas y drogas
El divorcio o la cohabitación sin vínculo de los padres tiene una repercusión negativa, importante y duradera sobre el rendimiento académico de los hijos. Los hijos de padres divorciados o no casados obtienen peores calificaciones, y presentan mayor probabilidad de repetir curso y de no terminar la enseñanza secundaria. Estos efectos se dan con independencia de la raza o los antecedentes familiares. Los hijos de divorciados alcanzan un nivel de instrucción también inferior al de los hijos de viudos o viudas. En general, los hijos de padres casados de nuevo tras un divorcio no obtienen mejores resultados que los de madre soltera.

Existe una relación entre matrimonio y tasas bajas de consumo de alcohol y drogas, tanto en adultos como en adolescentes. Los casados, hombres o mujeres, presentan tasas menores de consumo y abuso de alcohol que los solteros. Lo confirman varios estudios que han seguido la trayectoria de los sujetos durante años: los jóvenes que se casan tienden a reducir el consumo de alcohol y drogas. También los hijos de padres casados presentan tasas más bajas de consumo de drogas, con independencia de los antecedentes familiares. La proporción de adolescentes que han probado la marihuana se duplica entre los que viven en familias monoparentales o recompuestas, y se triplica en el caso de los que viven sólo con el padre. Los adolescentes cuyos padres permanecen casados son los menos inclinados a fumar o beber. Los datos obtenidos por la Encuesta Nacional de Hogares sobre Consumo de Drogas muestran que –con independencia de la edad, la raza, el sexo y los ingresos familiares– la probabilidad de consumir drogas, alcohol o tabaco es claramente inferior para los adolescentes que viven con padre y madre naturales.

¿Por qué la desintegración familiar favorece el consumo de drogas por parte de los adolescentes? Probablemente por muchos motivos, entre ellos que hay mayor tensión en la familia, que los padres vigilan menos y que se debilita la unión afectiva con los progenitores, en especial con el padre.

Matrimonio y buena salud
Las personas casadas, tanto hombres como mujeres, disfrutan en general de mejor salud que las solteras o divorciadas. Parece que los casados llevan mejor la enfermedad, vigilan más el estado de salud del otro, tienen mejor situación económica y viven de manera más sana que las personas solteras en condiciones similares.

Un análisis de datos tomados de la Encuesta de Salud y Jubilación de los Estadounidenses compara el índice de enfermedades graves y de incapacidad funcional entre 9.333 personas de 51 a 61 años, distribuidas en distintos grupos: casadas, con pareja de hecho, divorciadas, viudas y solteras. “Sin excepción –aseguran los autores–, las personas casadas presentan las tasas más bajas de morbilidad en cada una de las enfermedades, minusvalías, problemas funcionales y discapacidades”. Las diferencias que marca el estado civil con respecto a las discapacidades seguían siendo “espectaculares”, con independencia de la edad, el sexo y la raza u origen étnico.

Los hijos de divorciados presentan tasas más elevadas de trastornos psicológicos y enfermedades mentales. Por lo común, el divorcio somete a los hijos a un golpe emocional considerable e incrementa el riesgo de enfermedad mental importante. Dichos peligros para la salud mental no se desvanecen poco después del divorcio.

Al contrario, los hijos de padres divorciados siguen, en su vida adulta, expuestos a mayor riesgo de depresiones y otras enfermedades mentales: en parte, porque no llegan tan lejos en los estudios y porque presentan mayor probabilidad de divorciarse, de tener problemas conyugales y de sufrir dificultades económicas.

Parece que los efectos psicológicos del divorcio varían según la intensidad del conflicto entre los cónyuges. Cuando el conflicto matrimonial es fuerte y prolongado, el divorcio supone un alivio psicológico para los hijos.

No obstante, es necesario investigar más, pues parece que la mayoría de los divorcios tienen lugar en matrimonios con conflictos de baja intensidad. Las madres casadas presentan menores índices de depresión que las madres solteras o las que cohabitan. Un estudio realizado entre 2.300 adultos residentes en zonas urbanas concluyó que, para los padres de niños en edad preescolar, el riesgo de depresión era bastante mayor en las madres solteras que en las casadas. El matrimonio reduce el riesgo de depresión incluso en las madres menores de veinte años. En una muestra nacional de mujeres de 18-19 años con un hijo, el 41% de las solteras de raza blanca presentaban síntomas de depresión, frente al 28% de las madres casadas de raza blanca con la misma edad.

