miércoles, 5 de diciembre de 2007

Espíritu positivo


Decálogo del Espíritu Positivo
1. El Espíritu Positivo es una mezcla de serenidad interior, optimismo, caras amables y buen humor. Cultive estas cuatro plantas.

2. Tenga ojos para lo positivo, no se detenga en lo negativo únicamente. Elimine el pesimismo y el derrotismo, considerando los aspectos positivos de la realidad.

3. No permita que la conducta sea resultado de su estado de ánimo: cuando no se sienta bien, sonría; cuando las cosas salgan mal, ríase.

4. Estar siempre alegre es el mejor regalo que puede hacerle a los demás: sonría y mire con cariño.

5. El lenguaje anima o desanima. Por eso no hable cosas negativas –críticas, quejas, lamentos-, ni siquiera con el fin de motivar a otros.

6. Haga de la confianza una clave de su vida. El Espíritu Positivo es el resultado de confiar en uno mismo, en los demás y en Dios.

7. Vea las realidades presentes con “ojos de futuro”; así tendrá serenidad. Ahora se ríe de las “tragedias de niño”; después se reirá de las “tragedias de ahora”.

8. No se tome demasiado en serio a sí mismo. No considere los defectos de los demás como ofensas personales. No haga tragedias de cosas sin importancia. Así vivirá alegre.

9. Prefiera entre sus amistades a personas alegres y serenas. Destierre a los “aguafiestas”.

10. Tenga los pies en la tierra y el corazón en un sueño. El entusiasmo es el estado de ánimo resultante de poseer una visión esperanzada de la vida. Por eso impóngase retos.

Excelencia Personal (decálogo)


Decálogo de La excelencia personal
1. La excelencia comienza con un conocimiento realista de uno mismo: fortalezas y debilidades.

2. No hay excelencia sin exigencia. No hay calidad personal sin esfuerzo. Por eso vencer la pereza y la comodidad es el inicio de la excelencia.

3. Sea sincero con usted mismo: no confunda lo que es, con lo que le gustaría ser. Pregunte a los demás cómo lo ven; así tendrá una buena base para el auto concepto.

4. La excelencia supone repetición de acciones buenas. La fuerza de voluntad se adquiere por repetición de actos que requieren esfuerzo. Por eso, pase a la acción: no se quede en buenos deseos.

5. La agresividad es una señal de inseguridad. Los complejos, los miedos, las manías… van minando la propia seguridad.

6. La envidia y el orgullo son auto destructores de la excelencia.

7. Dos síntomas de autoestima inapropiada: mirar a los demás con aires de superioridad y la falta de confianza en uno mismo.

8. La excelencia personal es un proceso de mejoramiento continuo para desterrar hábitos negativos y adquirir otros positivos.

9. Cuando quiera decir sí, dígalo; cuando quiera decir no, también. Atrévase y no se sienta mal por decirlo. Es su derecho. Pero hágalo con buenas maneras.

10. La excelencia no es la presunción del que se cree perfecto o del que piensa que todo lo puede por sí mismo. Es el convencimiento de que con la ayuda de los demás y de Dios, unidos al esfuerzo personal, puede ser mejor cada día.

Pérdida de los valores en la familia



Crisis de la familia se explica en la pérdida del valor del matrimonio, asegura Arzobispo



BUENOS AIRES, 10 Dic. 06 / 04:32 pm (ACI).- El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, sostuvo que “en lugar de hablar tanto de la ‘crisis de la familia’ tendríamos que referirnos a la crisis o la pérdida de valor de la institución matrimonial, del matrimonio” y pidió “rescatar” la “preparación al matrimonio y la idea misma del matrimonio”.

En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, el Prelado lamentó que se tome con “enorme ligereza” algo que es fundamental para la vida de la sociedad, “porque la familia fundada en el matrimonio, no está destinada solo a la felicidad de las dos personas que se casan y, eventualmente, de sus hijos, sino que en ella se funda también el equilibrio, la perfección, la belleza de una sociedad” que sea una “auténtica comunidad”.

El Prelado afirmó la necesidad de “recordar con insistencia que, en realidad, no hay familia sin matrimonio, aun cuando mucha gente esté confundida al respecto; también algunos legisladores lo están. Tenemos que recordar que la familia se funda en el matrimonio que es la unión estable de un varón y una mujer”.

Para el Arzobispo platense, “una de las causas de la actual depreciación del matrimonio ha sido la famosa ley de divorcio” pues hoy “en la Argentina, en el orden civil, ya nadie puede contraer un matrimonio indisoluble, para siempre. Se piensa que el matrimonio es provisional, porque se lo puede disolver a voluntad y esta posibilidad se convierte en una convicción; como consecuencia se crea una ambigüedad notable respecto de lo que significa el matrimonio como realidad estable”.

Mons. Aguer destacó que “el origen de esta fragilidad” se debe encontrar “en la preparación, en lo que antes se llamaba el noviazgo. Y digo antes porque el noviazgo ha cambiado de carácter; en estos tiempos se suele usar ese término, pero no para referirlo a un tiempo serio de amistad, de profundización en el conocimiento mutuo en orden al compromiso matrimonial”.

¿Solo el amor basta?

Seguidamente, el Arzobispo comentó que “la gente, al parecer, se casa por amor” y se preguntó “¿qué significa ese amor?” señalando que “muchas veces excluyen totalmente las razones que fundamentan la decisión” y si bien aclaró no había de establecer “una oposición entre casamiento por amor y casamiento por razón” aseguró que el matrimonio debe pensarse como “un proyecto de vida, pensado y asumido en común, para ser vivido con amor fiel y fecundo”.

“El amor puramente romántico o pasional, sin un proyecto de vida común, no puede durar y queda librado al vaivén de las circunstancias, de las emociones, de los intereses. Quizás es éste uno de los problemas fundamentales que hoy en día ponen en jaque la estabilidad y solidez de la familia. No dura porque esa unión no estaba destinada a durar”.

Finalmente rescató como una “cosa importantísima” la paciencia explicando que “los amores más grandes se prueban en la convivencia cotidiana, es entonces allí donde hay que limar asperezas, hay que remendar continuamente los agujeritos que se abren en la relación. Es preciso ir ajustando la convivencia, lo cual supone esfuerzo en la modificación de caracteres, en la armonización de inquietudes y de intereses

Crisis de autoridad dentro de la familia


Por
© Roberta Maso-Fleischman, Ph.D.

El manejo de la autoridad de nuestras familias hispano-hablantes ha sido tradicionalmente autocrático. El padre y la madre imponen las normas, ellos corrigen y castigan o premian. Pero el padre es el que tiene la última palabra, en él reside la responsabilidad económica y social y moral de la familia.

Este es un modelo que ha funcionado durante siglos y todavía funciona en muchas familias. ¿Cuáles son las ventajas del estilo autocrático? El poder y la responsabilidad están concentrados en el padre y la madre, no se comparten con los hijos; es una manera rápida y económica de manejar la familia, siempre y cuando los hijos sean obedientes o sometidos. ¿Y cuales son sus desventajas?
Cuando todo depende de Papá y Mamá, los niños tienen poca oportunidad para tener iniciativa y a participar. Los niños no han aprendido como funcionar en grupo, a cooperar o a contribuir con ideas nuevas. Solo saben obedecer y a responder al miedo que sienten frente a las exigencias y a los castigos de Papá y Mamá.

Pero hay familias donde este estilo autocrático ha dejado de funcionar. Estas son familias donde el estilo autocrático se ha resquebrajado y los padres no han encontrado todavía la manera para que los niños asuman sus responsabilidades, sean obedientes y cumplan con las normas de la familia. Estas son familias donde nadie está contento y donde hay mucha tensión o 'stress'. Son familias donde surgen constantemente pequeñas crisis de autoridad y, a veces, a crisis más grandes. Los padres no saben que hacer, porqué sienten que están perdiendo el control sobre los niños y temen perderlo completamente.

Lo primero que les voy a decir es que las crisis son buenas y son sanas, siempre y cuando tengamos la fortaleza de encararlas y examinarlas. Las crisis son buenas porqué nos obligan a darnos cuenta que la familia no está bien y son sanas porqué nos obligan a actuar, a cambiar.

¿Qué hacer? Ante todo, no se descorazonen.