Los estudios que siguen la trayectoria de jóvenes durante años permiten saber qué les ocurre cuando se casan, se divorcian o permanecen solteros. Se comprueba que el matrimonio favorece el bienestar mental y emocional tanto de hombres como de mujeres.

El informe insiste en la depresión materna porque es, a la vez, un grave problema de salud mental para las mujeres y un grave factor de riesgo para los hijos. Además de que las madres solteras tienen mayor probabilidad de sufrir depresión, las consecuencias de la depresión materna para el bienestar de los hijos son más agudas en los hogares monoparentales, probablemente porque la madre o el padre solo tiene menos apoyo y porque los hijos tratan menos con el otro progenitor, el no deprimido.

Malos tratos
Las mujeres jóvenes deben saber que el matrimonio no es una buena estrategia para reformar a hombres violentos. Pero un amplio repertorio de investigaciones muestra que convivir con un hombre al margen del matrimonio va asociado a un riesgo mayor de sufrir malos tratos.

Un análisis de datos recopilados por la Encuesta Nacional de Familias y Hogares (2001) concluye que la probabilidad de que las discusiones acaben en violencia es tres veces mayor en las parejas de hecho (13%) que en los matrimonios (4%). La tasa de violencia doméstica también varía según la raza, la edad y la educación; pero sigue siendo mayor en las parejas de hecho aun después de descontar la influencia de esos factores. Un especialista resume así los resultados de las investigaciones: “Con independencia de la metodología, los estudios llegan a conclusiones similares: en las uniones de hecho se da más violencia que en los matrimonios”.

La selección influye poderosamente. Es menos probable que una mujer se case con un hombre violento, y es más probable que una mujer casada con un hombre violento se divorcie de él. No obstante, los expertos sugieren que también influye que los hombres casados están más integrados en la comunidad, así como la mayor dedicación mutua de los esposos.

También un niño que vive con la madre soltera, el padrastro o el compañero de la madre tiene más posibilidades de ser víctima de malos tratos. Como concluyen Martin Daly y Margo Wilson, “vivir con un padrastro o una madrastra ha resultado ser el factor más frecuente en los casos de malos tratos graves”. Según un estudio, entre los niños en edad preescolar, la probabilidad de ser víctima de abusos deshonestos es cuarenta veces mayor para los que viven con un padrastro o madrastra que para los que viven con sus dos progenitores naturales.

Al final, el informe subraya: “El matrimonio es más que una unión afectiva privada. Es también un bien social. No es para todas las personas. Tampoco todos los niños criados fuera del matrimonio salen perjudicados por ello. Pero donde los matrimonios sanos son lo más común, los niños, las mujeres y los hombres están en mejor situación que donde hay elevadas tasas de divorcio, de hijos extramatrimoniales y de matrimonios conflictivos o violentos”.