Recuerden que en una familia con un estilo autocrático los niños aprenden a obedecer y/o a rebelarse, sin embargo no hay lugar para la participación y cooperación. Es un estilo que no promueve la verdadera fortaleza emocional y espiritual, ni la responsabilidad, y el tipo de liderazgo que los niños aprenden es un liderazgo opresor y no uno que invita la iniciativa y la creatividad del grupo. Los niños que crecen en un ambiente autocrático tienen dificultad para ajustarse luego al mundo moderno.

Segundo, ¿cómo cambiar cuando hay crisis de autoridad en la familia? El cambio que les propongo es un cambio hacia un manejo más democrático de la disciplina en el hogar.

No se asusten, no estoy hablando de una ausencia de normas, ni siquiera una disminución de normas. No. A lo que me refiero es que en vez de que las normas vengan impuestas desde arriba, por los padres, estas normas van a surgir de los diferentes miembros de la familia, de los miembros que las tienen que cumplir.

Habrá que decirles a sus hijos que van a tener una reunión muy especial para discutir cosas muy importantes. Luego les dirán que Uds. quieren discutir las normas de su familia entre todos y que cada uno (incluyendo a Mamá y Papá) va a decir cuales son sus responsabilidades y las normas que tiene que cumplir. Además, cada uno va a pensar y a decir cuales van ser las consecuencias al no cumplir con una responsabilidad o norma.

Habrá que explicarles también que en una familia cada uno tiene su espacio y que a medida que uno va creciendo cada uno también necesita de un tiempo para estar solo, para leer, estudiar, pensar o jugar y que ésto tiene que ser respetado por los otros.

En otras palabras, se van a discutir las responsabilidades y las normas que tienen que cumplir todos los miembros de la familia y las consecuencias al no cumplirlas, se va a hablar del espacio y del tiempo de cada quien, desde el padre hasta el más pequeño.

¿Se dan cuenta de lo que les estoy proponiendo? ¿Entienden que les estoy sugiriendo que compartan el poder y la autoridad con sus hijos; que la familia ha tradicionalmente colocado en los padres? ¿Y comprenden de que si las responsabilidades y las normas de cada quien son discutidas y no impuestas, los niños se van a sentir co-responsables, se van a sentir muy importantes, se van a sentir tomados en cuenta y van a estar listos para asumir sus responsabilidades?

A través de este sistema Uds., los padres, están promoviendo la cooperación de sus hijos, su auto responsabilidad, su iniciativa, la comprensión de las necesidades de las normas, la comprensión de la necesidad del respeto hacia el otro, respeto por su espacio y respeto por su tiempo.

ADVERTENCIA. Si deciden incursionar por esta vía, háganlo muy seriamente, porqué sus hijos sí lo van a tomar muy a pecho, y no hay que defraudarlos.

Pregúntense:

¿Están dispuestos a compartir con sus hijos el poder que ejercen en su familia?


¿Tienen confianza en la capacidad de sus hijos de contribuir con la familia y de aceptar sus responsabilidades?


¿Creen que pueden lograr un cambio en su familia?


¿Está Ud., Mamá, comprometida con esta manera distinta de manejar su familia?


¿Está Ud., Papá, comprometido con esta manera distinta de manejar su familia?
Si la contestación es negativa a algunas de estas preguntas... Uds. no están listos todavía.

¿Cuales son los beneficios para Uds., padres? Van a dejar de ser papás policías. Van a sentir como si un gran peso se les hubiera quitado de los hombros. Habrá una gran inyección de energía en la familia. Los niños se mostrarán interesados, porqué tendrán una misión que cumplir, su lugar en la familia está claro y estarán ansiosos de cooperar..... ¿Les parece que todo ésto suena imposible, idílico? ¡No lo es! ¡Uds. no tienen idea de las reservas y las capacidades que tienen sus hijos y como responden al sentirse tomados en cuenta!


La Reunión Familiar
El eje central de esta nueva manera de estar y convivir en familia es la reunión familiar. Si no han leído "Las Decisiones en Familia" los invito a que lo hagan ahora, antes de seguir, ya que lo que expongo a continuación está basado en ese texto.

ADVERTENCIA: La Reunión Familiar no es una estrategia o actividad únicamente para las familias con crisis de autoridad. La Reunión Familiar es para cualquier familia porqué hace de la vida en familia algo más placentero, los padres pueden abandonar un poco su rol de fiscales del orden y utilizar esa energía en cosas más gratas. No obstante, para las familias con crisis de autoridad, que ya están al borde, que ya no saben que hacer, La Reunión Familiar es un regalo y un alivio después de tanto luchar y después de tantas tensiones.

¿Cuándo y cómo empezar? Una vez que Uds., Papá y Mamá, estén seguros de que quieren emprender este camino, empiecen. Seleccionen un día de la semana y una hora que van a apartar regularmente para La Reunión Familiar. La Reunión Familiar no solo tiene que formar parte de la rutina semanal de su familia sino que poco a poco se va a convertir en una actividad muy especial e importante.

Hay que escoger un lugar donde todos se puedan sentar cómodamente, en círculo y al mismo nivel. Durante la duración de La Reunión Familiar no se van a permitir interrupciones de llamadas de teléfono, beepers, etc. Elijan un nuevo líder y un secretario para cada reunión, y cada reunión tiene su agenda (en la primera reunión el líder tendrá que ser el padre o la madre y si los hijos no saben escribir, la función de secretario y el mantenimiento de la agenda recae sobre la madre o el padre.)

En la primera reunión van a explicar el propósito de La Reunión Familiar, traten de que el tono no sea ni grave, ni amenazante o autoritario. Recuerden que tienen que crear un ambiente donde el niño se sienta con la libertad de poder expresarse. Recuerden que Uds., Papá y Mamá, son unos miembros más del grupo, sujetos a las mismas reglas. Es muy importante que La Reunión Familiar no sea muy larga, para que los niños no se fastidien, y que termine con un tono muy positivo, donde cada quien le diga a los otros miembros de la familia lo que le gusta de ellos o porqué los quiere. En la primera reunión no van a poder discutir todas las normas de la familia ni todas las responsabilidades de cada quien, así que empiecen examinando algunas nada más y dejen el resto para las siguientes reuniones.

¿Qué edad tienen que tener los niños para participar? Cuando el niño o niña más grande tenga 4 o 5 años es una buena edad para empezar. Los otros más pequeños se van integrando paulatinamente. La Reunión Familiar es una muy buena actividad para introducirla y empezarla cuando los niños están entre los 4 y los 12. Cuando los hijos son adolescentes es más difícil convencerlos de las bondades y de la necesidad de La Reunión Familiar.

¿Cuales son las ventajas de este método? Además de aliviar las tensiones en la familia, están preparando a sus hijos a funcionar en un mundo moderno.

La sociedad de hoy en día es mucho más flexible que la de otras generaciones. Nos permite cumplir distintos roles, a veces somos partes de un equipo y contribuimos a su funcionamiento, crecimiento y producción, otras veces estamos al frente de un grupo, guiándolo, animándolo, buscando una nueva dirección o solución. Estos roles se pueden dar en las diferentes facetas de nuestras vidas, se pueden dar en la escuela, como se pueden dar en la universidad, en el trabajo, en los deportes, hasta dentro de nuestro círculo de amigos.

¿Cómo preparar y educar a nuestros hijos para que se inserten y funcionen con éxito a la sociedad actual; cómo enseñarlos a funcionar en grupo, a participar y a liderizar? Pues en la familia. Aparte de alimentarlos, vestirlos, protegerlos, quererlos mucho, enseñarles nuestros valores y algunos modales, nuestra labor como padres es prepararlos para el mundo moderno.

Y desde pequeños podemos preparar a nuestros hijos a participar en grupo, a tener iniciativa, a ser responsables, a cooperar, ser creativos y a ser líderes. Esto se puede lograr a través de La Reunión Familiar y si el padre y la madre están dispuestos a compartir un poco de su autoridad y su poder con sus hijos.


El compromiso y el apoyo del jefe de familia para llevar a cabo la Reunión Familiar es de primordial importancia para poder lograr el cambio.

En una familia que está constituida por un padre, una madre e hijos, si el padre no cree que el cambio sea posible, no vale la pena intentar hacer la reunión familiar. La aprobación y el compromiso del padre son básicos para lograr cambio y para el éxito de este nuevo estilo de convivir en familia. Su visto bueno y su empeño son necesarios para que su esposa y sus hijos sigan su ejemplo y se arriesguen a probar esta nueva manera de estar en familia.

Si la familia está constituida por una madre sola o un padre solo e hijos, el cambio esta garantizado porqué la figura de autoridad es una sola, y madre o padre, solos, son los que añoran el cambio y lo introducen.