martes, 28 de octubre de 2008

La pérdida de la Realidad

La pérdida de la realidad en la neurosis y en la psicosis [1924]
Sigmund Freud
Ya en un trabajo reciente expusimos como uno de los caracteres diferenciales entre la neurosis y la psicosis el hecho de que en la primera reprime el yo, obediente a las exigencias de la realidad, una parte del Ello (de la vida instintiva), mientras que en la psicosis del mismo yo, dependiente ahora del Ello, se retrae de una parte de la realidad. Así, pues, en la neurosis dominaría el influjo de la realidad y en la psicosis el del Ello. La pérdida de realidad sería un fenómeno característico de la psicosis y ajeno, en cambio, a la neurosis.Sin embargo, estas conclusiones no parecen conciliables con la observación de que toda neurosis perturba en algún modo la relación del enfermo con la realidad, constituyendo para él un medio de retraerse de ella y un refugio al que ampararse huyendo de las dificultades de la vida real. Esta contradicción parece espinosa, pero es muy fácil de resolver, y su solución ha de fomentar considerablemente nuestra comprensión con la neurosis.Tal contradicción subsiste, en efecto, solamente mientras nos limitamos a considerar la situación inicial de la neurosis, en la cual el yo lleva a cabo la represión de una tendencia instintiva obedeciendo a los dictados de la realidad. Pero esto no es todavía la neurosis misma. Esta consiste más bien en los procesos que aportan una compensación a la parte perjudicada del Ello; esto es, en la reacción contra la represión y en su fracaso. El relajamiento de la relación con la realidad es luego la consecuencia de este segundo paso en la producción de la neurosis, y no habríamos de extrañar que la investigación nos descubriese que la pérdida de realidad recae precisamente sobre aquella parte de realidad a cuya demanda fue iniciada la represión.Así, pues, la génesis característica de la neurosis a consecuencia de una represión fracasada no es nada nuevo. Siempre lo hemos afirmado así, y sólo la nueva relación de este postulado con nuestro tema actual nos ha llevado a repetirlo.La misma apariencia de contradicción surge con intensidad mucho mayor cuando se trata de una neurosis cuya motivación ocasional («la escena traumática») nos es conocida y en la que podemos ver cómo el sujeto se aparta de tal suceso y lo abandona a la amnesia. Recordaré aquí, como ejemplo, un caso analizado por mí hace ya muchos años, en el cual la sujeto, una muchacha enamorada de su cuñado, quedó sobrecogida ante el lecho mortuorio de su hermana por la idea de que el hombre amado estaba ya libre y podía casarse con ella. Esta escena fue olvidada en el acto, y con ello quedó iniciado el proceso de regresión que condujo a la dolencia histérica. Pero precisamente aquí resulta muy instructivo ver por qué caminos intenta la neurosis resolver el conflicto. Anula por completo la modificación de las circunstancias reales, reprimiendo el instinto de que se trataba, o sea el amor de la muchacha a su cuñado. La reacción psicótica hubiera consistido en negar el hecho real de la muerte de la hermana.Podría ahora esperarse que en la génesis de la psicosis se desarrollase algo parecido al proceso que tiene efecto en la neurosis, aunque naturalmente, entre otras instancias; esto es, que también en la psicosis se hiciesen visibles dos avances, el primero de los cuales arrancaría al yo de la realidad, mientras que el segundo tendería a enmendar el daño y restablecería, a costa del Ello, la relación con la realidad. Y, efectivamente, observamos en la psicosis algo análogo; dos avances, el segundo de los cuales tiene un carácter de reparación; pero luego la analogía se convierte en una coincidencia mucho más amplia de los procesos. El segundo avance de la psicosis tiende también a compensar la pérdida de realidad, pero no a costa de una limitación del yo, como en la neurosis a costa de la relación con la realidad, sino por otro camino mucho más independiente; esto es, mediante la creación de una nueva realidad exenta de los motivos de disgusto que la anterior ofrecía. Así, pues, este segundo avance obedece en la neurosis y en la psicosis a la misma tendencia, apareciendo en ambos casos al servicio de las aspiraciones de poder del Ello, que no se deja dominar por la realidad. En consecuencia, tanto la neurosis como la psicosis son expresión de la rebeldía del Ello contra el mundo exterior o, si se quiere, de su incapacidad para adaptarse a la realidad, diferenciándose mucho más entre sí en la primera reacción inicial que en la tentativa de reparación a ella consecutiva.Esta diferencia inicial se refleja luego en el resultado. En la neurosis se evita, como huyendo de él, un trozo de la realidad, que en la psicosis es elaborado y transformado. En la psicosis, a la fuga inicial sigue una fase activa de transformación, y en la neurosis, a la obediencia inicial, una ulterior tentativa de fuga. O dicho de otro modo, la neurosis no niega la realidad; se limita a no querer saber nada de ella. La psicosis la niega e intenta sustituirla. Llamamos normal o «sana» una conducta que reúne determinados caracteres de ambas reacciones; esto es, que no niega la realidad, al igual de la neurosis, pero se esfuerza en transformarla, como la psicosis. Esta conducta normal y adecuada conduce naturalmente a una labor manifiesta sobre el mundo exterior y no se contenta, como en la psicosis, con la producción de modificaciones internas; no es autoplástica, sino aloplástica.En la psicosis, la elaboración modificadora de la realidad recae sobre las cristalizaciones psíquicas de la relación mantenida hasta entonces con ella; esto es, sobre las huellas mnémicas, las representaciones y los juicios tomados hasta entonces de ella y que la representaban en la vida anímica. Pero esta relación no constituía algo fijo e inmutable, sino que era transformada y enriquecida de continuo por nuevas percepciones. De este modo, se plantea también a la psicosis la tarea de procurarse aquellas percepciones que habrían de corresponder a la nueva realidad, consiguiéndolo por medio de la alucinación. Si los recuerdos falsos, los delirios y las alucinaciones muestran un carácter tan penoso en tantas formas y casos de psicosis y aparecen acompañados de angustia, habremos de ver en ello un indicio de que todo el proceso de transformación se realiza contra la intensa oposición de poderosas energías. Podemos representarnos el proceso conforme al modelo de las neurosis, que nos es más conocido. En las neurosis vemos surgir una reacción de angustia cada vez que el instinto reprimido trata de llegar a la conciencia, y observamos que el resultado del conflicto no es, a pesar de todo, más que una transacción, absolutamente insuficiente como satisfacción. En la psicosis, el trozo de realidad rechazado trata probablemente de imponerse de continuo a la ida anímica, como en la neurosis el instinto reprimido, por esta razón surgen en ambos casos las mismas consecuencias. La discusión de los diversos mecanismos que han de llevar a cabo en la psicosis el apartamiento de la realidad y la construcción de otra distinta constituye una labor, aún intacta. de la Psiquiatría especial.Existe, pues, entre la neurosis y la psicosis una nueva analogía consistente en que ambas fracasen parcialmente en la labor emprendida en su segundo avance, pues ni el instinto reprimido puede procurarse una sustitución completa, neurosis, ni la representación de la realidad se deja fundir en las formas satisfactorias. Pero el acento carga, en cada una, en un lugar distinto. En la psicosis, el acento carga exclusivamente sobre el primer avance, patológico ya de por sí y que sólo puede conducir a la enfermedad, y en cambio, en la neurosis, sobre el segundo, sobre el fracaso de la represión, mientras que el primero puede producirse, y en realidad se ha producido innumerables veces, dentro de la salud, aunque no sin dejar tras de sí señales del esfuerzo psíquico exigido. Estas diferencias, y quizá otras muchas, son consecuencia de la diversidad tópica en el desenlace del conflicto patógeno según que el yo haya cedido en él a su adhesión al mundo real o a su dependencia del Ello.La neurosis se limita regularmente a evitar el fragmento de realidad de que se trate y protegerse contra todo encuentro con él. Pero la precisa diferencia entre la neurosis y la psicosis queda mitigada por el hecho de que tampoco en la neurosis faltan las tentativas de sustituir la realidad indeseada por otra más conforme a los deseos del sujeto. Semejante posibilidad es facilitada por la existencia del mundo de la fantasía, un dominio Que al tiempo de la instauración del principio de la realidad, quedó separada del mundo exterior, siendo mantenida aparte, desde entonces, como una especie de «atenuación» de las exigencias de la vida, y aunque no resulta inasequible al yo, sólo conserva con él una relación muy laxa. De este mundo de la fantasía extrae la neurosis el material para sus nuevos productos optativos, hallándolo en él por medio de la regresión a épocas reales anteriores más satisfactorias.También en la psicosis desempeña seguramente el mundo de la fantasía este mismo papel, constituyendo también el almacén del que son extraídos los materiales para la construcción de la nueva realidad. Pero el nuevo mundo exterior fantástico de la psicosis quiere sustituirse a la realidad exterior, mientras Que el de la neurosis gusta de apoyarse, como los juegos infantiles, en un trozo de realidad _en un fragmento de la realidad distinto de aquel contra el cual tuvo que defenderse_ y le presta una significación especial y un sentido oculto al que calificamos de «simbólico», aunque no siempre con plena exactitud. Resulta, pues, que en ambas afecciones, la neurosis y la psicosis, se desarrolla no sólo una pérdida de realidad, sino también una sustitución de realidad.
[Traducción de Luis López-Ballesteros y de Torres]